Las autoridades de la región española de Cataluña dieron por finalizada la búsqueda en el cementerio barcelonés de Montjuic de los restos del escritor cubano Pablo de la Torriente Brau.
Según diversos medios periodísticos, los técnicos de la Dirección General de Memoria Democrática del Gobierno catalán descartaron la existencia de una fosa en la zona del citado cementerio, donde el pasado 28 de abril iniciaron los trabajos de excavación.
Tras el fin de esas labores, los arqueólogos desechan que haya una fosa común en el lugar en el que, de acuerdo con testimonios históricos, podía estar enterrado el intelectual junto a otras 11 personas, informó la consejería de Justicia de Cataluña.
Los trabajos empezaron hace dos semanas y se excavó hasta la capa geológica el nivel anterior a cualquier intervención humana sin hallar restos, remarcó en un comunicado el citado departamento.
La Consejería de Justicia explicó que no realizará una nueva perforación porque, enfatizó, “’no hay ninguna otra hipótesis sobre el lugar de entierro”.
De la Torriente Brau luchó con el bando republicano durante la Guerra Civil de España y murió en combate en Majadahonda (Madrid), el 19 de diciembre de 1936.
Enterrado inicialmente en el cementerio madrileño de Chamartín, en junio de 1937 fue trasladado a un nicho del camposanto de Montjuic, desde donde se pretendía embarcarlo rumbo a Cuba.
Sin embargo, el desenlace de la Guerra Civil lo impidió y en 1939 los restos del líder revolucionario y periodista fueron arrojados a una fosa común junto a otras 11 personas sin identificar, según investigaciones históricas.
Un convenio firmado en 2018 entre el Gobierno catalán, el Ayuntamiento de Barcelona y el Consulado General de Cuba en esa región del noreste español permitió reactivar el proceso para llevar los restos del destacado intelectual a su país, como era su deseo y el de su familia.
De acurdo con reportes de Prensa Latina a la apertura de las labores de recuperación y repatriación del poeta asistió el cónsul general cubano en Barcelona, Alain González, junto a la consejera catalana de Justicia, Ester Capella, y el concejal del Ayuntamiento de Barcelona Marc Serra.
De la Torriente Brau tuvo una larga trayectoria en su lucha antifascista, su internacionalismo y contra la dictadura de Gerardo Machado, participó de los esfuerzos para exigir la libertad de Julio Antonio Mella cuando la famosa huelga de hambre de éste; fue herido en los sucesos del 30 de septiembre de 1930, cultivó estrecha amistad con Rubén Martínez Villena y denunció desde las páginas del periódico Ahora la explotación sufrida por los campesinos del Realengo 18 y, desde el exilio en México, el asesinato de Antonio Guiteras y Carlos Aponte.
En la defensa de la República Española realizó una tarea multifacética como periodista, comisario político y combatiente. El conocido intelectual y revolucionario se exilió de Cuba a Nueva York en 1933 por la dictadura de Machado.
(Con información de Prensa Latina)
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