De Arroyo Blanco a Casa de las Américas: ojalá hubiese sido ese su itinerario y no de Arroyo Blanco al recuerdo definitivo, un trayecto sin regreso que emprendió el pasado 30 de diciembre de 2020. ¿Y dónde queda Arroyo Blanco? Chichí tampoco fue aldeano vanidoso creyendo que el mundo entero era su aldea, recordando a nuestro Martí, amigo de Serafín Sánchez Valdivia, general de las tres guerras, hijo de quienes (se me antoja siempre decir) también parieron el punto cubano más antiguo de la nación. Y esa musical categorización de vetusta fue dada por María Teresa Linares, quien posa en una fotografía donde aparece Nauri Sánchez Osorio, Chichí, en Casa de las Américas, después de que la Parranda Típica de Arroyo Blanco Los Sánchez recibiera el Premio Cubadisco en el año 2010. ¿Dónde está Arroyo Blanco?
Su bongó lo aprendió a tocar de oído, sentido que perdió ya octogenario, razón por la que se vio obligado a abandonar la agrupación tradicional que tanto disfrutó junto a parranderos arroyoblanquenses. ¿Y dónde es Arroyo Blanco? Recuerdo ver aquella foto suya en Casa de las Américas colgada de una campesina pared, aunque apenas queden huellas del percusionista otrora niño que descubrió el punto de parranda campesina de Arroyo Blanco en las faldas de la Loma de La Quinta, en casa de Don Esteban Sánchez. Y recuerdo haber visto en esa misma pared su credencial de aquel Cubadisco: “Dedicado a todos los repentistas del mundo. A la música campesina”. Allí fueron los parranderos y aquellas horas las conservan, como tantas figuras latinoamericanas, en fotos. También Chichí, el bongosero fundador de esta valiosa parranda, estuvo frente al Árbol de la Vida, ícono de Casa de las Américas y memoria de cultura mexicana allí conservada.
La Parranda Típica de Arroyo Blanco Los Sánchez. Pero, ¿dónde está Arroyo Blanco? Es un prestigio de identidad nacional, un referente dentro del punto cubano como patrimonio intangible de la humanidad. Cuando esta agrupación recibió el Premio Memoria Viva 2017 que otorga con carácter anual el InstitutoCubano de Investigación Cultural Juan Marinello, muchos conocieron su valía, no solo por ser la única que en su formato incluía un violín, sino por ser calificada como portadora por interpretar un punto singular en Cuba, virgen y únicamente tocado en su lugar de nacimiento, en los campos del siglo XIX, alrededor de aquel poblado de Arroyo Blanco con calles trazadas por el agrimensor padre de Serafín. Y allí, La Poza Azul, atracción turística natural que evoca al Chichí parco, de rostro muy serio, siempre en silencio en diálogo con su tabaco y café, o cuando descorcha una botella porque ya es 19 de marzo y llega la fiesta tradicional San José de Arroyo Blanco; y allí llegan gentes de toda Cuba, y se reúnen los parranderos de la zona, y empieza el jolgorio de casa en casa por días incontables. Y los ganaderos visten tantas galas como el poblado histórico y purísimo, entre la Loma del Heliógrafo y la Loma de la Quinta, después de la Curva de Coca y antes de San Felipe, al centro de Cuba, cerca de Montes Grandes, donde verdeaban fincas obsequiadas a Isabel María de Valdivia por su padre en regalo de bodas, cuando aún no imaginaba que iba a parir patriotas y que, de su propia cuna, nacería un punto de parranda campesina.
Ya partió Chichí. Tal vez su alma fue de nuevo hasta aquel Árbol de la Vida a compartir su patrimonio inmaterial con otros de Nuestra América. Su cuerpo fue llevado hasta el cementerio muy cerca de la mismísima Loma de La Quinta, junto a mambises y españolitos reconciliados bajo la tierra testigo de fortines, caballos y héroes de guerra desconocidos, junto a parranderos y cantadoras. Junto a otros hermanos y amigos. Chichí sin novia, esposa ni hijos. Solamente Chichí, el parrandero bongosero, el de Arroyo Blanco.
Buen artículo Merari!!!.
Tuve la suerte de escuchar su música y oír su silencio…Descanse en paz
Conmovedor. Gracias Merari.