Esta vez la voz al teléfono lleva un timbre mágico, único; su mirada contagia y estremece, domina el espacio. En la recepción de la Escuela Especial Valle Grande, del municipio espirituano de Jatibonico, Elizabeth Guerra Morales se yergue, entre libros de firmas, listas, papeles… Ahora sigue siendo la mariposa de luz del prestigioso plantel educacional, mas su vuelo, está signado por el brillo de esta Cuba grande con los brazos abiertos para todos.
Ella es la nueva recepcionista. Se dice en solo una línea, pero la historia es inmensa como su vida. Si se escucha con el alma, desde adentro, puede comprenderse hasta el más mínimo detalle de su expresión, aunque sus profesores de siempre, quienes la han visto crecer hasta convertirse en la joven de 24 años, prefieren mirar a sus ojos saltones. Basta un reflejo, un tibio parpadeo para comprender.
“Me siento inmensamente feliz”, dice mientras todo a su alrededor se traduce en nuevos retos, atiende a quien llega a la puerta, camina de un lado a otro portando avisos, citaciones, cruza la plaza central y se detiene por unos segundos: “A veces extraño el uniforme”, apunta y se advierte la sonrisa en su rostro. Elizabeth ha vencido toda adversidad, luce impecable en su primera jornada de trabajo.
Olga Santana Hernández, coordinadora general en la referida institución educativa, deja escapar poco a poco el aire que se agolpa en su pecho y narra: “Se nos fue entre las manos, me parece verla bailar aún en los matutinos y festivales, Eli siempre será el símbolo de la educación especial aquí”.
Cuentan que había que verla en su primer curso escolar 2000-2001, era innegable que comenzaban a germinar habilidades comunicativas, sociales, pero sobre todo valores y conocimientos generales que la llevaron a vencer el noveno grado.
Desde entonces no se han detenido las razones para la esperanza. En su escuela no cesaron empeños para gestionar su inserción laboral. En la subdirección, Hernández habla de la importancia de transmitir a todas las familias de niños con necesidades educativas especiales que este país les ofrece la posibilidad de incorporarse normalmente a la vida social e, incluso, formar su propia familia.
Puede sentirse, es motivo de alegrías compartidas que esta guerrera siga entre sus maestros y maestras, hoy como compañera de trabajo. El acontecimiento se hace realidad al calor de la Tarea Ordenamiento; gracias a la igualdad de oportunidades que defiende la isla, también fue posible que Elizabeth ocupara la plaza de recepcionista. Ya se ha dicho, es el orgullo de todos.
“Yo sé que puede porque soy su madre, lo hará con disciplina y respeto”, dice Mirna Moralez Álvarez, una mujer que no se ha cansado, no se ha afligido siquiera cada vez que tuvo que tomar la mano de su hija para ayudarla a subir otro peldaño y seguir adelante. Asegura fue la mejor escuela y será el mejor centro de trabajo porque le han cuidado a su retoño como en casa; “tal vez mejor”, dice y apunta que es necesario dejarlos volar, no pueden relegarse porque tengan cualquier tipo de condición o discapacidad, por el contrario, hay que esforzarse porque la fe no tiene límites.
Miembro del proyecto sociocultural inclusivo Dueños de la Fantasía, Elizabeth Guerra Morales ha colmado las expectativas del reconocido instructor de arte Olisvael Basso Rodríguez, quien asegura a Escambray que no ha sido en vano. Cuenta que a esta muchacha le quedaban pequeños los trajes para escenificar obras infantiles. Nuevos retos aguardan tras el telón del mundo de sueños y colores edificado por el artista en predios jatiboniquenses: convertir a su pupila en promotora cultural de la Casa de Cultura, en maestra de otros que como ella alzan su mirada hacia el horizonte.
Han transcurrido solo unos minutos y la joven mira al reloj, sabe que ha de aprovechar el tiempo para sentirse útil, acomoda su cabello y luego cada documento sobre la mesa de trabajo, unas veces mira a la cámara y otras se concentra en lo que ha hecho. Aún es algo tímida la nueva recepcionista de la escuela. Cuando han terminado las preguntas, ofrece las gracias una y otra vez con su mirada.
Se demuestra una vez más que solo la Revolución Socialista es la que puede dar este fruto,su humanismo,FELICIDADES GUERRERA A USTED, SU FAMILIA Y EN ESPECIAL AL COLECTIVO DE EDUCADORES DE LA ESCUELA VALLE GRANDE SÍMBOLO DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL EN CUBA.
Muy bella la historia de la joven Eli,una mujer guerrera, hija de nuestra Revolución,un proyecto social que nos da la oportunidad a todos de crecernos Para ella y su mamá saludo revolucionario. Si se puede