Del Reparto Escribano, en la cabecera provincial espirituana, conoce casi todo. Allí estuvo de jefe del sector de la Policía por casi cinco años, durante los cuales se ganó la confianza de la gente.
Iban a verlo, cuenta, hasta para dilucidar las más insospechadas desavenencias familiares. En esa barriada aprendió que no hay asunto ajeno al quehacer de ese cuerpo armado, diferente a otros en el mundo por el mero hecho de no esgrimir sus armas ante cualquier incidente callejero.
“Hay que tener un vínculo muy fuerte con los factores de la comunidad para trabajar con el pueblo, porque nosotros nos debemos al pueblo, a su defensa y protección. El jefe de sector es comunitario, tiene que estar todo el tiempo en el terreno. No es el malo de la película, como algunos creen, porque es quien siempre permanece pendiente del anciano, del muchacho joven proclive a cometer hechos delictivos, de familias que tienen vulnerabilidades de diversa índole”, argumenta el teniente Novis Ruiz Pérez.
Habla y su verbo suena enérgico, cordial, como mismo sus ojos muestran una vitalidad que se acrecienta.
“Comencé a trabajar aquí en el Minint en el año 2001, primero en prisiones, luego en comisión de servicio en La Habana, en esas mismas lides. Fue en el Reparto Escribano donde adquirí la experiencia que me ha permitido después desempeñarme en la función de jefe de grupo, primero en la zona de Los Olivos y Kilo-12, y desde hace más de un año en el área sur de Sancti Spíritus, que abarca ocho sectores de la PNR: Tunas de Zaza, Guasimal, Las Yayas, Paredes, La Güira, Pojabo, Banao y El Cacahual”, revela al hacer el recuento de su pasión mayor.
Oriundo de la provincia de Holguín y radicado en la tierra del Yayabo desde finales de los 90, se inclinó por el trabajo del Ministerio del Interior mientras escuchaba a su padre contar las historias de la Lucha Contra Bandidos. El azar lo colocó en las proximidades de aquellas montañas del Escambray que pisó el progenitor.
“Las personas deben de ver al jefe de sector como una alternativa para resolver los problemas que los afectan, porque todas las causales de esos problemas van a parar a él”, resume. Y no son palabras, sino hechos. Cada investigación concerniente a algo que ha afectado a la ciudadanía bajo la atención de los sectores de la PNR por los cuales responde ha estado permeada por su exigencia.
“En estos últimos meses hemos andado con suerte, la inmensa mayoría de los hechos delictivos han resultado esclarecidos. Tenemos muy buenas relaciones humanas en las comunidades y hay un apoyo muy grande de las personas allí”, detalla.
Y cuenta, entusiasmado, cómo mientras a finales de abril investigaban un hecho de hurto y sacrificio de ganado mayor en La Güira, lo llamaron en medio de la madrugada para avisarle de un posible robo en la unidad comercial de Banao, cuya puerta estaba abierta. “Habían robado, efectivamente. Era el amanecer del lunes y ya el jueves los autores estaban detenidos y confesos. Fue un robo con fuerza durante el cual sustrajeron la totalidad del tabaco y el café que se recibió el sábado, más los productos destinados a niños bajos de peso; todo fue recuperado”, narra.
No deja de ponderar el trabajo de los peritos y la colaboración popular. Refiere que en los meses que corren, debido al azote de la COVID-19, las reuniones con los factores de la comunidad se efectúan en composición reducida y eso ha suscitado la inconformidad de quienes quedan fuera de las citas porque todos quieren participar. “Ellos integran lo que yo llamo el potencial revolucionario de la zona”.
Entonces revive uno de los hechos que más le han conmovido en estos nueve años de trabajo en funciones inherentes a la PNR: el robo de tres computadoras en la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez. “Sucedió unos años atrás; un ciudadano, custodio del centro, por medio del robo con fuerza sustrajo tres computadoras en un departamento de la Facultad de Ciencias Pedagógicas.
“Al principio no aparecían las pistas, pero al cabo de los dos meses una persona de confianza nos alertó de que alguien vendía uno de los equipos en el reparto. Luego se ocuparon los dos restantes, uno de ellos en Santa Clara, y los devolvimos”.
No olvida el acto de devolución de los ordenadores, los rostros agradecidos de profesores y alumnos, quienes los halagaron y reconocieron la labor en equipo; la sensación de bienestar al saber que, por fin, en el centro podrían contar nuevamente con los medios tecnológicos.
Con 51 años de edad y 18 de experiencia en el Minint, habla del Comandante en Jefe Fidel Castro como del ídolo que aún es para él. A los jóvenes los exhorta a trabajar cada día con mayor profesionalidad e interés, a no dejarse llevar ni por las necesidades del momento ni por las malas influencias; a no caer en las trampas, vengan de donde vengan. “Esta Revolución es preciso mantenerla. Vale mucho un pueblo culto, porque si nos dejamos engañar estamos perdidos”.
Estoy de acuerdo con éste reconocimiento, es un ejemplo dentro de las fuerzas de la pnr, felicidades hermano por el 60 aniversario del minint