Mientras los demócratas continúan afanados en crear para Trump la tormenta perfecta con vistas a las elecciones del 3 de noviembre próximo, y acaban de celebrar su convención partidista con éxito evidente plasmado en el apoyo unánime para la fórmula Joe Biden-Kamala Harris, el Presidente se muestra más agresivo y estresado que nunca, sin esconderse a la hora de intentar o emprender acciones que lo mantengan en el poder.
En el campo azul encarnado por un asno, han hecho un gran esfuerzo por la unidad, consistente en dejar a un lado los roces y rivalidades entre los seguidores de Joe Biden y Bernie Sanders de la etapa de precandidatura, tratando de cerrar filas en torno a un programa más liberal y equilibrado, para lo cual cada parte ha hecho concesiones, sobre todo Biden, para poder contar con el apoyo del ala progresista de su partido, representada por Sanders y la colombo-estadounidense Alexandra Ocassio Cortez.
De parte de Biden, la selección como compañera de fórmula de la afroamericana Harris se enfila en el camino de ganar apoyo entre las minorías negra e hispana y conformar un frente multifacético, pero compacto, en momentos en que el factor racial ha ganado relevancia a partir del asesinato a manos de la policía del ciudadano negro George Floyd en Minnesota, evento que provocó un gran estallido social en muchas ciudades de Estados Unidos, cuyos efectos aún no terminan.
En este contexto, Sanders, el viejo senador procedente de Vermont, ha pedido a los suyos echar a un lado cualquier otra consideración para concentrase en el esfuerzo supremo de sacar a Trump de la Casa Blanca en unos comicios que, dijo, “son los más importantes en la historia de este país”.
En las dos primeras jornadas de la Convención Nacional Demócrata, también exhortaron a ello figuras como el alcalde de Nueva York, Joseph Cuomo, y la exprimera dama de la nación, Michelle Obama. En las dos finales, les correspondió a los expresidentes William Clinton y Barack Obama llevar el ataque contra Trump.
Como punto de refuerzo de los demócratas aparece la defección de un grupo de políticos del campo republicano que se han pasado a las filas azules, alegando su descuerdo con las políticas de Trump.
La “tormenta perfecta” de los demócratas se completa con dos fuertes elementos directamente relacionados entre sí como son el pésimo manejo por parte de Trump de la actual pandemia de la COVID-19, que ya ha causado más de 171 000 víctimas, y la acuciante crisis económica derivada de la infección, que ha reducido el PIB de la nación en más de un 18 por ciento, factores que, de consuno, han mermado la popularidad del mandatario situándola un 10-11 por ciento por debajo de la de Biden.
Estos elementos llevarían a deducir que los demócratas tienen prácticamente la victoria en el bolsillo y que todo es cuestión de tiempo. Probablemente sería así tratándose de otro país, no de los Estados Unidos y de su actual Presidente, un hombre que se considera por encima de individuos y de instituciones, así como de las leyes vigentes para todos los demás, erigiéndose en una especie de Luis XIV, el rey absolutista francés, quien hizo célebre su jactanciosa afirmación: “el Estado soy yo”, como refleja en un artículo el colega José R. Oro.
No cabe duda de que Trump está echando mano a todo un arsenal de trampas y recursos enfilados a destruir la estrategia demócrata y para ello aplica el notorio enunciado de que “el fin justifica los medios”.
En esta línea se inscribe la afirmación del profesor universitario John Yoo, en el libro Defender in Chief, de próxima aparición, en el sentido de que Donald Trumpestá restaurando los poderes de la presidencia previstos en la Constitución estadounidense y que ha consultado a juristas como el abogado que aportó al expresidente George W. Bush la justificación legal de torturas como el llamado “submarino”. De esta forma, Trump aprovecharía el corto tiempo que le resta antes de las elecciones para gobernar por decreto e imponer medidas lesivas a sus rivales demócratas.
Consciente Trump de que el desastre médico-social provocado por el nuevo coronavirus inclina a los demócratas a utilizar masivamente el método de la votación por correspondencia, se ha dedicado a sabotear el sistema de correos de la nación, allá llamado Servicio Postal, al introducir cambios que pintan más que sospechosos, como la sustitución de su dirección nacional y la retirada de 700 máquinas para clasificación de correspondencia y un elevado número de buzones.
En un reporte de Reuters con fecha 17 de agosto firmado por Rachel Wisniewsky, se plantea que el expresidente de EE.UU. Barack Obama en una entrevista reciente declaró que Trump y los legisladores republicanos están tratando de socavar las presidenciales y que, a medida que lo hacen, dañan a quienes dependen del Servicio Postal para recibir prestaciones estatales y medicamentos recetados. Oportuno es aclarar que ya Trump alegó en distintas ocasiones que la votación por correo puede propiciar un fraude en su contra.
Otro indicio de suma gravedad es la tendencia del mandatario a cuestionar todo lo que en este momento no le conviene en el sistema eleccionario de Estados Unidos y, emulando a la oposición venezolana, no ha querido comprometerse de que va a aceptar los resultados de la votación si estos no le son favorables, insinuando incluso que la fecha de la elección pudiera variarse ante determinada circunstancia, al estilo del régimen golpista boliviano de la usurpadora Jeanine Añez.
Entretanto, Trump no ha dejado de buscar un suceso providencial que, de buenas a primeras, de un vuelco a una situación que le está resultando adversa, y como ese acaecimiento parece no estar a mano dentro de la Unión americana, está tratando de fabricarlo fuera, pues él sabe que un conflicto internacional que amenace la seguridad de su país, le serviría como pretexto para prolongar su permanencia en el poder.
Entonces se debe tener en cuenta que, según el citado José Oro, Trump dijo que para completar sus objetivos de “hacer a América grande de nuevo”, él necesita un segundo mandato, y posiblemente más. Concretamente expresó el 14 de mayo en Allentown, Pennsilvania, que “podría estar en la presidencia nueve o 13 años”. Claro que no dijo que para eso habría que modificar la Constitución, lo que requeriría la dudosa aprobación por parte del Congreso, o dar un golpe de Estado con ayuda de las Fuerzas Armadas.
¿Y cuáles emprendimientos del señor Trump podrían citase como iniciativas para torpedear la paz internacional en su provecho? En este instante son esencialmente tres: en primer lugar, las provocaciones contra China a propósito de Taiwán, Hong Kong y la agresión económica contra sus empresas; en segundo lugar, el chantaje contra la República Islámica de Irán, confiscando sus buques y el combustible que llevan a Venezuela, y, en tercer lugar, las amenazas de invasión directa contra la patria de Bolívar.
Esa invasión tantas veces anunciada, pudiera estar más cercana ahora como un deux ex machina de Trump para forzar una salida al impasse que amenaza con costarle la reelección. De otro lado, la reacción moderada de Teherán, al anunciar que los buques confiscados por EE.UU. con gasolina para la República Bolivariana no le pertenecen, y que el combustible ya había sido pagado por Caracas, aparecen como un intento de no “ayudar” a Trump haciéndole el juego con una respuesta que, de seguro, desataría un muy peligroso conflicto regional. Así las cosas, la paz del mundo depende cada vez más de los caprichos de un megalómano y ególatra como Donald Trump, quien cuenta, además de sus trucos y trampas, con un milagro que lo saque a flote el 3 de noviembre, como esperó Hitler inútilmente en su búnker en sus últimos días un suceso providencial que lo salvara a él y al III Reich y que, por fortuna, nunca llegó a producirse.
Ocasio no es colombiana es de origen PRico
La mitad de los votantes de Estados Unidos ( en realidad algo menos de la mitad) voto por Trump que no es mas que un delincuente de cuello azul. Votaron por el por diversas razones, entendibles unas como el hecho de que todos los ultimos gobienros ( republicanos y democratas ) no le han prestado mucha atencion a la declinacion de la poblacion trabjadora esencialmente blanca que ha perdido empleos por politicas comerciales en muchas casos necesarias como la integracion ecomonica pero que que en definitiva los perjudico a ellos. Muchos han votado por razones netamente raciales, muchos por razonez religiosas ( evangelicos ) etc etc.
Trump gano con la ayuda casi pedida a grtos durante la campana de Rusia, y especialmente Putin. Muchos americanos no se dan cuenta que aunque la democracia en USA pueda tener muchos defectos, sin embargo es una muchisima mejor que los que hay en Rusia ahora que no es mas que el gobierno de oligarcas que se se enriqucieron luego del colapso de la URSS, donde los opositores son acusados de cometer crimentes economicos son obligados a abandonar el pais y donde ya varios periodistas que han osado hablar mas de lo permitido han terminado callendose misteriosamente del balcon de edificios o sencillamente han sido baleados en sus propios apartamentos. Yo personalmente no conozco a ningun republicano que cambiara su votacion en las proximas eleccion a pesar de todos los escandalos, espero que los votantes independientes giren la balanza a favor de Biden. Es la unica epseranza que tengo de que se afloje la soga puesta el cuello de la economica en CubA. Tengo mi pasquin de votar por Biden frente a mi casa, pero es el unico hasta ahora.