Otra vez el patrimonio tangible espirituano ha sido ultrajado. En el mismísimo corazón de la ciudad del Yayabo el irrespeto punzó con fuerza. ¿La diana ahora? El retrato escultórico del personaje popular Francisquito fue totalmente agredido en pleno bulevar de la ciudad del Yayabo.
Y no es la primera vez. Lacerar el patrimonio es de las tantas manchas sociales que avergüenzan a cualquier país. Es expresión de incultura y vandalismo. ¿Qué causas pueden justificar que se le ponga merengue en el rostro a una obra de arte o se le añadan cigarros o botellas de ron?
Las respuestas apuntan hacia una sola dirección: ausencia de valores humanos, falta de ética y sentido común, así como malformaciones en la conducta.
La denuncia del artista espirituano Félix Madrigal, autor de la escultura, en la red social Facebook hizo saltar las alarmas. Pocos segundos después de haber sido publicada ya había provocado el rechazo de cientos de internautas.
Otras voces alertaron de una situación tan preocupante como la propia agresión: la impunidad en ese tipo de hechos, sobre todo en un área como el bulevar, con varios custodios y cámaras de seguridad. Justo allí, percibir la acción y llegar a los culpables no precisa de un operativo demasiado complejo.
La culpa no es solo del que mancilló la estatua o del que vio y volteó la cara o aplaudió la “gracia”. En Cuba, urge un nuevo reglamento urbano para enfrentar a quienes pisotean el civismo.
La frecuencia con la que ocurren sucesos así ponen en tela de juicio el respeto también al artículo 243 del Código Penal, donde se expone que el que intencionalmente destruya, deteriore o inutilice un bien declarado parte integrante del patrimonio cultural o un monumento nacional o local, incurre en sanción de privación de libertad de dos a cinco años o multa de 300 a 1 000 cuotas.
¿Qué hubiera dicho Francisquito, espirituano de a pie, sobre lo sucedido? De seguro no les daría la hora exacta, como hacía siempre y sin fallar, a los que maltratan y lastiman el patrimonio cultural de la ciudad.
Se debe hacer cumplir la Ley, me sorprente como existen personas tan incensibles, capaces de cuestioner si Francisquito era o no importante, fue y es una personalidad de nuestra cultura, nuestro pueblo, nuestra idiosincracia. El que realiza esa acción es capapaz si no se educa a tiempo de cometer otras fechorías más graves y luego es una persona que no rescatamos a tiempo. Son los personajes que nos recuerda que somos espirituanos, que también se extrañan como por ejemplo Malú que un día se merecerá su estatua por lo que representa y todos lo queremos. Esas son conductas mezquinas y los que critican nunca se han acercado a la historia HUMANA de estos personajes, yo pido justicia severa ante estos hechos.
Oiga Robert, usted le llama tremendismo al hecho de protestar contra el mancillamiento de un personaje que al interpretar sus palabras valía menos que nada, pero sepa que aunque la estatua fuera de barro sin pulir hay que respetarla, ya que ese personaje que usted menosprecia forma parte del patrimonio cultural de esta ciudad y así lo quisimos los espirituanos. Qué pensaría si alguien hiciera lo mismo con una foto de su hijo querido. Con todo el respeto usted es no es más que un cobarde lamebotas del imperio, porque por menos que eso fueron fusilados 8 inocentes estudiantes de medicina por rufianes como usted al servicio del dinero.
Estoy en contra de esta indisciplina. Pero nos encanta el tremendismo y ya queremos que los autores vayan hasta presos por ponerle merengue a una estatua.
Según mi punto de vista no se destruyó, deterioró o inutiliso un bien declarado parte integrante del patrimonio cultural o un monumento nacional o local. Primero porque el merengue no produce nada de eso y segundo porque está estatua no es nada de lo segundo, que según recuerdo es de cemento y representa una persona fallecida del folklore popular sin más mérito que acertar aproximadamente la hora sin tener reloj.
Es deshonesto, irresponsable y los culpables deben pagar, mas confiando en que esos custodios que no vieron o las camaras que no quieren ver se pongan para la solucion de este caso y por favor que no sean tan irresponsables al cuidar nuesrras calles.
Hola. Todos los comentarios son ciertos y debería de ser como se piensa.Pero siempre detras del hecho viene la risa el k soy bárbaro pero tienes que ser del grupo. Tengo ejemplos y criterios de varias personas contandome yo mismo que cuando regañamos a alguien por subirse en un banco o rallar la pared o lanzar piedras son mis tres casos,he salido discutiendo ofendido y un una ocasión tuve que ponerme duro con la PNR porque yo altere el orden cuando los otros jóvenes se fueron casi delante de ellos y por poco pago yo la indiciplinas del otro.Osea como dijo el Gral Raul Castro hay que buscarse problemas y casi los tengo.Entonces tenemos en la calle llena policias, patrullas ( que en este caso se les va la mano en otras cosas)de funcionarios publicos, militantes,delegados,cederistas,revolucionarios,cámaras,móviles y nadie ve nada entonces por casualidad aparecio el que ensucio la estatua en medio de la calle. Mi moraleja es que casi todos vemos y viramos la cara para no te tilden de chismoso chivato.hijo……. y asi de esas cosas como meoar sales, de lo contrario tienes que ir a juicio,que lleva mas problemas enemigos y perdida del tiempo de uno.esas y otras razones son por las que SSP amanece asi.Gracias
Deberian azotarlos en el centro del boulevard, a la vista de todos.
Deberían hacer juicios ejemplarizante en pleno bulevart y anuciado por la radio para que pueda hacirtir la población y repudiar cada vez más estos acto, fuera la impunidad de quien maltrata la propiedad social y que la ley actúe con severidad, hay que eliminar de raíz este mal.
Los responsables deben pagar y el Estado debe ser bien severo con la medida a aplicar.
Resulta vergonzoso el hecho, pero como bien dices, no es algo aislado. En la Cuba actual campea este tipo de actitudes desde hace años. Aquí en Cienfuegos han sido varios los atentados contra la estatua de José Martí en el parque que lleva su nombre, insólito teniendo en cuenta lo céntrico que está ubicado el sitial.
Yo le añado que, es falta no solo de sentido de pertenencia, sino un grado elevado de retraso mental y pocas neuronas pasmoso, y lo más triste es que, son los jóvenes.
RIGOR penal. Cuando el Estado quiere . Casi siempre PUEDE. LO DEMOSTRÓ CON EL CONTRABANDO DE COMBUSTIBLE.