Aunque algunos sitios, como el portal cubano CubaSí, ya habían usado antes el término, ante la oportunidad del neologismo, la Real Academia Española (RAE) ha reconocido recientemente el vocablo covidiota, sumándolo a su Diccionario Histórico de la Lengua Española.
Ocurrió sin demasiado ruido el pasado abril, cuando aclaró que se trata de un calco estructural del inglés covidiot, y define a la “persona que se niega a cumplir las normas sanitarias dictadas para evitar el contagio del COVID”. Esa Academia refiere que la palabra se documentó por primera vez en el año 2020, en EE.UU. y luego en España.
Sin dudas, no son los diccionarios, sino el lenguaje, el que, como ente vivo, se sigue reinventando y ajustando a cada presente.
En consecuencia, también otros términos han sido reconocidos, como Covidioma: vocabulario creado o activado en el uso durante la pandemia, Coronabebé: bebé nacido durante la pandemia, Covidfobia: miedo patológico a la COVID, Coronaboda: boda celebrada durante la pandemia del coronavirus, Coronadivorcio: divorcio producido tras el confinamiento por la pandemia, y Coronacompra: compra realizada durante la pandemia del coronavirus, generalmente con sobreprecio —por cierto, de las coronacompras los cubanos podríamos hacer un diccionario aparte—.
Esta maldita pandemia también ha dejado y dejará sus huellas en todos los idiomas, luego de haberse extendido a más de 190 países. Y tan abundante ha sido el uso de esos y otros vocablos que dejaron de ser considerados neologismos para ser oficialmente reconocidos luego de que el habla cotidiana, la que realmente decide, así lo hiciera.
Felizmente, parece que cada vez serán menos los covidiotas.
Pero lo mejor en esto del covidioma está todavía por pasar. Será cuando las futuras generaciones, esas que hoy son solo un beso imaginado entre parejas que están por unirse, pregunten curiosos a sus mayores: “mamá, ¿y qué quiere decir COVID-19?”
(Tomado de Cubasí)
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