Cuba tiene una fortaleza en la mujer rural: el 23 por ciento de la fuerza laboral del sector agropecuario es femenino, y se encuentran lo mismo en labores agrícolas, de la ganadería, el tabaco y la forestal, sin exclusiones ni discriminaciones, con salarios equiparados a la actividad que desempeñan o los resultados de la producción.
Esa fuerza tiene preponderancia en el sector estatal, al constituir el 33 por ciento de los recursos humanos empleados en la agricultura, con un fuerte componente de cuadros administrativos y dirigentes sindicales.
Muchos ejemplos respaldan la eficacia de la labor de las mujeres del agro, sector en el cual unas 3 mil ocupan puestos de dirección y otras dos mil se vinculan a la investigación científica.
Néstor Hernández Martínez, secretario general del Sindicato de Trabajadores Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros reconoce la capacidad y el liderazgo de la mujer rural, que ha demostrado mayor eficiencia, organización y productividad en la mayoría de las labores de la agricultura.
Privilegio de la mujer rural, el colectivo de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Granja no. 2, está dirigido por Olga Lidia Santana, una técnica agrícola que tendrá la responsabilidad de administrar el crédito que el Fondo de Desarrollo Agropecuario dispuso para el fomento de la guayaba en esa área de la Empresa Agroindustrial Victoria de Girón, de Matanzas.
Otro de los frentes dado a la fuerza femenina de la campiña es el de las innovaciones y racionalizaciones, la búsqueda constante de soluciones a los problemas locales, que se pone de manifiesto en la instalación de un secadero de granos en la cooperativa de créditos y servicios Ramón Duque, de Florencia, en Ciego de Ávila.
Contrario al protagonismo de las cubanas, y pese a su trabajo y productividad, en la mayoría de los países las mujeres tienen muy poco o ningún acceso a la tierra, a materiales agrícolas, créditos, mercados, y no cuentan con acceso equitativo a la educación, capacitación, infraestructuras y servicios como el agua.
En el mundo, el 43 por ciento de la mano de obra agrícola la conforman las mujeres, que con su trabajo diario de labrar la tierra y plantar semillas contribuyen a asegurar la alimentación de sus comunidades y proporcionar alimentos a naciones enteras.
Por su contribución al desarrollo de las comunidades y la agricultura, la erradicación de la pobreza y la mejora en la seguridad alimentaria, la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) declaró al 15 de octubre como Día Internacional de la Mujer Rural e insta a los estados miembros a mejorar sus condiciones, prestar atención a sus necesidades y empoderarlas en el ámbito social, económico y político.
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