La administración de Joe Biden proyecta revisar la política de Estados Unidos hacia Cuba, anunció este 28 de enero la Casa Blanca, luego de cuatro años en que el expresidente Donald Trump arreció la hostilidad y el bloqueo contra la isla.
Según dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, próximamente revisarán las políticas de la administración Trump hacia la nación caribeña.
Desde el inicio de su mandato, en enero de 2017, el magnate comenzó a implementar contra Cuba medidas sin precedentes, las cuales sobresalieron por su hostil sistematicidad y superaron la cifra de 240.
De acuerdo con declaraciones de autoridades cubanas, cada sector en la isla sufrió el impacto de esta escalada de agresiones, acentuada en el contexto de la pandemia de la Covid-19.
Las 242 medidas, en su mayoría, recrudecieron el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington desde hace casi seis décadas, con el objetivo de asfixiar al país caribeño, obstaculizar las fuentes de ingresos, entorpecer las relaciones y crear una situación de ingobernabilidad, apuntan fuentes oficiales cubanas.
Además, las disposiciones prohibieron viajes de cruceros, así como vuelos regulares y chárteres a todo el país, con excepción de La Habana.
También imposibilitaron el envío de remesas mediante las firmas cubanas Fincimex y American International Services, las principales vías formales para efectuar las transacciones en la isla.
Asimismo, Cuba no puede importar productos de cualquier país que contengan más de un 10 por ciento de componentes estadounidenses, a la vez que el ron y tabaco de la isla, principales rubros exportables, tienen prohibida su entrada a la nación norteña.
De igual forma, son perseguidas las operaciones bancario-financieras de la mayor de las Antillas, y hay 231 empresas en la Lista de Entidades Cubanas Restringidas por el Departamento de Estado norteamericano.
Las medidas contra buques, navieras y compañías vinculados al transporte de combustibles, disposiciones contra altos dirigentes, además de la inclusión del país en listados arbitrarios y unilaterales, completan ese panorama dibujado por el mandatario republicano.
El 11 de enero, a pocos días de finalizar su mandato, la administración de Trump dictó una nueva medida unilateral, al catalogar a Cuba como un supuesto Estado patrocinador del terrorismo, decisión ampliamente rechazada a nivel internacional.
Es muy positivo de parte de Baiden y su gobierno revisar la brutal política de cerco contra Cuba de más de 60 años y ahora recrudecida por el animal de Trump. La evaluación debe ir despojada de viejos dogmas y clichés que se han mantenido en cada análisis y sin que se metan los llorones contrarevolucionarios de Miami. Si eso se logra y se conversa en un ambiente de iguales condiciones, sería un paso de avance. De todas formas, creo que con la aplicación de la coexistencia pacífica, y el respeto a las diferencias se puede avanzar con el nuevo gobierno aunque vuelva a esgrimir en sus líneas políticas un papel preponderante de EU sobre A. Latina, en el cual siempre ha considerado a Cuba como parte de su territorio. Al final no se para qué quiere más anexos si los que tiene como Puerto Rico no los atiende bien. EU se pudiera beneficiar en muchas cosas con una política más coherente con Cuba. No se vería tan ridículamente mal parado con su política obtusa y decrépita y actuaría más consecuente con su postura de potencia. Para poder avanzar EU debe despojarse de tendencias que están de más de 40 años y varios presidentes como hizo Obama. Cuba no es una amenaza para nadie. Ese fantasma lo ha usado mucha gente para vivir de eso como los contrarrévolucionarios de Miami y creo que los norteamericanos no creen en ellos. Debe revertir lo dicho por los viejitos Helm y Burton que parecen en su divareo senil escribieron las cosas al revés y lo han enredado todo. Revisar la bola de papeles viejos en el congreso a ver si alguien se digna a cambiar y eliminar el rumbo del bloqueo.