COVID-19 en Sancti Spíritus: De récords y de complicaciones (+infografía)

Para describir la complejidad epidemiológica de la provincia no es preciso hacer alusión únicamente a los 29 casos que se reportaron este viernes, que pertenecen a cinco municipios —18 a la capital provincial, ocho a Trinidad y uno en Taguasco, Yaguajay y Cabaiguán, en cada caso— y que de por sí muestran el rostro de la dispersión de la pandemia; bastaría recordar que esta última semana ha sido de récords.

Porque hemos puesto la varilla tan alta que a la altura del pasado martes se diagnosticaban 78 espirituanos infectados por el SARS-CoV-2, la mayor cifra de contagiados en una jornada desde marzo pasado y hasta la fecha.

De ahí para acá los números han ido oscilando siempre en la cuerda de los dos dígitos hasta sumar tan solo en estos últimos cinco días 235 casos confirmados a la COVID-19 y tal sumatoria, a la postre, multiplica muchísimos riesgos.

Lo explicaba el pasado jueves en Centrovisión Yayabo el doctor Manuel Rivero Abella, director provincial de Salud: “La transmisión autóctona ha presentado un comportamiento epidémico y cíclico”. Y al referirse a este segundo rebrote acotaba: “Tiene una tendencia ascendente con una velocidad acelerada de transmisión. Hemos visto que se expande hasta el tercer y cuarto orden de contactos, lo cual habla a favor de la virulencia”.

Lo reafirma que en todos los municipios de la provincia —cinco se hallan en transmisión autóctona limitada— existan hoy controles de focos activos y casos detectados, que en algunos como Yaguajay o La Sierpe se hayan disparado los enfermos esta semana con 11 pacientes en una jornada, que tan solo Fomento tenga una tasa de incidencia de casos confirmados por debajo de 20 y el resto, por encima de 50 y, algunos incluso, hasta de 100.

Se han establecido, sin dudas, marcas propias. Por un lado, descuellan los 132 controles de focos, hasta este viernes, y, por el otro, la tasa provincial de 98.96 por 100 000 habitantes, superada con creces por Sancti Spíritus con 145.39; La Sierpe, 114. 10; Trinidad, 111.33 y Jatibonico 101.13.

Y lo otro que ha seguido elevándose como por ensalmo son las personas diagnosticadas en las que aún no se halla un nexo epidemiológico, tanto que en los últimos cinco días se computan cerca de 40, dato que si se viene a ver multiplica contagios y peligros.

Si fuese necesario sustentar aún más lo tenso de esa soga al cuello que sigue halando la COVID-19 bastaría ilustrarlo con otro dato: de las 23 áreas de salud de la provincia, en 13 existe hoy circulación del virus.

Descuella en ese panorama la cabecera provincial, con énfasis en la zona Sur, Trinidad, Taguasco, Cabaiguán…; mas, ningún municipio está libre de COVID-19. Ni tan siquiera aquellas personas que lo han padecido están inmunes, pues el propio Rivero Abella aseguraba que cualquier paciente se puede volver a contagiar y eso, también, hace más difícil de controlar la epidemia.

El entramado epidemiológico de la provincia se ha ido agravando por días, fundamentalmente, en las últimas tres semanas cuando se han diagnosticado más de 430 enfermos que representan el 63.04 por ciento del total de casos reportados este año.

La curva sigue elevándose, aplanarla no depende únicamente de las medidas que se han adoptado y reforzado, sino —y en primerísimo lugar— de la responsabilidad de todos.