“Fidel sabía más de Sancti Spíritus que yo”. La aseveración de Joaquín Bernal Camero, el primero en conducir los destinos del Partido Comunista de Cuba en la provincia, trasluce una certeza: el líder histórico de la Revolución cartografió el desarrollo económico y social, inicialmente de las regiones pertenecientes a la entonces Las Villas comprendidas en el hoy territorio espirituano y, luego, de la provincia, surgida con la División Político-Administrativa de 1976.
Un repaso de las ideas y planes fomentados aquí por el Comandante en Jefe los conectan, en un principio, con la concreción del Programa del Moncada y más tarde con otros proyectos, siempre a partir de las características y potencialidades de Sancti Spíritus en los más diversos frentes.
A riesgo de omisiones, entre las líneas básicas emprendidas y seguidas por Fidel a favor de la vitalidad económica de la provincia —muchas de estas articuladas a programas nacionales jerarquizados en su agenda de gobierno— pueden establecerse la rama agropecuaria, la infraestructura hidráulica y el sector industrial (azucarero, turístico, producción de materiales de construcción, alimentario).
En la vertiente agrícola, adquiere connotación especial el lugar que le otorgó a Sur del Jíbaro dentro del programa nacional arrocero, iniciado a finales de los años 60 de la centuria pasada y que encontró una de las constataciones más acabadas integralmente en esas tierras espirituanas, a criterio de quienes llevaron las riendas del proyecto en Cuba.
Por esa época, los recorridos de Fidel por los terraplenes rojizos del futuro emporio del cereal hacían titulares en la portada de diarios nacionales. Testigos de aquellos tiempos fundacionales han narrado a Escambray que llegó al punto de adentrarse en los arrozales para calcular los granos de una espiga de arroz y así deducir los rendimientos.
Ni cuando la entidad tomó altura completa, el hijo de Birán dejó de seguirle su rumbo productivo; incluso, permaneció al tanto de la creación de la Finca de Producción de Alimento Animal, uno de los últimos proyectos impulsados por el Comandante en Jefe, quien envió los primeros 1 000 ejemplares de moringa sembrados allí, ha recordado Orlando Linares Morell, director general de la Empresa de Granos Sur del Jíbaro.
Con la exactitud de un físico nuclear, también diseñó y le dio vida a pie de obra —a mediados de los 60 del siglo anterior— al Plan Banao, donde laboraron cerca de 2 000 mujeres, “tal vez, una de las más grandes victorias contra los prejuicios (…), de considerar de que las mujeres solo eran aptas para fregar, lavar, planchar, cocinar, limpiar la casa y tener hijos”, comentó.
Más de una vez, arribó a Banao procedente del Escambray, donde en su condición de Primer Ministro fomentó el crecimiento cafetalero, forestal y agropecuario, en general.
Pero si algún programa echó raíces profundas en Sancti Spíritus resultó el de la voluntad hidráulica, que sembró presas y canales en esta región, a partir de las potencialidades hídricas existentes, conocidas por Fidel como la palma de su mano.
Cuentan que el rostro se le iluminaba al hablar de la presa Zaza, lago artificial plantado en medio de la provincia, y del Canal Magistral, que se extiende desde la misma cortina del mayor embalse de Cuba hasta la derivadora Sur del Jíbaro y que funciona como vaso comunicante entre dos cuencas hidrográficas (Zaza y Jatibonico del Sur) y siete presas de varios municipios.
Cuando concibió y lideró la ejecución de dicho programa, junto a los especialistas y directivos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, previó su impacto tanto en el aumento de la calidad de vida de la población en lo relacionado con el abasto de agua como en el desarrollo arrocero en La Sierpe, el sostenimiento de la ganadería vacuna y de la acuicultura, así como el fomento, entre otras, de áreas cañeras en el macizo del Uruguay.
“Fidel veía por los ojos del Uruguay”, ha manifestado a Escambray Pedro Sáez Jova, quien fuera jefe del Departamento Termoenergético del central jatiboniquense. Aunque el líder cubano solo visitó el ingenio en una vez (6 de mayo de 1989), siguió sus huellas productivas, diferenciadamente, desde los años 70 y con más detenimiento durante los 80.
En su interés por aprovechar al máximo las reservas cañeras y fabriles del Uruguay, destinó 13 módulos para igual cantidad de brigadas con miras a proseguir la implementación del riego y el drenaje parcelario, que contribuyeron a que el ingenio fabricara 235 079 toneladas de azúcar crudo en 1991, récord nacional para una zafra en Cuba, noticia que, como pocos, disfrutó Fidel.
Sin perder de vista que la rama agropecuaria constituía el eje articulador del perfil económico de la provincia, definió las coordenadas, asimismo, para la industria turística, con epicentro en Trinidad, específicamente, en la península de Ancón; aunque, además, Fidel le brindó particular seguimiento a la proyección y ejecución del hotel Zaza, asegura Joaquín Bernal.
Casi desde que la Revolución llegó al poder, el Comandante en Jefe consideró imprescindible potenciar la producción de cemento para apuntalar la construcción de viviendas y otros programas sociales y económicos.
En consecuencia, delineó la estrategia, de conjunto con el entonces ministro de Industrias, Comandante Ernesto Guevara, y especialistas en el giro, para ampliar las plantas existentes y construir otras, como la de Siguaney, en Taguasco, erigida gracias a un convenio suscrito en 1962 por el Che con una representación de la desaparecida República Socialista de Checoslovaquia.
Como “una inyección para el corazón de la fábrica” valoró en estas propias páginas Luciano Francisco Hernández, al frente del Buró del Partido en esa fecha, la visita de Fidel a la entidad taguasquense el 17 de septiembre de 1971.
Prácticamente, no hubo rincón del centro que no recorriera; llegó hasta la cantera donde se extraía el material y analizó la escasez de equipamiento. A los pocos días comenzó la entrega de camiones, buldócer, una grúa, equipos para el transporte obrero, incluso, una ambulancia, por indicaciones del mandatario, quien orientó, además, la construcción de un vial desde la Carretera Central (zona de Managuaco) hasta la fábrica para ahorrar combustible.
A Siguaney regresó el 6 de mayo de 1989, cuando la entidad acometía el proceso inversionista para la producción nacional del llamado cemento blanco, con asesoría de una empresa japonesa; de todo lo cual le informó el director en ese tiempo, Armando Santos, ya fallecido, sin olvidar que “el Comandante siempre se mantuvo al tanto de esta industria”, como reconocería después.
Luego de sus intercambios con las autoridades y colectivos obreros espirituanos por varias décadas, Fidel, como arquitecto principal del desarrollo económico de la provincia (algunas de cuyas acciones apenas esbozamos), dejó orientaciones y sugerencias concretas, que valdría revisitar para evaluar su vigencia en los actuales escenarios, pues cada orientación suya solía girar de un modo o de otro en torno al concepto de eficiencia.
Lo ejemplifican sus palabras en el acto central nacional el 26 de julio de 1986, como lo recuerda Bernal Camero, quien asevera que Fidel se sintió tan comprometido con el impulso a una serie de proyectos en Sancti Spíritus que, a pesar de haber regresado a La Habana, “siguió metido en la provincia”.
Cómo se extraña a Joaquín Bernal en estos tiempos. Solo igualado en resultados políticos por José Ramón Monteagudo. Que han sido los verdaderamente líderes del pueblo ESPIRITUANO.
Felicidades, un buen recuerdo del Comandante en jefe por la Provincia de Sancti Spiritus, nunca lo olvidaremos, lo tendremos siempre presente, bien vivo, gracias a Fidel S.S. fue provincia por él, en lo económico, político y Social. Siempre seremos Fidel.
Después del 1ero de Enero 1959, la Primera batalla de Fidel La Conspiración Trujillos ya, «Verdadero Plan de la CIA, que uso como pantalla». Dirigida y derrotada por Fidel, en su 33 Aniversario, hecho histórico, que siempre recordaremos.
Al periódico Escambray, muchas Felicidades, por estos magníficos trabajo, para que sea recordado por nuestro pueblo.
Estos ejemplos es como seguir la Marcha, que pidió Serafín Sánchez.