Tras maratónicas negociaciones, se ha llegado a un acuerdo sobre el clima global en el COP26, celebrado en la ciudad escocesa de Glasgow. El acuerdo incluye una referencia por primera vez en la historia a los combustibles fósiles y su papel en la crisis climática que está viviendo el mundo.
El texto final del documento apunta directamente contra el carbón, el mayor contribuidor al cambio climático. Cabe destacar que en las anteriores 25 conferencias para el cambio climático nunca se hizo mención del carbón, petróleo o gas en el acuerdo final, así como de cualquier otro combustible fósil, como causantes principales de la crisis medioambiental.
Las discusiones en Glasgow duraron mucho más de lo anticipado debido a los desacuerdos que reinaron sobre temas clave, incluyendo el ataque contra el carbón y la cantidad de dinero que el mundo desarrollado debería pagar al Sur Global para ayudar con la adaptación a la crisis climática. Inicialmente, estaba previsto que dichas discusiones acabarían el 12 de noviembre, pero tuvieron que ser extendidas hasta el día 13 también.
El carbón es el responsable de aproximadamente el 40% de las emisiones de CO2 cada año, razón por la cual este combustible ha sido el protagonista central en los esfuerzos por limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Para cumplir con este objetivo, que fue acordado en Paris en 2015, las emisiones globales deben reducirse en un 45% para 2030, y deben quedarse prácticamente eliminados para mediados de siglo.
No obstante, los compromisos actuales no son suficientes para limitar el crecimiento de la temperatura global 1,5 grados. En un primer borrador del acuerdo de COP26, se menciona la eliminación progresiva del uso de carbón. Sin embargo, fue cambiado debido a objeciones de ultimo minuto hechas por la India. Así, la frase se cambió a reducir en lugar de eliminar.
Luego de que fuera cambiada la frase, varias naciones expresaron su desacuerdo, mientras que el presidente de COP26, Alok Sharma, dijo que estaba «profundamente entristecido» por como se desenvolvieron los eventos. Con ello, destacó que era de vital importancia proteger el acuerdo en términos generales.
Por su parte, la ministra de medioambiente suiza, Simonetta Sommaruga, también criticó el proceso de cambiar el lenguaje sobre los combustibles fósiles a último minuto, ya que le pareció que no era una manera transparente de hacer las cosas.
«No necesitamos reducir el uso del carbón y otros combustibles fósiles. Eso no nos acercará al objetivo de 1,5 [grados], sino solo nos lo pondrá más difícil», destacó Sommaruga.Por su parte, Lars Koch, director de políticas de ActionAid, afirmó que era decepcionante que solo se hiciera mención precisa del carbón.
«Esto da un pase libre a los países ricos, que durante más de un siglo estuvieron y siguen extrayendo y contaminando, a seguir produciendo petróleo y gas», dijo.
En el marco de este acuerdo, los países se han comprometido a cumplir con la reducción del uso del carbón con tal de no permitir que la temperatura crezca por más de 1,5 grados. En caso de que esto no se logre, advierten los científicos, la Tierra podría sufrir nefastas consecuencias.
Los logros principales del acuerdo podrían resumirse:
- Inclusión del compromiso a reducir el uso del carbón;
- Re-evaluar los planes para la reducción de emisiones de una manera más regular;
- Aumentar la ayuda económica a países en vías de desarrollo.
Sin embargo, las naciones en desarrollo no estaban contentas con la falta del progreso en lo que se conoce como pérdida y daño: un concepto según el cual los países más ricos deberían compensar a los más pobres por los efectos del cambio climático al que no se pueden adaptar.
El enviado especial para cuestiones climáticas de Tuvalu (un país que está en peligro de quedarse sumergido bajo el océano), Seve Paeniu, dijo a los periodistas antes de la sesión final que le alegró ver el progreso, pero que al mismo tiempo las palabras deben se reforzadas por acciones.
(Con información de Sputnik)
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