Como expresara su convocatoria en diciembre pasado, el Octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), previsto del 16 al 19 de abril, analizará asuntos medulares de la vida política, económica y social del país. Su desarrollo tendrá una importancia estratégica para el destino de la nación, la garantía de la continuidad del proceso revolucionario y la irreversibilidad del socialismo.
Durante varios meses, con la participación de compañeros de distintos niveles de dirección en el Partido y representantes de organizaciones e instituciones, se elaboró un documento, que será discutido por los delegados que participen en la Comisión que evaluará el cumplimiento de la Resolución del 7mo. Congreso acerca de los objetivos de trabajo de la Primera Conferencia relacionados con el funcionamiento, la actividad ideológica y la vinculación con las masas. También contiene las proyecciones para perfeccionar el trabajo en las actuales y futuras circunstancias.
Su contenido es resultado del proceso de balance de las organizaciones de base en el año 2020 y de consultas realizadas a los organismos de dirección provinciales del Partido, así como a las direcciones nacionales de la UJC, a las organizaciones de masas, y a las direcciones políticas de las FAR y del Minint, teniendo en cuenta la imposibilidad de un proceso de consulta de mayor amplitud ante la situación presentada por la COVID-19.
Precisamente, durante la batalla contra la pandemia se ha estrechado el vínculo directo de los dirigentes con el pueblo, que ha reconocido la dedicación, responsabilidad y capacidad de los cuadros de dirección para enfrentar complejas situaciones.
El nuevo coronavirus ha probado la fuerza y resistencia del pueblo cubano. Su enfrentamiento constituye la muestra más precisa de que solo el socialismo es capaz de convertir la solidaridad y el humanismo en prácticas cotidianas, mucho más cuando de lo que se trata es de salvar vidas.
Durante estos últimos años, el Partido ha conducido su labor en el cumplimiento de las principales misiones expresadas por su Primer Secretario en el anterior Congreso: el desarrollo de la economía nacional, junto a la lucha por la paz, la unidad y la firmeza ideológica.
Lo ha hecho en un escenario especialmente complejo, caracterizado por el recrudecimiento del bloqueo, el incremento de la subversión político-ideológica y una crisis económica que impacta a todos los países, ahora agravada por la situación epidemiológica.
Con el objetivo de cumplir las resoluciones y acuerdos aprobados en el 6to. y 7mo. Congresos y la Primera Conferencia Nacional, el Partido acometió transformaciones necesarias en su sistema de trabajo, entre las cuales se encuentran la eliminación de la figura del Instructor encargado de la atención directa a los núcleos en la estructura de los comités municipales, y una mayor flexibilidad para la organización y definición de prioridades a ese nivel por parte de los burós y sus primeros secretarios como máximos responsables.
Hoy se muestra un avance en el fortalecimiento de los comités provinciales y municipales y una mayor presencia de sus miembros en procesos políticos y otras tareas de vital importancia. Se ha perfeccionado el sistema de atención a las organizaciones de base y la manera en que se relacionan los dirigentes con estas, dándoles mayor protagonismo y asunción de responsabilidades, lo que favorece el prestigio y la autoridad de la organización, sobre lo cual se insistirá en los próximos debates y proyecciones.
Ello ha coadyuvado a que en este último quinquenio crezca de manera significativa el número de militantes y de organizaciones de base, lo que permitió revertir el decrecimiento en sus filas, evaluado en el anterior Congreso.
En esas estructuras es válido destacar los procesos políticos efectuados para la transformación de los problemas que están presentes en los centros laborales y la sociedad, a partir de fortalecer la combatividad y la ejemplaridad de los militantes. En su seno se ha estimulado el debate de asuntos de diversa naturaleza, y, sobre todo, se han encontrado salidas a las dificultades del radio de acción.
Resulta imprescindible subrayar que la tercera parte de los nuevos militantes proviene de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), cifra superior a etapas anteriores. También la UJC ha alcanzado un aumento sostenido de sus miembros entre los estudiantes y los jóvenes trabajadores, priorizando a los campesinos, obreros y otros sectores decisivos de la economía, que en un futuro cercano serán una contribución importante al crecimiento partidista.
Una actuación más ágil
Al evaluar esta etapa, se identifican problemas que aún persisten y limitan los resultados. El Congreso abordará cómo en los territorios no siempre se atienden con inmediatez e iniciativa asuntos que ameritan una actuación más ágil, en lo que inciden no pocas veces la falta de acompañamiento y asesoramiento. Los delegados se adentrarán en las causas de por qué no existe un seguimiento diferenciado y sistemático en algunos centros de importancia estratégica.
Debatirán, además, sobre la necesidad de elevar el rigor y la exigencia en el análisis del cumplimiento de la responsabilidad individual de los cuadros y profundizarán en la importancia de que las reuniones de los burós ejecutivos del Partido con los secretarios generales constituyan un espacio de intercambio y aprendizaje.
Si algo ha caracterizado el trabajo del Partido en esta etapa es el de la atención prioritaria a los temas de la economía. Han sido objeto de análisis y atención por las distintas estructuras cuestiones relacionadas con las exportaciones, la sustitución de importaciones, la producción de alimentos, los encadenamientos productivos, las inversiones, el ordenamiento monetario, el ahorro, entre otros.
A pesar de lo alcanzado, en ocasiones ha primado el formalismo y no se ahonda en las causas y responsables, ni se involucra a los militantes y trabajadores en la búsqueda de soluciones. Por ello, el Congreso examinará la situación de núcleos que no discuten ni actúan con la fuerza y energía necesarias ante incumplimientos productivos u otras deficiencias de sus entidades.
Los asistentes a la cita partidista pondrán énfasis en que no pocas veces los análisis sobre los asuntos económicos-productivos obvian las debilidades de carácter subjetivo y tampoco se les exige responsabilidad, como corresponde, a los cuadros encargados de dirigir las diferentes tareas.
Los delegados también colocarán en su agenda de trabajo cómo lograr una eficacia superior en la labor político-ideológica con los trabajadores no estatales, que debe consistir en estimular su aporte y participación en la vida socioeconómica y propiciar el despliegue de sus capacidades y potencialidades, en correspondencia con sus intereses y los del país.
Este asunto resulta esencial para continuar promoviendo y exigiendo el respeto a la ley y a las conductas apegadas a la ética, así como el enfrentamiento a la corrupción e ilegalidades y a prejuicios existentes sobre el sector.
El Congreso delineará proyecciones para fortalecer el vínculo permanente con los trabajadores del sector no estatal, propiciar el debate e intercambio y la canalización apropiada de sus preocupaciones, haciendo mayor hincapié en la preparación integral de aquellos que tienen responsabilidades partidistas, juveniles y sindicales.
En la nueva etapa debe continuarse insistiendo en que el Partido ejerza su papel dirigente, como lo mandata la Constitución de la República, utilizando las vías y métodos que les son propios, a lo cual contribuye el perfeccionamiento de las estructuras de dirección del Estado y del Gobierno.
En la trinchera ideológica
Por su significación e importancia para los tiempos actuales y futuros, el 8vo. Congreso priorizará el debate de los temas ideológicos.
Teniendo en cuenta los intereses individuales y colectivos a partir de las transformaciones económicas en marcha, el Partido continuará incentivando la participación creciente de los ciudadanos en asuntos determinantes del presente y del futuro del país, premisa indispensable para la preservación y fortalecimiento de la unidad.
En los últimos años se ha realizado un seguimiento sistemático de los estados de opinión de la población, necesario para la toma de decisiones y la medición de sus impactos, alcanzándose una retroalimentación superior con los ciudadanos. Ello ha permitido evaluar propuestas y acometer rectificaciones.
A la vez, se ha priorizado el enfrentamiento a prejuicios y discriminaciones por el color de la piel, género, orientación sexual y creencias religiosas, profundizando en sus causas y adoptando acciones, aunque aún quedan rezagos y estigmas por eliminar, en lo cual debemos avanzar.
Se someterá a la evaluación del Congreso lo realizado en la investigación, conocimiento y divulgación de la historia, la promoción del ideario martiano, del legado de Fidel y su articulación con la enseñanza de la ideología revolucionaria en la actualidad.
Un punto de mira del magno evento partidista será, sin dudas, el fortalecimiento de las instituciones culturales y organizaciones de artistas e intelectuales y el diálogo con los creadores. Esenciales resultan sus aportes al desarrollo del país y su vida espiritual, cuando se pretende utilizar la cultura como punta de lanza contra la nación y nuestro sistema socialista.
Convencido de que, de pensamiento es la guerra mayor que se nos hace, el Partido ha incluido en su sistema de trabajo el seguimiento y enfrentamiento a la subversión político-ideológica que tiene en internet y las redes sociales un escenario permanente de confrontación con el enemigo. El Congreso enfocará su mirada en cómo alcanzar una efectividad superior en todos los ámbitos y formas, utilizando los medios disponibles para asumir la batalla comunicacional con mayor creatividad e inteligencia.
En ese empeño seguirá cumpliendo un rol fundamental el desarrollo de una eficaz política informativa y una adecuada comunicación social, además del papel de los medios de prensa y de sus profesionales en la generación de contenidos a través de todas sus plataformas.
La comunicación continuará siendo un pilar para la gestión del Gobierno y un recurso estratégico para el avance y defensa de nuestro sistema socialista, en momentos de grandes desafíos asociados al proceso de informatización de la sociedad cubana, que ha tenido un impulso en los últimos años, aunque aún con muchas potencialidades por desarrollar.
En la batalla por sembrar conciencia, el enfrentamiento a la corrupción, el delito, la indisciplina social e ilegalidades; también exige mayor sistematicidad y rigor; tema en el que profundizarán los delegados. Las claves para resolver estas desviaciones están en el actuar ético y responsable de todos y, fundamentalmente, en la conducta intransigente de cada militante y revolucionario frente a lo que debilite y dañe a la Revolución.
En todas estas acciones se impone consolidar la atención a la Juventud, con mirada creadora, mayor dinamismo y teniendo en cuenta sus características e intereses, por ello los debates de la cita partidista se centrarán en el vínculo permanente, y a todos los niveles, del Partido con los jóvenes y la organización política que los representa.
Se deberá priorizar la preparación de sus dirigentes, el funcionamiento interno y la atención a las organizaciones de base, en aras de fortalecer la labor ideológica y formativa con sus militantes y jóvenes, entre los que se encuentran los miembros de la FEEM y la FEU, a quienes debemos acompañar y darles cada vez más posibilidades de participación.
Interacción conste constante con el pueblo
En su relación con las organizaciones de masas, el Partido seguirá empleando métodos y formas de actuación acordes con el contexto actual y la adecuación a este de sus misiones.
Respecto a la atención por parte de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) al movimiento obrero y la que le corresponde a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) con los campesinos, cooperativistas y usufructuarios, resulta necesario dinamizar su actuación, por el peso que ambas tienen en las transformaciones en marcha en la economía y por su protagonismo en la vida sociopolítica.
En la comunidad, el trabajo ha intencionado la atención permanente del Partido a los Comités de Defensa de la Revolución y a la Federación de Mujeres Cubanas. Ambas organizaciones deberán seguir perfeccionando sus formas de actuar y adecuando sus misiones a los retos presentes e intereses de sus miembros, como lo han demostrado en la batalla contra la covid-19 y en el enfrentamiento al delito y las ilegalidades.
Resaltan en esta etapa la realización de audiencias públicas, barrios debates, la creación de Destacamentos y Frentes, como modo de involucrar a sus miembros y atraer a los jóvenes. Sin embargo, no se alcanza la efectividad requerida, principalmente, en las acciones dirigidas a la prevención y al trabajo social.
De igual forma, aunque la puesta en práctica del programa de atención integral al perfeccionamiento de los órganos del Poder Popular, implementado por la Asamblea Nacional, muestra un saldo favorable, el Partido encaminará su trabajo a promover un mejor funcionamiento de los órganos del Poder Popular para que estos asuman las responsabilidades que les competen, apoyando y exigiendo una mayor eficacia en la labor de sus estructuras y cuadros.
El Congreso abordará estos y otros desafíos, con sentido del momento histórico. Resultará una ocasión especial para ratificar que la condición de fuerza dirigente del Partido descansa en su autoridad moral, en la influencia que ejerce sobre las masas y en la confianza que el pueblo deposita en él; será un espacio para el debate de ideas y para continuar construyendo una Patria socialista e independiente, en el presente y el futuro.
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