Pocos dudan que el desastre concretado el pasado 15 de agosto con la caída de Kabul, la capital afgana en manos de los talibanes, no viene de ahora, sino que tiene su origen en la invasión del país centroasiático por parte del entonces presidente George W. Bush a finales del año 2001.
El pretexto hace dos décadas para invadir Afganistán fueron los atentados terroristas del 11 de septiembre de ese año, cuando sendos aviones fueron estrellados contra las Torres Gemelas del World Trade Center, en Nueva York, destruyéndolas, mientras otro impactaba en Washington al edificio del Pentágono, con saldo total de cerca de 3 000 víctimas.
El reconocimiento de la autoría de ese golpe monumental a la mejilla del Imperio hecho por Osama Bin Laden, quien por entonces se ocultaba a la sombra del régimen talibán —desde donde dirigía la red terrorista Al Qaeda—, vino como anillo al dedo a los planes de emprender una cruzada de dominación en Asia Central y el Medio Oriente por parte de la administración Bush y sus halcones. En pocas semanas Afganistán fue ocupado y el régimen talibán depuesto, mientras Bin Laden corría a ocultarse en el vecino Pakistán. Estimulado por tan fácil victoria, Washington se proyectó sobre el régimen de Saddam Hussein —muy maltrecho desde la Guerra del Golfo (1990-91) y subsiguientes sanciones internacionales—, hasta invadir Iraq en marzo de 2003 y ocuparlo también muy fácilmente. Se sintieron en aquel momento dueños indiscutidos del planeta.
Pero la realidad demostró que eran cálculos erróneos, pues tanto en Afganistán como en Iraq se iniciaron acciones insurgentes contra los ocupantes extranjeros que, en la práctica, no han cesado nunca, y que fueron royendo como una lima sorda los recursos materiales y morales del Imperio y sus cómplices otanistas.
Las escenas inolvidables de funcionarios, jefes militares y policiales y otros vietnamitas con cargos prominentes en el Gobierno de Vietnam del Sur, subiendo en tropel a helicópteros norteamericanos desde la azotea de edificios el 30 de abril de 1975 en Saigón —hoy ciudad Ho Chi Minh—, parecen reproducirse ahora en el aeropuerto de Kabul, cuando miles de afganos vinculados al recién derrocado régimen de Ashraf Ghani o que prestaron servicios a otras potencias extranjeras intentan escapar por temor a posibles represalias de los victoriosos talibanes.
Por tal motivo, los analistas no han podido evitar las comparaciones entre lo sucedido en Kabul a partir del domingo 15 de agosto de 2021 y lo ocurrido en Saigón 46 años atrás, ante el desplome de los regímenes respectivos de Ghani, en Afganistán, y el no menos corrompido del survietnamita Nguyen Van Thieu.
Entre las similitudes de ambos conflictos aparecen en primer término que se trata de dos costosas guerras por el dominio geopolítico mundial, iniciadas por Estados Unidos a miles de millas de sus costas, aunque pretextaran en el primer caso la lucha contra el comunismo y en el segundo el combate al terrorismo.
Son también semejanzas la disparidad de medios y recursos empleados por los contendientes en ambas guerras y el costo enorme de los dos conflictos, así como las consecuencias negativas para los perdedores, pues en el caso de Vietnam la debacle desató un síndrome de la derrota que afectó la política exterior de la superpotencia, al menos por espacio de tres lustros, y ahora se esperan también repercusiones más o menos significativas de este último revés.
Es de notar que si bien el Gobierno de Vietnam del Norte (RDV) recibió el apoyo material de la URSS, China y otras naciones del campo socialista, que permitió al Vietcong —apócope de vietnamitas comunistas— contar con armas modernas, incluidas artillería y tanques, los guerrilleros talibanes solo dispusieron de armas ligeras, la mayoría arrebatadas a sus enemigos, y muy poco sustento externo.
La conclusión que debería ser preocupante para Washington y sus estrategas militares es que, si en los años 60-70 del pasado siglo EE.UU. y sus cómplices fueron derrotados por otra sólida coalición, en Afganistán perdieron ante unos pocos miles de insurgentes mal apertrechados, lo que pone en duda la eficacia de un poderío militar superior ante una guerra irregular en ciertas circunstancias.
Los hechos señalan que en Afganistán otros sembraron y Joe Biden recoge la cosecha, por cuanto la guerra victoriosa iniciada por Bush y sus halcones en el 2001 hubiese sido un éxito de haberse limitado al derribo del régimen talibán y la expulsión de Al Qaeda, pero la decisión de mantener la ocupación del país asiático sin tener en cuenta la experiencia soviética (*), demostraría ser fatal.
Ahora el ex presidente Donald Trump acaba de responsabilizar a Biden de la debacle y exigir en consecuencia la renuncia al actual mandatario.
El abominable Donald parece olvidar que fue él quien sentó las bases de este último desastre al suscribir el 29 de febrero de 2020 en Doha, Qatar, el Acuerdo Para Traer la Paz a Afganistán, con el movimiento talibán, por medio del cual Estados Unidos aceptaba un calendario para retirar sus tropas de aquel país, a cambio del compromiso de su contraparte de convenir la paz con el gobierno de Kabul y no realizar ni permitir que el territorio afgano fuese utilizado para ejecutar actos contra la seguridad e intereses de Estados Unidos y sus ciudadanos.
Cuando el 20 de enero de 2021 se produjo el accidentado traspaso de poder en Washington, el nuevo presidente heredó lo acordado por su antecesor en el cargo, dispuesto a cumplir el Acuerdo, pero, alegando la falta de voluntad del gobierno de Ashraf Ghani para negociar, los talibanes desataron una gran ofensiva contra centros vitales y capitales provinciales, ocupándolas una tras otra, sin tener siquiera la consideración de esperar al 31 de agosto, fecha pactada para el retiro total de las tropas de EE.UU. y la OTAN.
Ante los hechos consumados, existe consenso entre los especialistas acerca de que lo ocurrido en Afganistán puede cambiar radicalmente la situación en Asia Central y el Medio Oriente, donde el tablero geoestratégico ha resultado sustancialmente trastocado y, si de una parte el peligro del terrorismo fundamentalista puede amenazar a varias naciones colindantes, como Rusia, China, la India, Pakistán, Tadzhikistán y Uzbekistán, entre otras, también puede fortalecer entre ellas los lazos de alianza y cooperación ante ese flagelo.
Naturalmente que nada de eso conviene a Washington y ahora se precisa estar ojo avizor, pues Biden acaba de señalar en una entrevista: “Hay una amenaza a EE.UU. significativamente mayor procedente de Siria (…), del este de África (…) y de otros lugares del mundo que desde las montañas de Afganistán (…)”.
Ello puede significar un intento de desviar la atención del actual desastre y quizá ya esté maquinando junto a sus asesores un golpe de efecto espectacular, como el que ejecutó Ronald Reagan en octubre de 1983, cuando a pocas horas de la voladura del cuartel general de las tropas de EE.UU. en Beirut, Líbano —con saldo de 243 muertos—, lanzó la invasión a la minúscula isla de Granada como parte de la Operación Furia Urgente, y puso a la prensa a hablar de otra cosa.
Lo del 11 de septiembre con el perdon de las victimas y familiares fue un autoataque bien montado y organizado por la CIA y el MOSAD israeli con el objetivo de fortalecer la presencia militar yanqui y de la OTAN en el medio oriente para mantener hostigado a la Republica Islamica de Iran y desestabilizar la zona asicomo propiciar la entrada de falsos contratistas ex agentes de la cia, mosad, ex-militares de alto rango que bajo la cobertura economica comercial de contratistas( black waters) su objetivo principal era robarse el petroleo de esos paises, garantizar la produccion y trafico mundial de opio, formar a grupos terroristas como el estado islamico, implementar la doctrina de divide y venceras y la politica de la fruta madura excarserbando los conflictos etnicos , religiosos existentes en esa zona del planeta ,distraer a la opinion publica de las masacres en palestina cometidas por israel, controlar a afganistan como puerta de entrada a rusia, china e iran y establecer su poderio y fortaleza militar para intimidar, chantajear y amenazar a paises como iraq que despues fue invadido tambien, comenzar el hostigamiento vrs, siria, mantenerlo vrs iran enemigo mortal de israel y del imperio yanqui, ademas de fortalecer la imagen de estados unidos y del presidente bush pues parecia un retardado mental cuando le fue informado que estados unidos estaba bajo ataque y no hizo nada, tambien para establecer su falsa doctrina de seguridad nacional, su falso patriotismo e iniciar la falsa lucha vrs el terrorismo( las nuevas cruzadas del siglo XX y XXI) que continuo con la invasion a iraq utilizando el falso pretexto de la existencia de armas de destruccion masiva cuyo objetivo real fue apoderarse del petroleo iraqui y corresponderle a la monarquia saudi que vio amenzado su poderio cuando Sadam Huseim ataco Kuwait un emirato saudi paraiso fiscal petrolero, posteriormente iniciaron las llamadas primaveras arabes primero en egipto, despues vrs libia y ahora desde hace 10 años vrs contra Siria con los falsos pretextos de que son gobiernos fallidos o dictaduras que reprimen a su pueblo a demas de considerarlos paises patrocinadores del terrorismo , todo bajo la doctrina de la guerra no convencional o de 4ta generacion cuales han sido las consecuencias: millones de victimas y desplazados por la guerra genocida, aumento del hambre la pobreza y la desigualdad,saqueo de los recursos naturales de esos paises, retorno al subdesarrollo de esos paises, aumento de los conflictos etnicos, religiosos Ej libia, aumento del cultivo de la amapola para la produccion y trafico de opio, deterioro de las condiciones climaticas y sanitarias debido a la utilizacion de armas quimicas, caida de bombas, utilizacion de sustancias radiactivas como fosforo vivo, fosforo blanco, armas de destruccion de masiva como las bombas de racimo, desestabilizacion regional e internacional y aumento de ganancias para las transnacionales del petroleo, la mineria , el complejo militar industrial las cuales no han repercutido en la mejoria de la poblacion de los paises agresores sino que los han covertido en deudores y han sido engañados pues esas guerras y conflictos se han ejecutado con el dinero de los constribuyentes en especial del pueblo norteamericano, ahora despues de 30 años de ocupacion, despues de haber gastado mas de 1 billon de dolares , tienen que abandonar el pais , pues no pudieron ganar la guerra vrs los talibanes etnia pastun integrada por mujaidines, usbekos , tadzikos, chechenos, que segun la cia fue la que alojo a Osama bin laden lider de ALQAEDA en su territorio despues de los ataques del 11 de septiembre, ahora les dan un ultimatum y tienen que salir con el rabo entre las patas como un ejercito derrotado militarmente, politicamente y moralmente, como una potencia militar en decadencia dejando un pais destrozado por la guerra sin alcanzar el objetivo de derrotar al taliban y continuar robando los recursos naturales del pais ahora que pasara en afganistan o en el nuevo nombre que pretender darle: Emirato Islamico de Afganistan , todos saben lo que significa un emirato, un califato, en fin una monarquia institucional que se rige por un doctrina religiosa en este caso la doctrina taliban que cumple el mandato de la YIHAD o guerra santa vrs el opresor, vrs el usurpador( EUA), que exige el cumplimiento de normas fundamentalistas religiosas, que castiga con sanciones barbaras, que estigmatiza y aparta a la mujer, que pronto veremos resurgir al estado islamico, a ALQAEDA , un pais que se convertira en una base de entrenamiento para luchar vrs EUA , ISRAEL y otros paises que apoyen a EUA ,desde el punto de vista politico es positivo pues luchan vrs el opresor , pero desde el punto moral, humano es negativo pues las guerras no constribuyen a una mejoria del planeta, al planeta le hace falta la paz, el desarrollo, la armonia, la justicia social, la conquista de los derechos humanos, salvar la vida, para estados unidos como potencia es una derrota, es un nuevo viet nahn es una evidencia que ese imperio esta tambaleando , para la humanidad es una amenaza pues no se sabe cual sera la respuesta de este imperio para demostrar su poderio, y para el mundo es la demostracion de que ningun pais , potencia por mas poderosa que sea tiene el derecho de intervenir y decidir sobre el destino de nadie.
Pastor, eso del avión que impacto en el pentagono no está demostrado aún, hay referencias bien documentadas de que en el lugar del impacto-donde por cierto estaba sin ocupantes- la abertura no coincide con el impacto de un avión al no aparecer la entrada de las alas, sin contar que no se derribo ni una luminaria que tambien las alas debian tumbar, en el patio solo aparecio un escombrero que rapidamente fueron limitado el acceso a ellos …. ah.. y de las ruedas del avión, que siempre aparecen, esta vez creo que todavia no se han visto, saludos