Cuando este domingo el estadio José Antonio Huelga reabra sus puertas a las dos de la tarde estará viviendo una final beisbolera por segunda ocasión en la historia de los sesenta años de Series Nacionales.
Claro que ambos momentos no guardan relación alguna. La primera vez fue en la campaña número XLI (años 2001-2002) a propósito de aquella épica finalísima entre Holguín y Sancti Spíritus.
Entonces le tocaba como anfitriona de los Gallos, que por primera vez en el formato de las postemporadas, llegaban a una final luego de que en 1979 se coronaran por única vez en los Clásicos Nacionales.
Al “Huelga” los espirituanos llegaron tras una división de honores 1-1 en el “Calixto García”, de Holguín en el inicio de la postemporada. Y en su estadio hundieron sus esperanzas al caer en los dos primeros partidos para poner la finalísima 3-1 en su contra.
Y no resultó un “huelguicidio” porque ganaron el tercer partido en su cuartel general y el quinto juego del play off, para obligar a un alargue que los llevó nuevamente al “Calixto”, donde ganaron el sexto para llegar al mítico séptimo encuentro en el que cayeron definitivamente cuando el zurdo Oscar Gil, ponchó al emblemático Frederich Cepeda con el empate en tercera.
En aquellas trágicas circunstancias el “Huelga”, que comenzó abarrotado en su primera experiencia de una final beisbolera, terminó su tercer choque casi sin público cuando la afición, decepcionada, dejó el graderío.
Casi en condiciones similares, el coloso de Los Olivos reabre sus puertas para otra final, aunque esta vez, no es un acto ganado, sino por designación de terreno neutral, variante que ha debido buscar la Comisión Nacional de Béisbol para desarrollar la postemporada como consecuencia de la situación de la pandemia de la COVID 19.
Por tanto el “Huelga”, que en este contexto asimiló el apelativo de burbuja neutral, vivirá su segunda final sin público en sus gradas, tal como se estableció para toda la Serie Nacional de Béisbol a fin de evitar mayor propagación del nuevo coronavirus.
Ahora sus anfitriones serán dos equipos ajenos: Granma y Matanzas, que fueron los que se ganaron el derecho de discutir el título.
Mas ni siquiera esa “no pertenencia” ha impedido que el estadio espirituano luzca sus mejores galas para la ocasión. Por eso retocó su pintura interior y exterior, relimpió sus áreas, y acicaló su terreno que para apaciguar la sequía ha “tomado” bastante agua con un sistema interno de regadío además de mejorar su grama interior con arcilla traída de Matanzas.
También mejoró las cabinas para garantizar las trasmisiones de radio y televisión.
El “Huelga” acogerá una final inédita en Series Nacionales y sea cual sea el desenlace, su campeón será repetido.
Los granmenses irán por su tercera corona, tras ganar dos veces —en el 2017 y el 2018—, en tanto los matanceros buscarán revalidar el título del pasado año.
De tal suerte, la Serie Nacional en su azarosa travesía, iniciada en septiembre y marcada por la COVID 19, llega a su final y esa es la mejor de las noticias.
Todo eso está bien pero el equipo ganador que no altere el orden la disciplina ni dañe la propiedad estatal como los hechos sucedidos por el equipo Granma en el MOTEL Los Laureles el 3 de febrero. Ya que Sancti Spiritus como sede neutral no merece esos «entusiasmos» COLATERALES