Cuando Álvaro Ortega Montes dio un clic se vio en el patio delantero de la Casa de la Guayabera con el legendario puente colonial sobre el río Yayabo de frente, al ritmo del Septeto espirituano. Desde su casa en Colombia sintió de cerca la energía que impregna una agrupación de 95 años y que, como a él, le ha arrancado suspiros a más de 5100 internautas en la red social YouTube.
“Excelente. Que viva el son. Mil gracias por compartir”, prefirió comentar, tras su deleite.
Otra muestra que nos confirma que el arte sana, alimenta. Es el remedio más efectivo y universal para las almas porque rompe límites geográficos, idiomas, idiosincrasias. Transforma actitudes y aptitudes. Calma y salva siempre, incluso en tiempos de epidemias.
Tanto es así, que los artistas cubanos no han perdido ni un instante y han volcado sus creaciones en redes sociales para apoyar todo lo que se hace en nuestro país en aras de frenar el paso arrollador de la COVID-19 y apoyar al resto del orbe en una batalla que ya ha dejado a su paso milllones de víctimas.
De acuerdo con los reportes de la prensa, el hielo lo rompió David Blanco desde la sala de su casa por Facebook Live, en la plataforma digital Tunturuntu Pa Tu Casa y en el canal de YouTube Litle Cube Time. A dicha provocación se han sumado otros muchos con melodías, pinturas, danzas y lecturas de textos, diseminados a lo largo y ancho de esta isla.
A la par de esa revolución artística, el Ministerio de Cultura y los Institutos cubanos de la Música y de Radio y Televisión trazaron alianzas para transmitir algunas de las propuestas que han cambiado los colores y sonidos del contexto actual, gracias a la magia del Facebook Live.
Fue ese el inicio de una estrategia de país, liderada por la productora audiovisual Lía Videos, radicada en Santiago de Cuba, gracias a que fue en un momento la única de su tipo en el país que logró streamings para redes sociales.
“La llegada de la COVID-19 resultó el momento justo para transmitir un canto de apoyo y esperanza. Por tanto, nos trazamos como objetivo promocionar un producto que motive e interese a quienes hoy tienen que estar en casa y que, al mismo tiempo, invite a reflexionar sobre cuál es la gravedad de la situación y que resulta imprescindible cumplir con las medidas”, dijo a esta reportera cuando aún el SARS-CoV-2 era prácticamente desconocido en nuestro país, Reilys Griñán García, una de las líderes del proyecto oriental.
Poco a poco sus transmisiones rompieron récord de visualizaciones, lo que exigió que el Mincult se lanzara a una nueva aventura: estimular a que todas las provincias fueran capaces de generar productos para posicionar lo mejor de las culturales locales en el ciberespacio, ya que sus escenarios habituales demorarán en volver acoger a sus públicos.
“Han nacido estudios con los recursos de las propias provincias y se trabaja de forma gratuita —refiere Carlo Figueroa, quien no necesitó de muchas razones para otra vez romper con el estatismo—. Poco a poco se han ido sumando territorios y hoy ya podemos hablar de una gran cadena que tiene como objetivo mostrar lo que nos identifica y sucede, desde fuera de los medios de comunicación tradicionales”.
SET EN EL CORAZÓN DEL YAYABO
Desenfadados para muchos por salir de las cuatro paredes concebidas para transmitir materiales y atemperados al contexto internacional, tras reconocer que las instituciones deben salir de lo clásico y aprovechar la riqueza de las tecnologías para generar contenidos atractivos capaces de dialogar en todas las plataformas comunicativas, surgió Quinta Studio, el set audiovisual del Sectorial de Cultura y Arte en Sancti Spíritus.
“Todavía hay mucha resistencia a lo digital, al cambio tecnológico. Aún muchos no ven la efectividad de este tipo de producción que no es concebido exclusivamente para la televisión. La idea es que se redimensione la cultura con un nuevo lenguaje, con una visualidad diferente. Creo que es una fortaleza que hay que aprovechar”, alegó el reconocido realizador radial.
Entre los numerosos cambios, hasta la propia Casa de la Guayabera, su habitual set, ha debido transformarse. La galería se volvió estudio. Una pared verde como recortador, una consola de sonido y un set minimalista con sello del Equipo A se convierte en centro creativo para el colectivo más recurrente, liderado por Figueroa, Alien Fernández Martínez, miembro de la filial de la Asociación Hermanos Saíz, y Moisés Yanes, trabajador del sector cultural.
“Nos falta incentivar espacios de debate, entrevistas e ir posicionándonos. La fuerte presencia de la COVID-19 nos obligó a frenar la producción, pero ya es necesidad volver. Por eso, incluso tenemos alianzas con el periódico Escambray y ya llegamos con pases al Canal Caribe. Nuestros creadores tienen que ganar en visualidad y mucho más en tiempos de tanto bombardeo mediático.
“También precisamos que las instituciones, no solamente de la cultura, sino del resto de los sectores, acaben de concientizar que a la comunicación hay que destinarle recursos, presupuestos y condiciones de trabajo. Laboramos con nuestros propios celulares; con un mínimo de cámaras, todo sería mucho mejor.
“Pero lo más importante es que ya existimos porque los tiempos son de reinventarse, buscar discursos efectivos. Recuerdo siempre a la doctora en Ciencias de la Comunicación Ana Teresa Badía, quien dice que los paradigmas en la comunicación han cambiado como ha sucedido en lo social, comunitario y, por supuesto, cultural. Cuba vive momentos de transformación y nuestra cultura y sus representantes no pueden estar rezagados”.
CONTAR LO MISMO, PERO DIFERENTE
Cuando a la escritora Dalila León Meneses el propio Carlo Figueroa la provocó para crear un espacio artístico-literario virtual le pareció extraño, pero aceptó y tres años después agradece el reto que es Cuando el río suena.
“Así iniciamos lo que creemos que fue la primera lectura online en Cuba de poesía y trova, algo normal y necesario ahora, pero que tuvo un gran impacto entre los poetas. ¡El hecho de funcionar en Facebook y de promover vídeos en vivo logró atraer muchos jóvenes que incluso venían de Santa Clara! Libros gratis, presentación de nuevos títulos, y pequeños pero sentidos homenajes a grandes figuras, no solo espirituanas, también llamaron la atención; y aún hoy, en medio de esta terrible pandemia, no hemos dejado de promover mes tras mes autores espirituanos”.
A esa experiencia se le añaden las jornadas de la Feria Tecnológica La Guayabera 5.0, único espacio del país que intentó en cada edición convertir a Sancti Spíritus en la capital donde se fusionaran la cultura y todo lo que oliera a tecnología.
Con esas antecedentes, hacer andar Quinta Studio no ha sido tan engorroso. Lo más complejo es y será cómo atrapar a un mayor número de personas en un escenario diverso y dinámico con lo mejor de nuestra cultura.
“Cuando empiezas a recibir notificaciones de una persona en Japón que disfruta con la música cubana, o alguien de Israel te pide un tema, reconoces la magnitud de este reto que implica la interactividad, su respuesta rápida, la cercanía con quien te ve —opina Dayron Chang Arranz, profesional santiaguero con palabra experta en estas lides al contar en su currículo con cientos de horas en transmisiones vía streaming—. Con esta propuesta se acentúa el desafío de la inmediatez al transmitir en tiempo real cada novedad, cada noticia o cada historia que en cualquier rincón del planeta merece y debe ser contada”.
Un reto al que no está ajeno Carlo Figueroa con su carisma y quien sabe que precisa romper con la hechura acartonada que hoy predomina en las propuestas televisivas, en su mayoría volcadas a la red de redes.
“Los que estamos en esto somos casi todos emigrantes, no nativos digitales. De ahí que tenemos que estudiar y renovar los códigos de los lenguajes audiovisuales, que han cambiado desde un plano hasta la musicalización”.
A cuatro meses de su estreno, Quinta Studio tiene un largo desafío por delante: tanto seguir ganando seguidores como convencer al público y a los críticos en un laboratorio de aprendizajes constantes.
Solo así, el récord de 1 411 reproducciones de la interpretación a capela del tema Pensamiento por la solista Patricia Broche de madrugada sobre el legendario puente yayabero y publicado en el perfil de Facebook del propio canal será habitual. También se multiplicarán los comentarios como los del internauta Miguel Ángel Valdivia: “Lo tomo como un regalo personal”.
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