Una ofrenda floral ante el monolito que guarda las cenizas de Fidel Castro en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia le rinde homenaje como fundador, hace este 28 de septiembre 60 años, de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).
La
colocación de ese arreglo, en el cual prevalecen rosas rojas y la sigla de la
mayor organización de masas en el país, deviene uno de los actos simbólicos de
más alto relieve en una jornada que, debido a las restricciones por la
Covid-19, transcurrirá sin aglomeraciones de personas.
En la noche de este 27 se extrañaron en los barrios los tradicionales festejos
que cada año celebran la llegada de un nuevo aniversario y recuerdan que los
CDR siguen como un baluarte en la defensa de la obra revolucionaria con la
participación de los vecinos en las comunidades.
La vigilancia contra lo mal hecho y acciones internas o externas que intenten
socavar la obra colectiva se mantiene como la premisa principal de cada comité,
como popularmente se le denomina en la base, y a ello se suman las donaciones
voluntarias de sangre y recogida de materias primas.
En estos días de aislamiento y limitaciones en la vida cotidiana por la
pandemia, los CDR han ratificado su valía al posibilitar la atención a los
habitantes más vulnerables y apoyar a la atención primaria de salud con los
consultorios médicos de la familia.
El impulso a la producción de alimentos, considerada como estratégica para la
economía cubana en estas circunstancias, tiene en cada cuadra un apoyo
significativo mediante el fomento de los patios familiares.
El homenaje a los médicos internacionalistas de la brigada Henry Reeve, allí en
el lugar donde residen, con la colocación de tarjas y otras vías, es también
misión que cumple esta masiva organización.
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