El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, rechazó este 3 de junio que el presidente Donald Trump use el Ejército para hacer frente a las protestas desatadas en el país contra la brutalidad policial.
En lo que
representa una ruptura con la posición del jefe de la Casa Blanca en este tema,
el titular del Pentágono dijo en una conferencia de prensa que la Guardia
Nacional es la más adecuada para prestar ayuda doméstica a las autoridades
civiles en estas situaciones.
Trump, quien ha sido criticado por mantener una retórica divisiva en medio de
las multitudinarias manifestaciones ocurridas a raíz de la muerte del
afronorteamericano George Floyd, afirmó el lunes que si una ciudad o estado se
niega ‘a tomar las medidas necesarias para defender la vida y la propiedad de
sus residentes, entonces desplegaré el Ejército’.
Aunque no la mencionó por su nombre, medios locales señalaron que, para dar ese
paso, el gobernante republicano debía invocar la Ley de Insurrección de 1807,
la cual le da el poder, en algunas condiciones, de enviar fuerzas militares a
los estados para calmar disturbios públicos generalizados y apoyar la
aplicación de la legislación civil.
La posibilidad de que Trump proceda de ese modo se encontró con el rechazo de
figuras republicanas y demócratas, entre ellas varios gobernadores, quienes
descartaron solicitar ese tipo de despliegue en sus territorios.
Al referirse al tema este miércoles, Esper expresó que la opción de emplear las
fuerzas de servicio activo en una función de aplicación de la ley solo debe
usarse como un último recurso y únicamente en la más urgente y grave de las
situaciones.
‘No estamos en una de esas situaciones ahora. No apoyo invocar la Ley de
Insurrección’, añadió el secretario de Defensa, cuando varios medios de prensa
señalan que en el Pentágono hay una creciente incomodidad con este tema.
Esper recibió críticas de legisladores y exfuncionarios de defensa por su
decisión de acompañar a Trump el lunes a una iglesia cercana a la Casa Blanca,
minutos después que la policía lanzó gas lacrimógeno para dispersar a
manifestantes pacíficos frente a la mansión ejecutiva.
Sus comentarios de esta jornada se dieron luego que el Pentágono confirmó ayer
que varias unidades del Ejército en servicio activo fueron enviadas a la región
de Washington D.C. y están en espera para ingresar a la capital si se considera
necesario.
Jonathan Hoffman, portavoz de la entidad federal, comunicó que un batallón de
infantería y dos brigadas de policía militar con mil 600 miembros en total se
encuentran en estado de alerta elevada, pero no participan en el apoyo a las
operaciones de la autoridad civil.
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