Bajo la lupa crítica de no pocos detractores y las ansias inquietantes de quienes aspiran a oxigenar su entretenimiento, este domingo se reabre la burbuja neutral del estadio José Antonio Huelga para discutir, ¡al fin!, la finalísima de la Serie Nacional de Béisbol en su versión 60.
No pretendo voltear la visión de quienes están, con su derecho, en el primer grupo y desde un inicio expresaron su desacuerdo con la realización del Clásico Nacional de Pelota debido a la pandemia. Apenas esbozaré algunas aristas que considero necesarias para mitigar, si es posible tal pretensión, las preocupaciones en torno a la realización de esta fase del evento en tierra espirituana.
Lo primero es que, consumido contra viento y marea el mayor por ciento del calendario de la campaña beisbolera y quedando solo siete potenciales partidos, no tiene lógica parar el evento a estas alturas, si no se hizo al iniciarse los cruces, cuando existían varios equipos complicados con la COVID-19.
Que sea el Huelga, el Sandino, el Guillermón o cualquier otro estadio el escogido no guarda, llegado a este punto, una incidencia clave para la situación epidemiológica, que parece ser la manzana de la discordia. Y explico. Durante toda esta serie azarosa los estadios se han mantenido y van a terminar sin público. Por tanto, el peligro de contagio es inferior a cualquier otro escenario de la sociedad cubana donde pululan las aglomeraciones y el tumulto público, como las colas, las fiestas familiares, los viajes…
Contados los integrantes de los dos equipos en competencia, el personal encargado de la organización del evento, el de seguridad y protección del estadio, incluido el personal de salud y la prensa especializada, los participantes en un juego de béisbol no llegan a 200 para diseminarse en un área extensa y abierta donde el distanciamiento físico puede tomar los metros que quiera. Agréguele que el Huelga está alejado de la ciudad y por sus alrededores, sus aficionados ni se portan y me consta que, como en pocos lugares, allí se cumplen los protocolos sanitarios.
Otra opinión, validada en la estadística de la Dirección Provincial de Salud: ninguno de los más de 1 600 casos positivos que acumula la provincia ha tenido su fuente de infección en el Huelga, como tampoco en las instalaciones relacionadas con el evento, pues el contagio de los Gallos provino de la provincia de Cienfuegos.
Por tanto, aunque la preocupación es lícita, no considero que la final aquí ponga “en peligro la estabilidad epidemiológica de la provincia”, como señalara uno de los foristas de Escambray. Además, hasta ahora, los juegos en el estadio espirituano no han significado un desvío de la atención a la COVID-19 por parte de las autoridades, al margen de la fase en que se haya encontrado el territorio, pues solo el personal del Inder y la Comisión Nacional de Béisbol han sido los encargados de conducir el evento.
El error, desde mi punto de vista, ha sido fundamentar la elección de un estadio u otro como burbujas neutrales a partir de la situación epidemiológica de la provincia en cuestión, porque durante el año de pandemia todas han tenido diferentes grados de afectación, con implicaciones, incluso, en los equipos involucrados. Más bien, lo del Huelga tiene que ver con la creación de condiciones logísticas y organizativas, además de no ser sede de ninguno de los dos equipos involucrados en la final, tal como ha ocurrido en toda la postemporada.
Eso sí, asumir la realización de la Serie Nacional de Béisbol ha sido para Cuba un desafío mayúsculo, similar al que han seguido no pocos países. Para no mantenerse en parálisis total durante tantos meses, algo poco menos que imposible por los propios dictados de la supervivencia humana, el mundo ha tratado de encontrar en el deporte algo así como una válvula de escape para aliviar el estrés que provoca la enfermedad, sus encierros, cuarentenas, restricciones, silencios, inactividad…
Por eso las Grandes Ligas no pararon y ya se alistan para su próximo torneo, como lo han hecho las ligas de fútbol, las de básquet, las del voleibol y muchísimas disciplinas, como todas las que conforman la Olimpiada de Japón que, con miles de restricciones y detractores, se abrirá al mundo en el próximo verano.
No creo que la finalísima en el Huelga dispare de más la curva de contagios aquí, aunque sus actores principales deben seguir extremando cuidados para que el virus no entre en juego. Como ha ocurrido hasta ahora, las pantallas de la televisión o las transmisiones radiales serán el estadio o la burbuja real desde donde cada quien seguirá a su equipo: Matanzas o Granma, exigidos de ofrecer un espectáculo que deje un buen sabor a esta serie larga, atípica y cuestionada.
Es un tema recurrente y no viene al caso, pero es también un tema deportivo de interés provincial y nacional y me refiero al deporte de los trabajadores de la ganadería, EL RODEO y lo traigo a colación porque el día que Elsa Ramos que es una periodista destacada sistémicamente en el mundo del deporte, decida incursionar con la critica y sus excelentes reflexiones sobre esta disciplina deportiva, ese día nuestra provincia tendrá un nuevo estimulo, ausente desde la muerte del inolvidable Delio Luna, para que se favorezca y estimule, a través de la prensa, el deporte del hoy marginado e ignorado rodeo espirituano y serán muchos miles los que se los agradezcan……
La reflexión de Elsa para mi es coherente con las circunstancias bajo las cuales se ha utilizado a Sancti Spiritus como burbuja beisbolera para disfrutar de la gran final del principal pasatiempo nacional y estoy seguro que, como en mi caso, son decenas de miles las personas que aprueban y están disfrutando de esta finalísima subserie de donde devendrá el campeón de la 60 series nacional del beisbol cubano y aunque lo he dicho antes aprovechando otros comentarios de esta consagrada periodista, yo pienso que la comisión organizadora de este evento, el Inder de nuestra provincia y todos los organismos que han estado involucrados, con mención especial para los hoteles donde se han alojado los equipos, son inobjetablemente merecedores de un reconocimiento especial de su pueblo y de los organismos nacionales que tienen responsabilidades con las decisiones adoptadas y de esta manera que, concluida esta ultima fase, deberán reconocer que Sancti Spiritus cuenta con capacidad organizativa y personal competente para hacer realidad eventos de carácter nacional en medio de condiciones adversas y donde no es un secreto que existe escases de aseguramientos de todo tipo, incluyendo, de alimentación para los participantes.
Mis felicitaciones para los espirituanos que, directa o indirectamente, han tenido participación y han hecho posible la realización de este importante evento deportivo con resultados satisfactorios y deseo incluir en esta felicitación, a la prensa radial, escrita y televisiva que nos ha sabido mantener informados y permitir disfrutar de cada uno de los espectáculos.
Como nos gusta criticarlo todo. HACEMOS fiestas familiares y luego nos molesta que Se haga la final de la pelota.
Saludos.
Mala costumbre , justificar lo injustificable ; una cosa es maquillarse , queda muy bonito cuando se realiza bien , con arte , con grandeza, pero cuando queda mal se dice … «Darse colorete» , pues aunque des mucho color , nunca se esconde lo que está detras de la realidad.
Se agradece la intención , vencer y convencer no es lo mismo .
Gracias
Muy de acuerdo con usted, evidentemente si todo se hace bien no constituye un mayor riesgo de infección, aunque si menor capacidad potencial de alojamiento para aislamiento de trabajadores de salud. Incrementado por la presencia de otras preselecciones como la de lucha que además incrementan los gastos de nuestra maltrecha economía. Pero claro que sí no era aquí sería lo mismo en otra provincia.
Lo del riesgo epidermiologico es relativo. Realmente no se sabe a ciencia cierta el grado de contagio y trasmisión que tiene Sancti Spiritus. Pues la provincia hace semanas que ocupa el penúltimo lugar en pruebas de PCR a pesar de tener una Tasa de Contagio por 100 mil habitantes que ha ocupado entre el tercero y quinto puesto a nivel de país.
Lo que si es absolutamente contraproducente los gastos económicos que ha ocasionado está Serie 60 . En un contexto adverso financieramente, producto de la COVID , TAREA ORDENAMIENTO , unificación monetaria y eliminación del CUC.
Y repito estos gastos no son amortizados con las contrataciones de los peloteros en el exterior.
Justificar la aprobación de esta serie ATÍPICA con los juegos de ligas profesionales de fútbol, Baloncesto y el Béisbol de la MLB , es tendencioso. Aquellos son eventos que responden a una organización corporativa. Y en PRINCIPIOS son autofinanciados y generan ingresos tributarios a los Estados. En Cuba los eventos deportivos son FINANCIADOS Y PRESUPUESTADOS POR EL ESTADO. EN RESUMEN SON UBA CARGA PÚBLICA AL PRESUPUESTO DEL PAÍS. UN PAIS QUE SEGÚN CIFRAS OFICIALES HA GASTADO MAS DE 1000 MILLONES DE PESOS EN AMBAS MONEDAS EN EL ENFRENTAMIENTO A LA COVID.
Saludos.
Mis respetos estimada y querida Elsa Ramos , todo es válido y muy conveniente lo explicado , cada quien tratará de hacer como Poncio Pilato , como todo es posible , no ha sido ni será el único colectivo de cerca de 200 personas en que no se resquebraje la disciplinas ya sea para celebrar victorias , trifulcas u entretenimientos y de ese tema usted podrá seguir comentando en el día a día de la celebración del evento , lastima que por el periodo de trasmisión e incubacion de la enfermedad nunca no enteraremos de esa posibilidad ,lo cortés no quita lo valiente , se jugará béisbol y el riesgo seguirá latente , estará ahí al acecho para saltar sobre los espirituanos .
Gracias.
Saludos
Todo es un entramado de estrategias , para que se célebre la final en la ya comentada burbuja espirituana y no siga molestando lo que expresa el pueblo respecto a tan desatinada desicion, se procesan cada día menos PCR al punto de llegar a 2 tristes casos diagnosticados de ayer dando la impresión de que existe un control de la pandemia . Dios se apiade del pueblo espirituano y de los atletas , son los que sufriremos los embates de estos errores …