Una peculiaridad exhibe la Casa de la Guayabera, de Sancti Spíritus: casi en el falso de la mayor camisa del orbe se muestran siete prendas en miniatura. Cada una con su historia única, heredera de un legado auténticamente cubano.
“Nuestra colección está fundamentada, no en guayaberas decorativas o que tengan otras intervenciones, aunque las hay —expresa Carlo Figueroa, director de la institución cultural—. Parten del concepto de que las personas que las han utilizado las han enaltecido”.
Justo en el centro de la mesa sobresale entre las pequeñas camisas una réplica de la regalada por el General de Ejército Raúl Castro al Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz–Canel Bermúdez, en 1999, entonces máximo líder de la organización política en Villa Clara. Llegó a la colección espirituana en 2012, de manos del propio mandatario.
“Eso fue en el Memorial José Martí, donde hicimos la mayor exposición de guayaberas que haya tenido lugar en ese sitio. La actividad coincidió con el acto por el Día del Educador y Díaz-Canel estaba ahí porque era en ese momento el Ministro de Educación Superior. Lo abordé para pedirle una prenda y me respondió que no era merecedor de estar entre las personalidades de la política y la cultura que mostrábamos en la institución. Entonces, se me ocurrió pedirle la réplica de la guayabera que en Santa Clara se hizo famosa porque, tras una disputa entre Villa Clara y otra provincia por la sede central de la efeméride del 26 de Julio, Raúl firmó por detrás de una guayabera estimulando al pueblo a ganárselo. A raíz de eso se hicieron réplicas que se obsequiaban en los colectivos villaclareños destacados. Le pedí esa prenda porque tiene un alto significado simbólico”.
Otra de las piezas que distingue a la curiosa muestra es la réplica del títere nacional Pelusín del Monte, del Premio Nacional de Teatro 2020 Zenén de Jesús Calero Medina.
“Fue donada por su propio creador y con su firma. Es un lujo porque Pelusín es Cuba, vestido de guayabera, pañoleta roja y sombrero. Es el imaginario de muchas generaciones de cubanos”.
Con exquisito detalle y cuidado en cada elemento identificativo del modelo más conservador de nuestra prenda nacional, se disfruta además de dos pequeñas camisas confeccionadas por las espirituanas Anicia Sabina Morejón Morales y Elisa Cuba Candelario Concepción.
“Lo que podemos observar fue parte del examen final de la famosa Academia de Artes Manuales fundada por Vilma Espín, a fin de preparar a las jóvenes en los primeros años de la Revolución”.
Igualmente, integra la sugerente exposición una camisa blanca hecha por Elena Arévalo, actual presidenta de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACCA), de Sancti Spíritus, quien tuvo la cortesía de realizar el donativo.
El significado de la fusión de las pequeñas guayaberas en la muestra que marca la reincorporación de la casona, ubicada en las márgenes del Yayabo, a la vida sociocultural espirituana estimuló a pensar cómo saldar una deuda, hoy convertida en una necesidad: contar con la camisa del actual mandatario de nuestra nación.
“Tenemos la suerte y el gran privilegio de contar con la primera que usó Fidel Castro, tras el Triunfo de la Revolución, en 1994; la de Raúl Castro; las de los Comandantes de la Revolución; las de líderes latinoamericanos como Hugo Chávez y hasta de personas comunes que han donado las suyas porque creen que tiene un valor, todas tienen su propia historia. Pero, sí nos va faltando la de Díaz-Canel y es necesaria porque simboliza la continuidad, la generación que nació y se formó con la Revolución. Vivimos y sufrimos cada batalla y creo que él es el mejor ejemplo de todo eso, de quienes tenemos la misión de no dejar perder nuestras conquistas, de seguir transformando, cambiando porque cuando se habla de Revolución implica cambiar, renovarse y estar en constante movimiento”.
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