La pregunta recuerda aquel viejo dilema de la adolescencia cuando desgajábamos los pétalos de una flor cualquiera para encontrar respuesta a una desesperada inseguridad amorosa con aquel ¿me quiere o no me quiere?
Solo que ahora el asunto resulta mucho más serio porque se trata de una interrogante de vida o muerte: la COVID-19 ya ha sepultado más de 2.6 millones de personas en el mundo y la fabricación de vacunas se ha convertido en una carrera desesperada donde las ganancias económicas a veces cuentan más que la propia sobrevivencia humana.
Desde hace tiempo en no pocos rincones del planeta existen grupos y campañas contra la inmunización con los más disímiles argumentos, pero quizás nunca antes como hoy muchos se formulan esta interrogante: ¿Me vacuno o no me vacuno?
Más en la última semana, cuando varios países de la Unión Europea como Austria, Estonia, Letonia, Lituania, Luxemburgo e Italia han dejado de usar algunos lotes del inmunizador desarrollado por AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
Al respecto, la farmacéutica ha anunciado que no encontró pruebas de que su vacuna contra el coronavirus provoque un aumento del riesgo de la aparición de coágulos de sangre, como se ha afirmado.
Por su parte, una portavoz de la Organización Mundial de la Salud aseguró que no debe detenerse su uso porque no existen indicios de que esta vacuna cause los problemas reportados.
En medio de esta confusión internacional y de enfrentar el más complicado escenario en tiempos de pandemia con un rebrote aún sin estabilizar, Cuba ha trazado su propio camino: el desarrollo de cinco candidatos vacunales contra la enfermedad.
Los investigadores y el personal de salud trabajan intensamente por verificar su eficacia mientras los cubanos observan el proceso con ojos esperanzadores. Pero, por mucho que se acelere el proceso, se busca completar cada paso de forma inviolable para garantizar la eficacia y seguridad del producto.
Por ejemplo, la Agencia Prensa Latina reporta que Soberana 02, el candidato más avanzado y el único de Latinoamérica en fase III de ensayos clínicos, ya se encuentra desde hace una semana en la etapa final del estudio que incluye a 44 000 voluntarios de entre 19 y 80 años de edad, con resultados satisfactorios hasta el momento.
Autoridades del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica de Cuba (BioCubaFarma) divulgaron en Facebook que esta primera semana de pilotaje y ajuste de los procesos de la tercera fase cerró con 4 478 vacunados y solamente se han presentado eventos adversos leves en algunos sujetos del ensayo, tales como dolor mínimo en el sitio de la inyección en las primeras 24 horas de administrado el candidato y malestar general.
Por su parte, el sitio de la BBC reseña el parecer de varios expertos quienes aseguran que experimentar algún efecto secundario menor tras vacunarse contra el coronavirus es normal y hasta puede ser un signo de que la vacuna está funcionando.
“Tras la inmunización, es posible que aparezca algo de fiebre, malestar, dolor o cansancio. Cada individuo puede experimentar uno de estos síntomas, una combinación de los mismos oninguno”, asegura esta cadena de noticias.
En el caso de Cuba, BioCubaFarma explicó que esta tercera fase constituye un paso importante para continuar con la evaluación de la seguridad y eficacia de los candidatos anti-COVID-19.
Según Prensa Latina, la proyección masiva de Soberana 02 está prevista aproximadamente para julio, y la de Soberana 01, otra de las propuestas cubanas, avanza rápidamente a la fase III y en agosto podría estar disponible comercialmente.
Paralelamente, caminan los otros candidatos y la isla mantiene su objetivo de llegar a 100 millones de dosis antes de que termine el año, lo que permitiría cubrir la inmunización de más de 11.2 millones de cubanos y también de los extranjeros interesados en el producto, aseguran los expertos.
Pero, llegada la hora cero, la pregunta clave vuelve a rondar: ¿Me vacuno o no me vacuno? En lo personal, yo confío en las propuestas de la medicina y la ciencia cubanas, así que extenderé el brazo con los ojos cerrados. Cada quien deberá asumir responsablemente su propia respuesta.
Claro que pondre mi brazo y hasta los pies si hacen falta, nuestros medicos y cientificos son muy profesionales, muy serios y reconocidos en el mundo entero y lo que hacen lo hacen por amor de ver bien a su pueblo, no por beneficios economicos, gracias por su dedicar su inteligencia al bien común, gracias FIDEL, …no creo que haya que explicar por qué?
Buenas tardes: Apoyo con mis dos manos y los dos pies que la vacuna soberana en fase III ya es eficaz y mi desicion es vacunarme cuando me llegue el turno. en Cuba ya existe mucha experiencia en la produccion de vacunas.Cuando muchas trasnacionales estan sacando calculos de sus ganancias la Biotecnologia cubana no descansa por ver a su pueblo vacunado y libre del mal.
Claro que me vacuno, hay suficiente experiencia de la ciencia en Cuba para demostrar que nuestras vacunas son seguras