Conrado Benítez García regresaba al aula que había nacido en plena serranía y materializaba la noble idea de la campaña de alfabetización cuando fue apresado, torturado y cruelmente asesinado por una de las bandas contrarrevolucionarias desplegadas en la zona. Era el 5 de enero de 1961, un humilde joven de apenas 18 años se convirtió en una de las primeras víctimas del terrorismo desatado por el gobierno de Estados Unidos contra la Revolución cubana.
Sesenta años después, en las montañas de la comunidad de Pitajones, perteneciente al municipio de Trinidad, generaciones de alfabetizadores, maestros, alumnos y campesinos rememoraron los sucesos para rendir homenaje al joven brigadista durante el acto nacional presidido por Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra deEducación, Deyvi Pérez Martín, primera secretaria del Comité Provincial del Partido, Teresita Romero Rodríguez, Gobernadora de Sancti Spíritus, entre otros dirigentes de las organizaciones políticas y de masas.
En nombre de los alumnos de la escuela pedagógica Rafael María de Mendive, el recién graduado en la especialidad de Maestro primario, Yoelkis Pérez Peneca, conmovió con su mensaje de convicción y compromiso al evocar la nobleza de Conrado Benítez, su vocación por el magisterio, la grandeza de la obra educacional cubana con la máxima de una enseñanza humanista y su continuidad entre los jóvenes, los que forman y aprenden.
En el homenaje que se le tributó a Conrado Benítez García y a los campesinos asesinados por la contrarrevolución armada, apenas iniciada la campaña de alfabetización, se entregaron importantes reconocimientos, entre ellos la distinción Rafael María de Mendive a un grupo de trabajadores con 20 y 25 años de entrega profesional y la condición de Jóvenes por la vida a aquellos que permanecieron en la primera línea de combate en la lucha contra la COVID-19.
Durante el acto fue entregado, además, el certificado de Proeza Laboral, por acuerdo de la Central de Trabajadores de Cuba, a instituciones educacionales de la provincia que funcionaron como centros de aislamiento y la asistencia médica durante el enfrentamiento al nuevo coronavirus. Por única vez y como premio al altruismo de los trabajadores del sector, se instituyó el Sello Mérito al humanismo, sensibilidad y solidaridad, recibido por Andrei Armas Bravo, director provincial de Educación.
Ena Elsa Velázquez Cobiella rememoró la trayectoria de Conrado Benítez, quien había nacido en Matanzas el 19 de enero de 1942 y ante el llamado del gobierno revolucionario integró el primer contingente de maestros voluntarios tras concluir su preparación en la escuela de capacitación pedagógica El Meriño, cerca de Minas del Frío, en la Sierra Maestra. “Su ejemplo se multiplicó en los más de cien mil brigadistas que cumplieron el sueño de la alfabetización, en el cuarto millón de educadores, en la sonrisa de los niños, en la vocación de los maestros y en la tranquilidad de la familia”, significó.
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