“¿Ya es vacuna?”, preguntó con énfasis en la tarde de este viernes, desde el Palacio de la Revolución, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante la reunión del Grupo de Trabajo Temporal del Gobierno para el enfrentamiento a la COVID-19.
La interrogante iba dirigida a Olga Lidia Jacobo Casanueva, Directora del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), quien, desde la ecuanimidad y el rigor, dijo y provocó una ovación cerrada: “Ya es vacuna”.
Esa pregunta y la respuesta, dos parlamentos tan breves, hicieron alusión a la excelente noticia que ya Cuba conocía en el transcurso de ayer: Que el Cecmed decidió este viernes otorgar el Autorizo de Uso de Emergencia (AUE) a la vacuna cubana Abdala, cuyo titular es el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), de conformidad y en observancia a lo dispuesto en las regulaciones y disposiciones vigentes, una vez confirmado que se cumple con los requisitos y parámetros exigidos en cuanto a calidad, seguridad y eficacia para este tipo de trámite.
Olga Lidia Jacobo expresó en el encuentro –también presidido por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz-: “Tenemos en Cuba el privilegio, el orgullo de decir que contamos con una vacuna que es la primera en Latinoamérica”. Y añadió que tal logro “ha sido también un reto para el Cecmed (…), porque tenemos cinco candidatos vacunales, y no es lo mismo para una autoridad reguladora recibir un dossier de una vacuna que ha sido aprobada y evaluada por otra agencia reguladora, al hecho de tener la responsabilidad de evaluar desde las etapas de investigación y desarrollo hasta hoy, todos los procesos”.
Tal reflexión motivó nuevamente una ovación cerrada, por lo que entraña: rigor y largo tiempo de entrega. “Es la primera vacuna en la región de Latinoamérica –reiteró Olga Lidia-, fabricada en Latinoamérica con un autorizo de uso de emergencia, desarrollada y fabricada” en la región. Y apuntó entonces que los países de la zona están vacunando hoy con vacunas que han sido importadas y autorizadas por otras agencias reguladoras, pero Cuba ha construido su logro desde espacios propios, y con una exigencia a la altura de la ciencia más avanzada, y del valor que aquí se le concede a una vida.
La directora del Cecmed compartió en la reunión un resumen del proceso que la entidad reguladora ha seguido con el candidato vacunal Abdala, desde que los primeros instantes en que se empezó a trabajar en ese candidato, hasta hoy.
“El Cecmed, dijo, ha estado pendiente de cada una de estas fases. Se han realizado todos esos procesos técnicos entre el Cecmed y el fabricante, lo que ha sido muy positivo y es lo que nos ha permitido acortar los tiempos y poder avanzar rápido en esta etapa de pandemia”.
La experta habló de una entidad que tuvo que ser muy proactiva; tuvo que acortar tiempos; tomar decisiones basadas en los análisis de riesgo-beneficio, siempre fiel al rigor científico, y a tenor con los requisitos nacionales y del mundo.
Olga Lidia Jacobo hizo un recuento de cómo el candidato vacunal Abdala ha transitado por las Fases I, II, y III; de cómo transcurrieron el estudio de intervención, la intervención sanitaria; y de qué modo se aprobó recientemente el estudio clínico “Ismaelillo”, destinado a los niños, el cual comenzará próximamente en Camagüey. “Todos estos ensayos clínicos, afirmó, han tenido el rigor científico establecido”.
Ha sido un camino muy firme, de inspeccionar todos los detalles en cada etapa, incluyendo las del sistema productivo. “Tenemos aproximadamente más de seis millones de dosis de este candidato vacunal (suministradas), y esto nos dice mucho en cuanto a seguridad de la vacuna”, resaltó Olga Lidia, quien no pasó por alto que “los eventos adversos que hemos observado eran esperados y leves”.
En el encuentro también fueron aprobadas un conjunto de modificaciones al Protocolo de manejo clínico de la COVID-19 en el país, propuesta que fue presentada por la Doctora en Ciencias Ileana Morales Suárez, Directora de Ciencia, Innovación y Tecnología del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
La atención a los contactos de casos confirmados, la conducta a seguir con los pacientes sospechosos y con los diagnosticados con la enfermedad, así como con los pacientes graves y críticos, constituyen prioridades en tal protocolo de actuación que, como en otro momento ya explicó la experta, es flexible y se va atemperando a cada desafío epidemiológico del país, características que lo hacen robusto.
En este análisis puntual, el Presidente Díaz-Canel Bermúdez se refirió a la importancia de cumplir rigurosamente con el ingreso domiciliario de aquellas personas que sean contactos de casos positivos. En tal sentido convocó a realizar una efectiva labor conjunta del personal de la Salud y todas las organizaciones en las comunidades, para garantizar que se cumplan el aislamiento y el resto de las medidas higiénico-sanitarias.
“Hay que establecer, explicó, cuál es la conceptualización del ingreso domiciliario para que se haga con rigor, porque en la medida en que crezca la incidencia y los casos se acerquen a las capacidades que podíamos tener, vamos a depender más del ingreso domiciliario en los diferentes estados de los pacientes de la COVID-19. La población debe saber que le corresponde participar de manera directa, como un ente importante en ese ingreso domiciliario”, reflexionó el dignatario.
Durante la reunión del Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno para el enfrentamiento a la COVID-19, se analizó de manera exhaustiva, a través de videoconferencia, la situación epidemiológica de las quince provincias del país, durante una jornada que reportó 6 mil 422 casos confirmados de la enfermedad, la mayor cifra de toda la epidemia.
El Doctor Francisco Durán García, Director Nacional de Epidemiología del Minsap, detalló que en Cuba, en los últimos quince días, fueron diagnosticados 48 909 casos positivos a la COVID-19, para una tasa de incidencia de 437,2 por cada cien mil habitantes. Las provincias, dijo, que mantienen el indicador más elevado son Matanzas, Ciego de Ávila, Camagüey, Santi Spíritus, Mayabeque, y Santiago de Cuba. La Isla ya acumula un total de 1 459 fallecidos a causa de la enfermedad, para una letalidad del 0,65 por ciento.
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