A Sancti Spíritus le ha nacido un espacio sui géneris. Basta con cruzar la puerta de cristal de la Casa del Chef para que su ambiente te obligue a sentarte, admirar y degustar.
“Hace cerca de seis años con la llegada del nuevo equipo de trabajo nos dimos a la tarea de realizarle al lugar una remodelación capital y ofrecer recetas de nuestra comida criolla, declarada como Patrimonio Cultural de la Nación”, dice como carta de presentación Rafael Lechuga Cancio, presidente de la Asociación Culinaria en la provincia y al mando del joven colectivo responsable de un anhelo en esta tierra.
Pollo macarenco, crudo de pescado, cerdo al Escambray… son algunas de las recetas más recurrentes en el menú del pequeño local ubicado en la calle Independencia número 102 en la urbe del Yayabo.
“Esta es una provincia privilegiada porque tiene una cocina centenaria, al contar con dos villas fundacionales, Trinidad y Sancti Spíritus. En esa antiquísima historia contamos con cerca de 80 recetas representativas, que queremos que formen parte, de una forma novedosa, de nuestra carta para que las personas las conozcan”.
Servidas en vasijas de barro, con una visualidad atrayente y en estricto cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias, definitivamente el paladar es testigo de un verdadero acto creativo.
“Nuestro objetivo es que no solo vengan a comer, degustar, sino aprender, disfrutar con la vista todos los elementos culturales de nuestra idiosincrasia. Cada receta forma parte de la historia de este país.
“En el caso de los postres todos son caseros porque hay una tendencia en el mundo de volver a la raíz. Es por eso que puedes acceder a boniatillo, arroz con leche, casquitos de guayaba…
“En el caso de la higiene hemos estudiado las tendencias internacionales después de la pandemia. De ahí que te encuentras los cubiertos protegidos y guardados en su guacal. Las cartas son de papel. Después de leerla se las pueden llevar. Se reponen entre uno y otro cliente”.
El buen gusto de la decoración de las paredes y el mobiliario combinan con la barra, donde nace una coctelería con dosis de criollismo.
“Muchas personas desconocen los cocteles clásicos cubanos. En nuestra ciudad desde hace mucho se perdió esa cultura por condiciones objetivas y subjetivas. Nosotros nos dimos a la tarea de incorporarla. Mojito, Cuba libre, daiquirí, canchánchara… esos y mucho más están entre nuestras ofertas.
“Nos negamos al refresco de gas. Aquí solo se expenden los naturales. Si se ofrecen productos con calidad y un buen servicio se logra atraer a las personas y mostrarles que hay muchas más opciones que las que a veces encontramos.
“La decoración tiene un estilo vintage muy de moda en el mundo de la gastronomía. Si recorres con la vista encontrarás a Cuba en sus paredes y objetos decorativos. Discos de acetato, sombreros, pilón, radios y máquinas de escribir antiguas, faroles, cafeteras… Las mesas también tienen un estilo campestre. Incluso, el café lo servimos en colador como se hacía antaño”.
Estos son aderezos necesarios para aspirar a ser un sitio de referencia cuando de cultura gastronómica y coctelería se hable en Sancti Spíritus.
“Tenemos que ir cambiando las mentalidades. No solo se trata de subir los precios, según dicta el mercado. Por ejemplo, antes un bistec oscilaba en 18 pesos, hoy está alrededor de los 100, pero tienes que defender la idea de incorporarle un agregado para que sea un cambio radical, tanto a la vista como al paladar.
“Los productos se han encarecido. Nosotros como entidad podemos comprar tanto a particulares como estatales. Eso nos da ventaja porque tenemos más vías para obtener la materia prima. Confiamos en que la economía del país encuentre un punto medio y los precios puedan bajar. Al final todos nos beneficiamos”.
A juicio de Rafael Lechuga Cancio, una de las grandes fortalezas de la Casa del Chef es ser escuela. Los bisoños rostros que atienden a clientes y preparan las ofertas lo delatan.
“Tenemos vínculo de trabajo con el Ministerio de Educación para que los estudiantes del politécnico hagan sus prácticas pre profesionales aquí. Esto es un espejo para que puedan mirar y comparar. Antes no teníamos las condiciones, pero después de mucho esfuerzo logramos cumplir con muchos de los sueños”.
Basta con cruzar la acera del local y mirar hacia dentro para ver que en pocos horarios la afluencia es poca. Incluso, las opiniones positivas navegan por Internet con fotos y comentarios complementarios.
“Somos tan soñadores que nos tildan de locos. Estamos inconformes y lo estaremos siempre. La pared negra queremos que sea el set de un show cooking, protagonizado el último sábado de cada mes por un chef que invitemos para la preparación típica de diferentes regiones del país. Nos queda ganar en visualidad de todo el exterior y el patio.
“Nuestro mayor anhelo es colaborar para que la gastronomía espirituana tenga un mayor impulso. La institución tiene la misión de realizar asesorías técnicas. Más que criticar, pretendemos ayudar”.
MUCHAS GRACIAS POR LA PROMOCIóN DEL LUGAR, ME GUSTO MUCHO TODA LA INFORMACIóN BRINDADA, INTENTAREMOS VISITAR ES LA PROXIMA OPCIóN . GRACIAS.
Me gustaría que en la entrevista se comentara de alguna forma sobre los diseñadores del local ya que se habla de su decoración agradable que tanto llama la atención de los clientes