En el mismísimo corazón del Consejo Popular de La Purísima brota la magia del mundo de las tablas. Escoltada por edificios, la pequeña institución de blanco de pies a cabeza y muro naranja es la noticia de la comunidad trinitaria. Un cartel con diferentes colores anuncia que allí se cobija Dador Teatro, colectivo que piensa por y para el público infantil.
“Tres instituciones tuvieron que ver con este espacio —reconoce Fernando Miguel Gómez López, actor y director general del proyecto—; el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, el Centro Provincial de Cine y la Asociación Hermanos Saíz (AHS)”.
Fue una deuda que durante poco más de cinco años hizo que esos muchachos anduvieran con su teatro a cuestas, como bien contó este propio semanario. Lo mismo se les veía con sus bártulos por las empinadas calles de piedra de la Ciudad Museo del Caribe que por comunidades de difícil acceso de cualquier parte de la geografía nacional.
“Pero ya estamos aquí. Este espacio era lo que antes se conocía como la salita de video de este propio Consejo popular. No fue fácil llegar, mas muchas manos amigas y comprometidas nos impulsaron. Precisamente, que Dador Teatro tuviera sede es uno de los acuerdos del III Congreso de la AHS en el 2018.
“Cuando las llaves estuvieron en nuestras manos, dejamos a un lado el arte y nos volcamos a fuertes trabajos de higienización y acomodo del local para que pudiera estar a la altura de nuestros públicos”.
Como hormigas locas bautizaron a Fernando, Mirielsi Valdés, Nurialis Marcote y Dayana Ferrera los ojos que fueron testigos de cómo la voluntad le devolvió vida a un espacio que hasta como almacén fungió.
“Contamos también con el apoyo de la comunidad, de amigos y de la célula de la AHS. Su propio presidente Víctor Echenagusía colaboró con la señalética, algunos dibujos y pintura.
“Otra de las acciones que emprendimos fue reparar un audio que nos entregó el Consejo Provincial de las Artes Escénicas. Además, tuvimos que reparar casi todas las sillas.
“Hemos tenido que aprender de todo porque hasta hicimos un tomacorriente para una extensión de 220 voltios. Han sido jornadas bien fuertes, pero aprovechamos el período de la pandemia para estar listos cuando se anunciara el retorno a los escenarios. Y así sucedió”.
A la par de las acciones de acondicionamiento, el colectivo de Dador Teatro mantuvo viva su pasión: acompañó al pueblo de Trinidad durante la campaña de vacunación masiva contra la covid y ya sobre la mesa se prepara su próxima entrega.
¡ARRIBA EL TELÓN!
No conformes aún con las condiciones de la nueva sede —ya que no han podido completar todas las plazas y los mismos artistas son sonidistas, cobran entradas y limpian— abrieron las puertas. Desde entonces, los niños y sus acompañantes disfrutan cada fin de semana de Historia de burros, de René Fernández Santana, Premio Nacional de Teatro 2007, con versión de Rubén Darío Salazar, quien obtuvo igual lauro en el 2020.
“Apostamos por estrenar nuestra sala y mantener en esta primera temporada esa obra para exaltar con la puesta en escena las cualidades de Trinidad, reconocida con su condición de Ciudad Artesanaldel Mundo. Además, utilizamos música y ambientes propios de esta región”.
En medio del pequeño salón completamente de blanco y justo frente al auditorio sentado en sillas rojas, él vestido de guayabera y pantalón y ella con bata cubana, mueven los títeres. Muy cerca las risas y hasta las interrupciones entre los diálogos de los pintorescos personajes confirman que tanto esfuerzo ha valido la pena. Con los aplausos finales llega el mejor de los premios.
“Con este espectáculo Dador Teatro participó en varios eventos durante el 2019, antes de la llegada de la pandemia, entre los cuales se destacan la II Jornada Habana Titiritera Figuras entre Adoquines y la XXX edición de la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa”.
Además de La Purísima, la propuesta tocó el escenario de lujo del Teatro La Caridad, como parte de la programación que esa institución propone para sumar a los públicos ávidos de disfrutar de atractivas opciones de las artes escénicas.
“Entre nuestros planes está que el proyecto se convierta en una referencia dentro de la comunidad. Y, aunque no queremos adelantar mucho para no quedar mal, estamos ya planificando realizar talleres de creación y apreciación con los públicos infantil y juvenil, a fin de intervenir desde el arte en aquellos problemas sociales que presenta nuestro entorno y así contribuir a la formación de valores en esas nuevas generaciones.
“Estamos también terminando el trabajo de mesa del próximo espectáculo para comenzar luego con los ensayos, montaje y seguir siendo como decimos una maquinita de trabajo todo el tiempo en función de que salgan las mejores propuestas, renovando constantemente en función del público, que en definitiva es al cual nosotros nos debemos y, por supuesto, seguir contando con ellos para poder avanzar”.
Con ese espíritu eterno, este proyecto joven, que cumple seis años el 24 de diciembre, ha recibido el mejor de sus regalos: la guarida segura para regalar sus esencias.
“No solo apostamos por presentarnos en la sede, sino que seguiremos visitando escuelas, museos, barrios y comunidades porque hay Dador Teatro para rato”.
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