Anda cabizbaja la afición espirituana. Y le asisten motivos. Dos derrotas, una de ellas por la vía de un contundente nocaut, marcan el debut de los Gallos en la fase de cruces.
O sea, así de rápido, están contra la pared y obligados a ganar los tres partidos que restan en los cuartos de final ante un Pinar del Río que parece haberse reencarnado en aquellos trabucos vueltabajeros.
Comenzaré por decir que, aun cuando nunca vi a los Gallos con opciones al título, ni siquiera por su primer lugar en la fase clasificatoria, sí me arriesgué en darlos como ganadores en el duelo ante Pinar, a pesar de sus desventajas ciertas por la falta de preparación —debido al confinamiento de dos semanas a causa de la pandemia— y de la ligera superioridad de los Vegueros en el pitcheo.
Pero sobre la grama del Cinco de Septiembre se trocaron las estadísticas, como suele suceder en los play off, y también el desempeño habitual de los conjuntos.
Si en el primer partido, aun con la derrota, vimos un equipo que luchó y cayó en extrainning en un encuentro que mostró otra cara al venir de abajo, en el segundo choque este viernes era un elenco distinto al que disfrutamos en la fase regular, no solo porque cayó en siete innings con un marcador abultado de 15-4, sino por la manera en que salió al terreno, sin los tonos agresivos y dinámicos que mostró durante 75 partidos.
No desconozco el lógico impacto negativo que produjo todo el escenario previo a la postemporada para los espirituanos, pero no se trata de perder, sino de cómo perder. Y eso, es hasta ahora, lo cuestionable del conjunto del que su afición espera, al menos, otra actitud y otra imagen.
Uno de los elementos que pesaba en su favor era, justamente, todo el revuelo que se armó cuando, presumiblemente, Pinar los escogió de rivales y les hirió el ego colectivo por tal subestimación. Y hasta ahora le han dado la razón.
A Eriel Sánchez no le ha funcionado el pitcheo abridor en ninguno de los dos partidos. Primero fue Yuen Socarrás, para mí dejado de más en el sexto capítulo cuando ya venía mostrando signos de inefectividad en las entradas precedentes y William Saavedra respondió con cuadrangular (el cuarto que le da a este mismo lanzador) al ponerlo a batear tras boleto intencional a Lázaro Emilio Blanco.
Pero, incluso pese a eso, el equipo sacó garra y remontó con jonrón de Frederich Cepeda y se puso encima 7-5, momento en el cual se produjo lo que, hasta ahora, ha sido la más polémica de las decisiones: traer al inexperto José Luis Braña como primer relevo, por encima de Pedro Álvarez, ya que el ideal, Yankiel Mauris, como se supo después, está lesionado; por cierto, una baja sensible.
Y no hablo de Pedro porque respondió. Lo pensé desde que vi a Braña venir del bullpen por encima de Álvarez, quien ha demostrado más de una vez que en partidos de play off, esté como esté en la fase regular, es eficiente y ganador.
Así la ventaja que se perdió nunca más pudo recuperarse, sobre todo porque Pinar colocó a un trío relevista de lujo, incluidos los contratados en Japón Liván Moinelo y el supersónico Raidel Martínez.
Lo del segundo encuentro fue una práctica de bateo, que inició ante el zurdo Yamichel Pérez, el otro abridor que no dio la talla.
En general, los números del segundo mejor pitcheo del torneo se han ido a la borda: 25 carreras en 17 entradas con 32 imparables, incluidos varios extrabases (seis dobles, un triple y un cuadrangular en el segundo choque) por parte de un equipo que tuvo números ofensivos discretos, pero bueno, ya le dije que los play off son otra cosa.
Por ahí se han ido los dos encuentros y también por una defensa que ha sido tan crítica como en la clasificatoria, o más, no solo por los cuatro errores que se han cometido. En ese sentido, se ha visto un equipo impreciso y perdido en el terreno, como presa de la presión que siempre suele aparecer.
Se sabe que la falta de preparación por lo de la COVID-19 pasa factura, pero ¿influirá tanto como para cambiar toda la dinámica de un elenco completo? En los dos juegos, aunque han enfrentado al mejor staff del torneo, se conectaron nueve hits en cada uno y con siete carreras se puede ganar. El propio Cepeda es un ejemplo de lo contrario, pese a haber estado, incluso, hospitalizado.
En fin, que los Gallos no están muertos, pero entraron en terapia intensiva. Para salir de ese estado tienen una tarea titánica: ganar tres seguidos a un equipo crecido y que llegó a cuartos de final con el calor y el furor de haber definido su rival días antes del inicio de la postemporada.
Necesitan de un Eriel que debe recobrar la animosidad y el dinamismo con que los condujo hasta aquí. Para no deponer las armas, precisa inyectarle a sus Gallos las mismas fórmulas aplicadas siempre y apelar a lo que quede de garra de su equipo en el terreno. Eso es “jugar a quijá”, como él mismo anunció, pues aún su afición no ha podido ver en el terreno la traducción de esa fuerza moral. No queda alternativa.
Por otro lado, la fase de cruces vive en una tensión constante debido a que la COVID-19 sigue marcando la ruta de un calendario que ha visto ya más de una suspensión y que entra en la incertidumbre de cómo seguir y completarlo.
El pareo Cienfuegos-Matanzas no ha podido arrancar en la burbuja del Huelga por dos nuevos casos positivos en las filas de los Elefantes, mientras el Santiago-Las Tunas, que marcha con saldo favorable para el primero, está detenido por un contagio en la dirección santiaguera.
Solo Granma e Industriales —junto a Gallos y Vegueros— han podido efectuar su duelo que marcha igualado a uno.
Este domingo los Gallos se juegan el todo por el todo en un partido de vida o muerte. ¿Podrán con tanta presión? ¿Encontrarán la fórmula para enterrar el maleficio? Solo ellos tienen la palabra.
Un picheo que otorgue 10 boletos no tiene derecho a ganar ni en una liga de trapos.
Yo sigo pensando que el comienzo del play off afectó mucho a ss y se demostró en socarras en las primeras entradas era imbateable y ya en el quinto no pudo más eso se llama falta de.preparación otra fue la lesión de Mauri para nadie es secreto que por el se clasificó en primer lugar entonces no juzguemos a este equipo que prácticamente sin estrellas clasificó de primero
Aunque no soy espirituano, nací en la antigua provincia de Las Villas y por mis venas aún corre sangre villareña y cada victoria espirituana. cienfueguera y villaclareña la disfruto, al igual que sufro las derrotas. Santi Spiritus tiene un equipo que reúne una mezcla de talentosos jóvenes con figuras establecidas de la calidad de Frederich y del primera base que ahora no recuerdo su nombre pero ganar un campeonato no es coser y cantar, ese equipo terminó muy arriba, si mal no recuerdo barriendo al equipo de Cienfuegos y lamentablemente la COVID-19, los sacó de frecuencia, me imagino la incertidumbre, la preocupación y estado sicológico con el que han enfrentado este cruce, lo que se observa en lo desconcentrados que han lucido en los dos primeros juegos, considero que lejos de criticarlos lo que hay que reconocer es el esfuerzo que han realizado todos esos muchachos junto a los directivos del equipo para lograr el primer lugar en la etapa clasificatoria y aunque es muy difícil revertir la situación en la que están, todavía no han terminado y el beisbol es impredecible, sobre todo cuando a mi entender se trata de dos equipos bastante parejos en el papel. Mis saludos al forista de vanguardia Carlos Anibal y a los foristas de Escambray, mis saludos también a mis antiguas compañeros de equipo Chopy, Azul, Mazorcón, Caña, Lázaro, Oliva y los integrantes del equipo campeón de 1979, que mucho de ellos fueron mis compañeros en la academia del Sandino
No hay nada perdido para SS!!!!solo SON POSITIVOS A LA COVID 19,TIENEN 90 AÑOS,SON HIPERTENSOS,DIABETICOS,CON GRADO DE DESNUTRICION AGRAVADO,EN TERAPIA INTENSIVA CON VENTILACION MECANICA Y NO RESPONDEN AL TRATAMIENTO,saque usted sus propias conclusiones