El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, ofreció este miércoles una conferencia de prensa ante el cuerpo diplomático acreditado en la nación antillana con el objetivo de denunciar lo que se orquesta contra Cuba de cara al 15 de noviembre. Recordó el Canciller que, ese día, se producirá la apertura del país y la reactivación de la economía.
También tendrá lugar el reinicio a escala masiva de los vuelos internacionales, lo que incluye la acogida a los cubanos que no han podido regresar debido a las restricciones por la COVID-19.
Visitantes de todas las latitudes, incluyendo visitantes estadounidenses, podrán llegar a la isla, señaló.
Sin embargo, advierte, los intentos constantes agudizados en los últimos meses para generar condiciones de desestabilización en el país y dañar la paz social de la nación caribeña, buscan aguarnos nuestra fiesta.
No vamos a permitir que la agresión organizada desde el exterior vaya a echar a perder el momento alegre de nuestro pueblo. Con estricto apego a nuestra Constitución, se defenderá el orden que refrendamos de manera masiva, agregó.
El eje central de esta operación organizada desde Estados Unidos, con la intervención de altos funcionarios, congresistas y senadores anticubanos, es un intento de desestabilización cuyas consecuencias, en otros países, han provocado conflictos.
El libreto que sigue EE. UU. es un intento desesperado y se basa en utilizar como pretexto que Cuba tiene un estado fallido para incrementar las sanciones como parte de su política de cerco económico.
Más de 60 sanciones en la pandemia han impulsado desde la administración estadounidense, de manera que se trata de una campaña prolongada por más de 60 años, añadió el Canciller.
También señaló que el gobierno de EE. UU. sabe perfectamente que sus campañas intentan provocar sufrimiento, un sufrimiento que provoque el llamado estallido social.
Pretenden alterar la paz en nuestro país, repitió, y usan para ello una poderosa maquinaria comunicacional para convertir un escenario inexistente en una supuesta realidad.
Denunció, además, los cuantiosos materiales que se reciben con este fin, así como los beneficios dirigidos a los operadores mediáticos. Agregó que se trata de una operación, desde el punto de vista material y práctico, gestionada desde Estados Unidos.
A los diplomáticos les informó que los grupos privados que se han establecido en Facebook realizan prácticas en violación de las leyes cubanas, y las llamadas políticas de comunidad que la propia plataforma establece.
Facebook podría ser severamente demandada por esta práctica contra Cuba.
El canciller denunció, también, que se viola el derecho de un Estado soberano en ejercicio de la libre determinación al intervenir en sus asuntos y forzar un cambio de régimen por decisiones estrictamente políticas
Exigimos el derecho de Cuba a la paz y la estabilidad ciudadana ante una potencia que quiere alterarla.
Rodríguez llamó la atención sobre el hecho de que, hasta este 10 de noviembre, ya son 29 las declaraciones de funcionarios del gobierno de EE. UU. y de figuras influyentes de ese país, dirigidas a orientar e instigar acciones de desestabilización.
Hay, también, abiertas amenazas de nuevas sanciones y de represalias contra nuestro país; y plantean exigencias para que Cuba permita acciones que no permitiría el mismo Estados Unidos.
Asimismo, solicitan y presionan a distintos gobiernos a que se sumen a estas acciones contra Cuba; y piden a los diplomáticos en La Habana que asistan a estas acciones. Hablan de luchadores por los derechos civiles con verdadera desvergüenza, agregó.
Sorprende el doble rasero y el cinismo con que figuras del gobierno de EE. UU. se refieren a estos temas; los mismos que no dicen nada sobre masacres de defensores de derechos humanos y violaciones en diversas partes del mundo, añadió.
De desvergonzada calificó el Canciller, la manera en que se refieren a supuestas ayudas del gobierno de los Estados Unidos a Cuba.
Explican vías para facilitar el envío de ayuda y bienes humanitarios a la isla, pero mienten: no ha habido ninguna ayuda por parte de EE. UU. Ni cuando Cuba necesitó ayuda de oxígeno. No se ha enviado ni una sola tonelada de alimento o medicamentos a la Mayor de las Antillas por parte de la administración norteamericana. Solo ha llegado lo proporcionado por grupos de solidaridad con la isla.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos continúa aplicando medidas que impiden la reunificación familiar, los viajes familiares y el otorgamiento de visados. Impiden a ciudadanos cubanos de doble ciudadanía acceder a su territorio; y no deja de ser discriminatorio que no se permita la entrada de los cubanos por haber sido vacunados con los inmunógenos de la isla, cuya eficacia ha sido verificada por las autoridades sanitarias y regulatorias de nuestra nación.
Con estas prácticas alientan a la emigración irregular que crea situaciones críticas para los países por los que transitan los ciudadanos del país por llegar a EE. UU. Sorprende el cinismo con que garantizan becas a ciudadanos cubanos en condición irregular y no tiene certificados de vacunación.
El gobierno ha sido incapaz de ofrecer ayuda humanitaria a nuestro pueblo, y ha roto la tradición de otros gobiernos que, ante desastres naturales, han ofrecido su ayuda.
Aun si EE. UU. no hubiera tenido voluntad de cumplir sus promesas electorales, pero hubiera tenido alguna vocación humanitaria, hubiese hecho algún ofrecimiento para enfrentar la pandemia.
Solo la semana pasada fue que se acercaron a nuestra sede en Washington, cuando Cuba prácticamente ha cumplido su programa de vacunación a los niños y han ofrecido una supuesta donación con disímiles requisitos.
Están ofreciendo vacunas a una población ya vacunada, con requisitos injerencistas y la condición de hacer estudios clínicos con sus vacunas para cerciorase de que sean compatibles con las cubanas.
Si esa oferta es seria, sincera y responsable, nuestro país la reconocería como un paso en la dirección correcta. Hemos ofrecido que utilicen esa donación junto a las cubanas para un país altamente necesitado de ellas, con participación del personal de la salud de ambos países para su aplicación.
El gobierno de EEUU no tiene verguenza, nunca lo ha tenido
Estamos en el umbral de una invasión militar yankee.