Transformar la compleja red de una telaraña en sonido fue el resultado de un equipo de investigación empeñado en realizar un proceso conocido como “sonificación” para percibir de una manera más sencilla su música.
Así lo describe un artículo publicado por Yahoo/Noticias el cual recoge que además de ser algo curioso, el hecho tiene más relevancia de lo que parece, debido a que las arañas hacen algo parecido en su día a día. Lo cierto es que estos animales antrópodos no tienen una gran agudeza visual por lo que sus ojos —que además son muchos— no forman imágenes nítidas sino muy rudimentarias, pero son muy hábiles en detectar cambios de luz, oscuridad y movimientos alrededor de su tela o red.
El caso es que, según los investigadores, para entender su entorno y navegar su mundo las arañas emplean vibraciones, ya sean de las hojas, provocadas por otros animales al moverse, por otros congéneres al golpear el suelo o las que salen de sus propias telas de araña, las cuales no dejan de ser un sonido.
Si nos remitimos a la resonancia de una guitarra, un violín o cualquier instrumento parecido comprobamos que sus cuerdas vibran hasta producir sonidos y eso, precisamente, es lo que hace una tela de araña para que el animal detecte y se relacione con su entorno.
Convertir en sonidos las telas de araña, asignando una frecuencia a cada hilo de esta, ayudará a entender mejor el mundo de las areneas. Incluso, en algún momento, podría contribuir a “comunicarnos” con ellas.
Por supuesto que la sonorización de las telas de araña no resulta perfecta. Es decir, no se pretende que lo que nosotros percibimos al haberlas traducido a sonidos sea lo mismo que percibe el animal.
Explica el artículo que el sonido que produce una cuerda al vibrar depende, principalmente, de su longitud, pero el diámetro de la cuerda, conocido como calibre, o su composición, dan otras propiedades al mismo. Pero la frecuencia viene determinada principalmente por la longitud y la tensión y eso es igual para los humanos que para las arañas.
De cualquier forma, el siguiente paso que se quiere dar es generar sonidos propios de una telaraña y comprobar cómo reaccionan las arañas ante estos, es decir, dar los primeros pasos para intentar deducir su lenguaje.
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