Pasión de multitudes y fuente de los más variopintos criterios entre alegrías y tristezas, el béisbol de Cuba celebra su último ascenso al Olimpo, al engrosar este martes la lista de Patrimonio Cultural de la Nación.
¡Un sueño hecho realidad! Esa fue la exclamación colectiva de todos los presentes aquí, en el centenario estadio Palmar de Junco, cuyos metros cuadrados acogieron el nombramiento ante los vítores de atletas en activo y glorias deportivas, sin obviar a invitados especiales y miembros de la prensa acreditada.
En su alocución, el presidente del Instituto Cubano de Deportes, Osvaldo Vento, dedicó sentidas palabras al Comandante Fidel Castro, fiel seguidor de la disciplina de las bolas y los strikes, así como uno de sus grandes valedores desde la llegada de la Revolución, el 1 de enero de 1959.
Aunque bajo un intenso sol, la tarde estuvo colmada de estrellas, como el legendario exjardinero Wilfredo Sánchez, quien calificó la jornada de ‘histórica’: Este es un justo premio y llegó en el espacio perfecto, por ser una de las casas de nuestro béisbol, manifestó a Prensa Latina.
Otra estrella del pasado, el ex torpedero Rodolfo Puentes subrayó que esta isla respira al ritmo de jonrones, fildeos y lanzamientos, razón por la cual también se reconoce la pasión del pueblo.
En esa línea, Alfredo Santana, investigador e historiador, opinó que la pelota conquistó un nuevo triunfo. ‘Una victoria merecida, porque es parte de nuestra identidad y nacionalidad’.
El béisbol integra ese andar cotidiano de las personas y este es un paso importante en pos de regresar a planos estelares en eventos internacionales, como siempre estuvimos en el pasado, agregó Santana.
También contaron anécdotas y volvieron a abrazarse luminarias de la talla de Félix Isasi, Gaspar Pérez, Luis Giraldo Casanova, Jorge Luis Valdés, Braudilio Vinent, Lázaro Junco y los otros hermanos Sánchez: Fernando, Arturo y Armando.
La condición de Patrimonio Cultural de la Nación constituye una de las acciones de salvaguardia más significativas de la escena creativa y responde a destacar elementos identitarios dentro de la ciudadanía de la mayor de las Antillas.
Anteriormente, fueron exaltados el instrumento de cuerdas tres, la rumba, el repentismo, el son, las lecturas de tabaquería, el danzón, las parrandas de la región central y el carnaval de Santiago de Cuba.
De igual manera, las charangas de Bejucal, los saberes de los maestros roneros, el órgano oriental, el changüí y la cocina criolla, así como la fiesta de los bandos azul y rojo de Majagua.
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