Sancti Spíritus ha batido otro récord infausto. Junio ha dejado el saldo de cifras estrepitosas —las últimas jornadas con más de un centenar de personas contagiadas por día, el mayor número de fallecidos de toda la pandemia, elevada transmisión en todos los municipios—, y este sexto mes del año, cuando se computa lo de ayer, ha despuntado por las nubes: 216 contagiados, la mayor cifra de enfermos que se ha reportado hasta ahora aquí en una jornada en toda la pandemia.
Como si este rebrote no tuviese —y por el momento no lo tiene— fecha de caducidad, como si por gravedad subieran y subieran los casos de un día a otro. Levitando andamos, eso sí, a juzgar por las escandalosas estadísticas. Porque la transmisión que padecemos hoy es tan elevada como autóctona: ningún paciente es importado, 205 son contactos de casos confirmados con anterioridad y en 11 no se ha podido precisar la fuente de infección.
Y las complejidades todas gravitan con mayor énfasis sobre la capital provincial. Es una espiral indetenible: de los 216 diagnosticados en toda la provincia, 135 residen en el municipio cabecera y se dispersan por todas las áreas de salud.
Según informaba la doctora Agnie Fernández González, asesora del Programa de Infecciones Respiratorias Agudas y Tuberculosis, 53 pacientes pertenecen al Policlínico Sur, dos de ellos sin fuente de infección precisada; 36 al Norte, de los cuales en seis no se ha establecido el nexo epidemiológico; 25 al Centro; nueve a Los Olivos, dos de ellos sin fuente de contagio precisada; seis a Banao e igual número a Guasimal, uno de estos sin fuente de infección determinada.
En complejidad le sucede Cabaiguán, donde se notifican 32 pacientes, de los cuales la mayoría residen en la cabecera municipal, pues solo nueve pertenecen a la localidad de Guayos. Y luego se ubica Trinidad con 23 personas infectadas por el SARS-CoV-2, de los que solo cinco corresponden a Condado y cuatro a Caracusey.
Si se compara con tales dígitos en el resto de los territorios las cifras pudiesen pasar desapercibidas a no ser porque a la COVID-19 no se le puede dar ni una hendija. Y por pocos que sean los números se incrementan las complicaciones. Sucede en Taguasco y Fomento, lugares que registran al cierre de la jornada precedente siete enfermos y en Yaguajay y Jatibonico, donde se computan cinco en cada caso.
Mas, para no dejar de llevarse las manos a la cabeza bastaría saber un dato: la tasa de incidencia de casos confirmados de la provincia en los últimos 15 días asciende a 312.88 por 100 000 habitantes y ha alcanzado tal valor en otros picos de otros rebrotes, pero lo que no ha sucedido antes, tal vez, es que en siete de los ocho municipios este indicador supere el 100.
Los números más desfavorables los muestra Sancti Spíritus con 617.20; le sigue Cabaiguán, 320.60; Trinidad, 181.23; Fomento, 167.19; Taguasco, 153.91; Yaguajay, 114.35; Jatibonico, 101.13 y solo La Sierpe es excepción con 60.06.
Aun cuando de los tres eventos de transmisión abiertos en la provincia el único que aportó un nuevo caso fue el del Hogar de Ancianos Municipal —que ya acumula 59 contagiados—, siguen acechando todos los riesgos; sobre todo, porque algunos de los 479 controles de focos abiertos podrían convertirse, a la postre, en eventos y porque muchos pueden continuar incrementando los contagios.
La provincia vive el peor momento desde el inicio de la pandemia. A medida que continúen incrementándose los enfermos debería acrecentarse, también, la responsabilidad.
Estamos perdidos y no lo sabemos
Mientras sigan las colas y las aglomeraciones sera imposible detener la pandemia. Mientras sigan recibiendo turistas les entrara por el Aeropuerto la Covid proveniente de donde sea para dispersarla en hoteles, calles, paladares y hasta en la cama.
Aquí en Trinidad una de las empresas culpable de las colas tumultuosas es Comercio. Hace unos días se estaba vendiendo el refresco gaseado de 1.5 Litros de forma controlada por libreta de abastecimiento a un grupo de tiendas; más sin embargo hoy 1 de Julio de 2021 vendieron los mismos refrescos en el Mercado La Caoba de forma liberada, lo que provocó desorden y aglomeración de personas. Así no se contribuye a la erradicación de la propagación de la epidemia