El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, refirió durante su intervención la experiencia de Cuba en el enfrentamiento a la COVID-19, teniendo como base un sistema de gestión de gobierno basado en la ciencia y la innovación.
Cuba tiene experiencias que mostrar y concede especial importancia al tema de esta cita. En apenas un año, una devastadora pandemia ha empeorado las condiciones de vida de millones de seres humanos del planeta y provocado la peor caída de la economía en décadas, en contraste 5 años después de su adopción apenas se ha avanzado en la implementación de agenda 2030. Se habla de las múltiples crisis generadas por la COVID-19 pero algunos problemas son decenas de años más antiguos.
Los países en desarrollo cargan el peso de una deuda externa pagada ya mil veces y algunos, adicionalmente, sufren el impacto de medidas coercitivas, unilaterales que violan el derecho internacional y obstaculizan su legítimo derecho al desarrollo.
Hasta que se logre instaurar un orden económico justo, democrático y equitativo que permita aprender más las causas raigales de las desigualdades de avanzar a los objetivos de desarrollo sostenible, estos seguirán siendo quimeras para la mayoría de los países del mundo.
Seamos honestos, los actuales paradigmas de desarrollo provocan pobreza y explosión de las mayorías por sus irracionales patrones de producción y consumo, que bajo los designios del mercado desdeñan lo más valioso: la vida y la dignidad humana.
Una Iberoamérica inclusiva, que tenga en cuenta los intereses de desarrollo de todos los miembros de esta conferencia puede favorecer el avance de nuestras naciones.
El desarrollo sostenible demanda voluntad política, solidaridad, cooperación, transferencias financieras y de economía desde los países desarrollados, y un acceso equitativo a esos recursos que considere las desigualdades.
La pandemia ha puesto al desnudo una verdad indiscutible, los sistemas de salud y protección social, la educación, la ciencia y la tecnología y los recursos materiales disponibles deben ponerse en función de todos y no a merced de unos pocos.
A poco más de un año de detectados los primeros casos de la COVID-19 en el país contamos con 5 candidatos vacunales, dos de ellos, Soberna 02 y Abdala en fase III de ensayos clínicos y esperamos inmunizar a toda la población cubana antes que finalice el 2021 con vacunas propias.
Nuestro plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, le otorga un papel protagónico a la investigación científica.
Se han fortalecidos los vínculos de las estructuras de gobierno con los sectores del conocimiento y de la producción de bienes y servicios para potenciar la innovación en función del desarrollo económico y social con énfasis en el desarrollo social.
Cuba cuenta hoy con 229 entidades de ciencia, tecnología e innovación, de las cuales 141 son centros de investigación, 26 centros de servicios científicos y tecnológicos, 61 unidades de desarrollo e innovación y un parque científico tecnológico. A la vez, poseemos un sistema de gestión de gobierno basado en la ciencia e innovación.
El gobierno de los Estados Unidos durante la pandemia recrudeció de manera brutal el bloqueo económico, comercial y financiero; y financió y apoyó peligrosos actos de violencia y desacato a la ley para promover inestabilidad social y política en nuestro país.
El pueblo cubano ha respondido redoblando su proverbial resistencia a golpe de creatividad.
Las campañas del gobierno estadounidense para desacreditar y boicotear la colaboración médica que Cuba ofrece no empañaron nuestra vocación solidaria y de cooperación: 57 brigadas médicas del Contingente Henry Reeve han contribuido a enfrentar la pandemia en 40 países y territorios.
La legitimidad de un gobierno emana de la voluntad expresa y solidaria de su pueblo, no del reconocimiento de potencias extranjeras. Debe respetarse al gobierno presidido por el presidente constitucional Nicolás Maduro Moros, agregó Díaz-Canel en referencia a la situación geopolítica en la región.
Es injusto culpar al gobierno venezolano de la situación económica y social que enfrenta Venezuela cuando se mantiene la aplicación de crueles medidas coercitivas y unilaterales proyectadas y aplicadas por Estados Unidos. Los que dicen respetar la voluntad del pueblo venezolano deberían reconocer que la República Bolivariana de Venezuela es un estado soberano.
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