No pudo tener mejor arranque la finalísima de la pelota cubana en su versión 60: juego de marcador cerrado 3-2 a favor de Granma sobre Matanzas, duelo entre los dos mejores lanzadores del país, con poco gasto ofensivo y encuentro sin pifias….
Todo un manjar entre los dos mejores elencos del torneo y por demás, los últimos campeones que ha tenido el béisbol nacional.
Así, el “Huelga” vio premiada su designación como burbuja de la final y los aficionados disfrutaron a través de la tele de un excelente espectáculo, que es todo cuanto aspira quien vive este deporte en sus entrañas.
Lo de Lázaro Blanco, no por esperado, fue menos espectacular. Tras permitir cuadrangular de Yadil Mujica en la misma entrada de apertura, el derecho, imperturbable, se recompuso y no fue hasta el sexto en que permitió la segunda carrera, también por jonrón.
En resumen solo le conectaron cuatro hits, con tres ponches y un boleto en ocho entradas. Y eso que estaba cansado, tal como confesó después en la conferencia de prensa: “Sí me sentía un poco agotado, llevaba un mes sin lanzar, con 17 días en aislamiento y solo siete días para prepararnos para la final y un lanzador necesita un poco más de tiempo para enfrentar una final, pero lo importante es que tuvimos la disposición para ayudar al equipo”.
Así el gigantón se confirmó como la principal carta de triunfo de su equipo con el que no ha perdido en esta postemporada.
Su elenco le trajo temprano la tranquilidad del empate en el mismo primer inning cuando combinaron hit y robo de segunda de Roel Santos, quien llegó a tercera por roling al cuadro y desde allí lo empujó su hermano Raico Santos, con fly de sacrificio.
Luego en el quinto le garantizaron las dos que necesitaba para su triunfo. Parecía que Yera cerraría con escón de ponches, pero luego de estrucar a los dos primeros, Alexquemer Sánchez conectó doble, se cuidó de Roel Santos con boleto, el único que concedió en el partido, pero Osvaldo Abreu disparó triple que limpió las bases.
“Creo que fue inteligente por parte del equipo de Matanzas pasar a Roel —comentó Abreu— porque no es menos cierto que es un gran bateador, pero ya me había dominado y estaba más preparado, en dos y uno en ese turno fui a tirarle a la pelota y salió el batazo”.
De conservar la victoria se encargó Carlos Santana, quien retiró el noveno de uno, dos y tres para anotarse juego salvado.
En el box de enfrente, Yoanni Yera, pese a la derrota, tuvo una de sus mejores presentaciones al trabajar completo en ocho innings con once ponches propinados: “Fui bateador por bateador, no fue que me cuidé de Roel, me cuidé de todos, le di la base como se le da a un bateador normal, después el lance a Abreu se me quedó en la zona de strike, esas cosas están en el juego, ganó el que mejor jugó e hizo más carreras, este es el primer partido, tenemos más oportunidades”.
Un detalle táctico pudo marcar el rumbo del partido en el quinto: el mal corring de Willian Luis en tercera, base donde fue enfriado por tiro de Alexquemer cuando el camagüeyano no se deslizó como debía. Entonces fue a la banca, en son de castigo, tal como lo explicó luego el manager Ferrer : Esa fue una jugada importantísima, fue en tercera, una base donde con cualquier cosa podía anotar, no se fijó en el coach y pensó de que el jardinero no iba a tirar, el tercera base hizo la jugada del gato y el ratón, se quedó con las manos debajo como que no veía el tiro y de buenas a primeras lo sorprendió, lo llevé a la banca, eso es disciplina, sino se nos va el equipo al piso, fue una jugada que pudo haber incidido, fue un mal corrido de bases”.
Detalles aparte, propios de las tensiones de la final, nada deslució al partido, al decir del manager matancero: “Fue un gran partido con dos lanzadores que se presentaron muy bien, con cuatro hits a pesar de dar dos jonrones, jugaron mejor que nosotros y se llevaron la victoria, el impas que tuvimos no creo que haya sido factor determinante, creo que fue por el gran pitcheo de Blanco, el mejor lanzador derecho de Cuba. Los cuadrangulares los dieron hombres que no esperábamos, no nos respondió nuestro cuarto bate Arruebarruena, esa es la pelota”.
Para los Alazanes fue el triunfo de la recompensa. Ninguno de los equipos afectados por la covid 19 había podido ganar el primer partido luego de la cuarentena. Ellos sí. Quizás por eso mientras saludaba a su equipo, le escuché decir al capitán Carlos Benítez: “muy bien, recuerden que ellos son los favoritos”
Por eso le pregunté a Carlos Martí ¿hasta dónde el peso del favoritismo mediático hacia Matanzas, decidió en la manera en que Granma salió al terreno?
“Matanzas está lleno de figuras, es un equipo que tiene muchos nombres, no sé si lo dan como favorito por eso o porque ganó el campeonato el año pasado, pero nosotros no nos sentimos menos por eso, salimos a jugar béisbol a pesar de tener el inconveniente de que no pudimos prepararnos bien para enfrentar esta final, pero eso a veces hace que la gente multiplique el esfuerzo y creo que ahí es donde está el resultado, Fue un excelente partido, digno de una final, son dos equipos que saben jugar en finales, con dos de los mejores lanzadores del país, por tanto uno de los dos tenía que ganar”
Desde Japón el líder natural de los granmenses Alfredo Despaigne, celebró su récord más reciente: el de ser el pelotero cubano con más cuadrangulares en la historia del béisbol japonés, con 161, con el triunfo de su elenco: “Él nos llamó desde Japón antes del partido-narró Lázaro Blanco-nos dio la seguridad, la confianza y el apoyo, nos dijo que iba a seguir el partido, que lo viéramos como normal pero que fuéramos conscientes del trabajo que iba a desarrollar cada cual, que saliéramos a darlo todo que ya los Alazanes saben lo que es jugar una final y que había que demostrarle a Cuba que hay Alazanes pa rato”.
Y eso, quizás, hizo también la diferencia.
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