Ni plantando un rascacielos en medio de la plaza de los Olivos al estilo del Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, erigido en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, la mayoría de los espirituanos puede llegarle a buena parte de los precios de bienes y servicios ofertados ahora mismo en la provincia, atendiendo al monto de sus salarios, pensiones o prestaciones monetarias.
Frente a este fenómeno duro y lamentable, las autoridades cubanas no se refugian en la torre de marfil. Para disipar dudas, apelamos al recién celebrado VII Período Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que analizó la marcha de la implementación de la Tarea Ordenamiento, aplicada desde el primero de enero.
En el Parlamento, el diputado Marino Murillo Jorge, jefe en aquel entonces de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, admitió que la inflación minorista ha sido la desviación fundamental del referido proceso, uno de los de mayor hondura económica, financiera y política en la historia de la Revolución.
¿Cómo se traduce esto en el bolsillo de los espirituanos y cubanos, en general? En la cotidianidad, casi se duplicaron las cifras diseñadas para los costos de la canasta de bienes y servicios de referencia, estimada en 1 528 pesos y que dio las señales para el cálculo del salario mínimo.
Como explicaron funcionarios del Ministerio de Comercio Interior a inicios de año, esta clase de canasta —concepto aplicado en varias naciones con miras a instituir políticas macroeconómicas— incluye los productos alimenticios de la canasta familiar normada, otros alimentos y renglones de venta liberada, y un cálculo del consumo fuera del hogar. Abarca, asimismo, artículos de aseo e higiene personal, vestuario, calzado, un porcentaje para el mantenimiento de la vivienda, el pago de prestaciones básicas (electricidad, agua y telefonía fija), así como la transportación urbana.
Comer determinado alimento en la calle le cuesta a la persona en la actualidad el doble de lo diseñado, han reconocido los especialistas, y si bien las distorsiones mayores en cuanto a los números fijados para la canasta de bienes y servicios de referencia las registran La Habana y el oriente cubano, Sancti Spíritus no escapa de la problemática, a juzgar por los comentarios en la web de Escambray y por las vivencias que a diario experimenta uno mismo.
En la práctica, la inflación minorista, que rebasó con creces lo previsto, ha situado contra las cuerdas la capacidad de compra que dio la reforma salarial, así como el incremento de las pensiones y de las prestaciones monetarias, esencialmente en los segmentos de la población con menor entrada financiera. Por consiguiente, es razonable que ello constituya la principal insatisfacción de la ciudadanía con respecto al ordenamiento monetario y cambiario.
Estadísticas aportadas durante las recientes sesiones del Parlamento ofrecen más luces sobre la peliaguda situación. En cuanto a la inflación minorista, de acuerdo con el diseño de la Tarea Ordenamiento, las ventas totales se incrementarían 1.6 veces y los ingresos de las personas, cinco. Bajo ese pronóstico, se decidió aplicar el ordenamiento monetario y la reforma salarial.
Todo indicaba que quienes vivimos del salario íbamos a quedar mejor parados. Sin embargo, los vaticinios enrumbaron hacia la derecha y la realidad, hacia la izquierda; por ello, la población se ha dado de bruces contra precios hasta 10 veces más altos que lo pronosticado. Ese ascenso exponencial se ha constatado, básicamente, en los precios relacionados con el transporte, la alimentación y la vivienda; en este último caso, referidos a la compra de materiales de la construcción, según trascendió en la Asamblea Nacional.
Por cierto, hablamos de precios estatales; como se sabe, la inflación en las abruptas cimas del mercado informal se vuelve más punzante, salpicada por otro ingrediente que apenas esbozamos: en esos oscuros terrenos hoy un dólar ya frisa los 80 pesos; divisa por la cual optan no pocos espirituanos para obtener artículos en la red de tiendas que expenden en Moneda Libremente Convertible (MLC).
No debe olvidarse la imposibilidad que tiene Cuba de vender divisas al tipo de cambio oficial; causa que ha vigorizado el mercado subterráneo de compraventa de MLC, necesitada también por el sector no estatal para realizar adquisiciones en el país o asumir importaciones.
El impacto combinado del reforzamiento del bloqueo estadounidense y de la pandemia del SARS-CoV-2 ha puesto boca abajo la economía nacional; debido a esos efectos, Cuba dejó de percibir más de 3 000 millones de dólares en ingresos desde el 2019.
Poco a poco, la covid ha ido cediendo gracias al plan integral trazado por el Gobierno —con expresión en el logro de vacunas con sello nacional—, y la Mayor de las Antillas emprende gradualmente la revitalización productiva y de prestación de servicios.
En dicho contexto, adquiere prioridad el enfrentamiento a la inflación, oxigenada por la insuficiencia productiva, el exceso de circulante, el inadecuado régimen fiscal, las presiones externas, entre otras condicionantes, según expertos citados por Bohemia.
Bajo el asedio de este fenómeno multicausal, el Gobierno ha adoptado medidas compensatorias a favor de los vulnerables, “muy insuficientes todavía”, subrayaba el vice primer ministro y titular de Economía y Planificación Alejandro Gil Fernández. Este actuar se ha extendido a unas 400 000 personas, por un valor que rebasa los 400 millones de pesos.
Resulta explicable que las distorsiones en la fijación de los precios les ocupe tiempo a la máxima dirección del país, que ha acentuado la urgencia de profundizar la aplicación de las medidas antiinflacionarias, entre estas una mayor participación de los productores nacionales en función de satisfacer la demanda de la ciudadanía y mejor control de la liquidez en manos de la población, además de las acciones compensatorias para la atención a los ciudadanos más vulnerables.
Por tanto, la inflación, que duele en la billetera popular, se torna un verdadero crucigrama, que exige emplearse a fondo a las autoridades y a todos los actores económicos para poder dilucidarlo.
Creo que tengo que moderar mis comentarios para ser leídos ,a mi modo de pensar la especulación de precios y otros males es debido a la escasez de todo , cuando hay oferta el precio baja debido a la competencia y desgraciadamente el país su economía produce muy poco para ofrecer , la mayoría de las cosas hoy en día se compran a particulares , que sus ofertas o producciones tampoco satisfacer la demanda y ahí ponen el precio que quieren a las cosas
Nuestro país está en estos momentos en medio de una espiral inflacionaria, condicionada por dos grandes factores.
En primer lugar está la escasez de productos (incluidos los de primera necesidad) como consecuencia del recrudecimiento del bloqueo y las contracciones a la actividad económica por la COVID. No hay que ser muy erudito para darse cuenta del impacto que esto tiene en la disminución de la oferta de bienes y servicios.
En segundo lugar, pero no menos importante, tenemos el exceso de circulación monetaria, causada por los impactos directos de la implementación de la tarea ordenamiento y agravada en mi criterio por las decisiones de suprimir los límites a la distribución de utilidades entre los trabajadores del sector empresarial y más recientemente la liberación de sus salarios, que está en proceso de implementación.
Estos dos aspectos forman en mi opinión un coctel explosivo que empuja los precios hacia arriba con una velocidad que, de no tomarse medidas urgentes, debe desembocar en una espiral inflacionaria, porque el sistema empresarial comenzará subir los precios de sus productos (tanto mayoristas como minoristas) con el afán de incrementar sus ingresos artificialmente y de esta forma obtener mayores niveles de utilidades que le permitan mayores retribuciones a sus trabajadores.
Para los trabajadores del sistema empresarial y del sector no estatal (de forma general, aunque no a todos en la misma medida), no van a existir grandes complicaciones, porque sus ingresos (como promedio) deben subir en casi la misma medida de los precios minoristas. Lo mismo pasará con los precios que suben como consecuencia del exceso de oferta monetaria, porque el grueso del incremento de la oferta estará en sus manos. Estos los podemos clasificar dentro de un «primer grupo».
Ahora bien, los trabajadores del sector presupuestado van a estar en permanente desventaja, porque sus salarios no se incrementan con el mismo dinamismo que los ingresos de los trabajadores del primer grupo. Van a tener que esperar porque se haga una reforma de salarios (y otra, y otra más) para que su situación se equilibre temporalmente. Mientras tanto, entre una reforma y otra, y adicionalmente si la reforma en cuestión no cubre el desequilibrio con el incremento del costo de la canasta básica, van a ver proporcionalmente disminuido su poder adquisitivo. En este segundo grupo está nuestro personal de la salud, de educación, de la administración pública y de otros sectores muy sensibles, y a los que después criticamos porque (ojo, no los estoy justificando) buscan incrementar sus niveles de ingresos por vías no legales.
Peor aún están los pensionados que no se han recontratado (tercer grupo). Sus ingresos no le representan casi nada en la actualidad, y al estar en la parte más baja de la pirámide, no pueden ni mínimamente competir con el poder adquisitivo de los trabajadores activos (primer y segundo grupo) y de los precios que estos pueden pagar. Estas son las personas que DEDICARON TODA SU VIDA a trabajar y a construir la sociedad que tenemos hoy y que, francamente, no deberían estar dependiendo de que les asignen una ayuda especial o de lo que le puedan dar sus hijos o nietos. LA SOCIEDAD ES QUIEN SE LOS DEBE. No son culpables de haber trabajado en otro ambiente monetario y de haber acumulado para su jubilación unos montos que son risibles a la luz de los precios de hoy. EL APORTE QUE HICIERON DURANTE SU VIDA LABORAL NO DEBE SER DEVALUADO JUNTO CON LA MONEDA.
Soy del criterio que el Estado debe tomar medidas URGENTES para el control de la emisión monetaria, a fin de que no se desequilibre tanto la masa de dinero circulante con la oferta de bienes y servicios. Aunque estoy actualmente en el primer grupo y soy de los menos afectados, hasta hace poco estaba en el segundo e inevitablemente dentro de algunos años voy a estar en el tercero.
Es evidente que como efecto (tal vez calculado) de la aplicación del ordenamiento monetario, ha salido una masa enorme de dinero a circular que no tiene respaldo en bienes y servicios, más allá de la contracción de la oferta como efecto de la pandemia y del recrudecimiento del bloqueo. Con niveles de oferta similares a los de enero de 2020 creo que estaríamos también en una situación inflacionaria sin mucho control. Ya pasó, aunque en menor medida, cuando se comenzaron a aplicar los pagos por resultado y cuando se le subió el salario a los trabajadores del sector presupuestado (muy merecido para compensar lo anterior). Los efectos de la emisión monetaria en esas dos oportunidades sobre los precios no son ni remotamente comparables con los actuales, pero no se revirtieron, simplemente nos acostumbramos en aquellos momentos a los nuevos precios.
El problema con la liberación de los pagos por concepto de distribución de utilidades, y ahora de los salarios en el sector empresarial y su efecto sobre los precios, es que en la economía cubana no hay suficiente competencia como para que se autorregulen los precios, y en consecuencia se corresponda la masa de dinero que sale a circulación con la oferta de bienes y servicios que se genera.
Cuba es la única economía en la que la iniciativa en las relaciones de compraventa la lleva casi siempre el comprador, en lugar del vendedor, que es como debe ser. Esto sucede a todos los niveles (desde las empresas hasta la población) con la excepción de varias actividades (no todas) del sector no estatal en las que la diversificación de la oferta ha provocado una nivelación relativa de los precios. Ya esto era así antes de la pandemia, por lo que no debemos culparla por eso. Nunca he entendido por qué nosotros los cubanos siempre hemos tratado de eliminar la competencia en la economía interna, porque su existencia o no, no tiene ninguna relación con las formas de propiedad. Dos (o más) empresas estatales pueden competir perfectamente entre sí y el resultado va a ser que ambas van a tener que buscar ser más eficientes para sobrevivir. El día que exista esa competencia, que no debemos ver como un mecanismo capitalista, sino como algo inherente a las relaciones monetario-mercantiles que persisten en el socialismo, estarán las condiciones creadas para que cada empresa pague a sus trabajadores lo que sean capaces de generar. Espero que la irrupción de las MIPYMES en la economía se diversifique lo suficiente como para generar esa competencia interna, sin la cual pienso que la eficiencia económica no va a pasar nunca de ser una consigna.
No creo que la solución a los problemas actuales sea seguir emitiendo dinero a la circulación, a sabiendas de que hace rato que el mercado monetario (en CUP) está más que saturado. Las medidas deben dirigirse a reducir la oferta monetaria e incrementar la recaudación por las vías que se pueda. Me atrevería a proponer un conjunto de medidas (siempre limitadas por el nivel de información que tengo).
Primero: Revisar la política de salarios y remuneraciones a los trabajadores. Es cierto que hay que estimular la actividad productiva y que gran parte de ese estímulo pasa por remunerar adecuadamente a la fuerza laboral, pero si se sigue incrementando la cantidad de dinero que se les paga a los trabajadores del sistema empresarial, sin que exista un incremento REAL de la oferta de bienes y servicios (el que se está dando ahora es causado fundamentalmente por el incremento de los precios, por lo que es artificial), el resultado va a ser que los pecios subirán cada vez más, por lo que ese incremento de remuneración va a significar cada vez menos, por lo que a la larga el efecto que se quiere lograr de estimular la producción se diluye como la sal en el agua.
Segundo: Modificar la política fiscal, de modo que mediante políticas fiscales recaudatorias se pueda retirar más efectivo de la circulación. Por ejemplo estableciendo tasas progresivas más altas a los impuestos sobre los ingresos personales a los trabajadores, de modo que los que más cobran, aporten más al presupuesto, así como controlando más los aportes al presupuesto que hace el sector no estatal.
Tercero: Comenzar a vender USD en efectivo a las tasas del mercado informal. Esto lo pudiera hacer CADECA perfectamente. Es cierto que estaríamos reconociendo tácitamente que seguimos en dualidad cambiaria, pero no es más que reconocer la realidad. Sigue habiendo dos tasas de cambio: una es la oficial, que es la de la contabilidad y otra bien distinta es la del mercado, que es la de la calle. No seríamos el primer país del mundo en reconocer que la tasa de cambio oficial no es la del mercado y permitiría recoger un poco de circulante de CUP y de paso darle utilización al efectivo en USD que tiene recaudado el país (dicen) y que no se puede colocar en los bancos internacionales.
Cuarto: Re direccionar la venta de alimentos que actualmente se ofertan en las cadenas TRD y Panamericana a un sistema de distribución basado en la cantidad de consumidores por núcleo. En la práctica las medidas actuales de anotar en la libreta de abastecimientos las compras en las tiendas sólo han favorecido a coleros y revendedores que, triste es reconocerlo, ya tienen una red montada de acuerdo con los cuidadores de colas para acaparar los productos que no podemos comprar los trabajadores y revendiéndolos después. Ya estas redes, he leído recientemente, tienen hasta alcances internacionales, con personajes que sirven de contacto para la compraventa y que radican fuera del país, para evitar que caiga la cadena completa en caso de que la policía intervenga. Si no se distribuyen estos productos directamente a las bodegas, se debería al menos asociar una o varias bodegas a una tienda del barrio, en la cual sólo puedan comprar los consumidores de esas bodegas, y se debe garantizar que los envíos de productos alcancen para todos los consumidores, de forma tal que los que no podemos hacer colas, podamos adquirir en algún horario los productos que necesitamos.
Creo que debemos tratar de recuperar por cualquier vía dentro de lo posible el poder adquisitivo del peso cubano, porque en el clima actual de espiral inflacionaria, las personas no se estimulan al ahorro, porque saben que con el tiempo dinero que ahorren es dinero que pierden, y por tanto se pierde esa otra vía de disminución del circulante.
Sé que ninguna de estas medidas incrementan la oferta de bienes y servicios, para eso habrá que buscar otras soluciones, pero por lo menos mitigarían un poco la inflación y por otra parte frenaría un poco la concentración de riquezas que se está dando en el sector de los coleros-revendedores, que han sido los grandes ganadores de esta situación.
Saludos.
Esto se vivió en la Polonia de los años 80, sino lean cuanto coincide con lo q estamos viviendo ahora, es increíble la similitud. No es sólo bajar los precios, es recuperar la clase media que se perdió el 1ro de enero de 2021, PQ si los precios bajan las cubanos millonarios q son unos cuantos van a acaparar más, imaginen con precios más bajos lo van a comprar todo, el problema no es la producción es la distribución u cómo proteger a la clase trabajadora, si al menos los sindicatos q se le paga hicieran eso.hay q hacer q la clase trabajadora sea quien reine en Cuba!!
Compañero Pepe, vulnerable es un concepto abierto donde caben muchas cosas y no se dice mucho.
Yo creo que vulnerables somos todos por ejemplo: al bloqueo.por ejemplo: a los precios abusivos y especulativos, por ejemplo: a la LEY ASESINA DE OFERTA Y DEMANDA,
Vulnerable es aquel que llega a la farmacia y no puede comprar los medicamentos que tiene que consumir para seguir viviendo, vulnerable es aquel niño que no puede consumir leche ni carne después de los 7 años, vulnerable es aquel ancianito(a) que no tiene con que desayunar, creo que menos los especuladores, abusadores, malversadores, privilegiados, ladrones, y los que reciben amplias cantidades de dólares, la inmensa mayoría somos vulnerables. Pero confío en que se cumplirá lo prometido y se protegerá a los más vulnerables de los abusadores y especuladores y de la LEY ASESINA DE OFERTA Y DEMANDA.
Ayer, a mi se me negó la publicacion, que aunque larga, tocaba puntos neurálgicos acerca del tema, pienso que esgrimiendo: Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.
Lo molesto es que cuando las cosas pican, realmente las razcan, o sea no las ponen, lo que hace que no se puedan expresar criterios de difieran de uno u otro punto de vista.
Gracias moderador.
Pienso que economistas,presidencia y hasta los nenos conocedores saben la solución, saben lo que hay que hacer pero nadie le quiere poner el cascabel al gato .Señores hasta que se pierda el miedo a una apertura real ,tangible al mercado no existirá progreso
PEDRO, A MI ME HA EXTRAÑADO ESTE ARTÍCULO LIGHT, DE DIETA, MUY LIGERO Y SIN EL SELLO DE OJITO, UN GRAN PERIODISTA CUJEADO DE MIL BATALLAS.
OJITO NO HA HECHO UN TRABAJO RIGUROSO EN ESTE ARTÍCULO, DEBIÓ REPARTIR CULPAS, BUSCAR LOS RESPONSABLES DE SEMEJANTE DESASTRE ECONÓMICO , NO PARCIALIZARSE A FAVOR DEL GOBIERNO.
UNA DE LAS LABORES DEL BUEN PERIODISTA ES CUESTIONAR A LOS PODERES DEL ESTADO CUANDO ESTOS LE FALLAN AL PUEBLO. MURILLO Y EL MINISTRO ALEJANDRO GIL HAN FALLADO A LO GRANDE. EL PRIMERO YA RENUNCIÓ Y EL SEGUNDO ESTÁ EN EL PICO DEL AURA, PORQUE MÁS IMPOPULAR NO PUEDE SER.
Todo este paquete neoliberal de capitalismo salvaje, ya lo vimos en Europa del Este después de 1989, cuando los ex países comunistas pasaron de la noche a la mañana a a ser capitalistas. Desde comienzos de este 2021, los economistas radicados en el extranjero, Mauricio de Miranda y Pável Vidal ya lo habían avisado, que la inflación se dispararía, que venían penurias económicas muy duras y que los que inventaron este paquete neoliberal no le estaban diciendo la verdad al pueblo. Y llego la puesta en escena, que es lo que estamos viviendo hoy , mas pobreza, un alza desenfrenada de precios en los alimentos, mucha bolsa negra, tiendas vacías o semi vacías y salarios que no alcanzan ni para comer 15 días al mes. Esta es la obra de Murillo, pero también es la obra del Ministro Alejandrio Gil, que sera el próximo en irse, porque su plan económico es un desastre sin paliativos.
Seriamente es de vergüenza los precios actuales, no hay en estos momentos quien le de explicación al trabajador sobre porqué no hubo ingresos en el trimestre, por lo tanto no hay estímulo….Que se hizo mal o como actuar para que lo haya…. Ningún director y soy absoluto hace eso. De más está decir que eso forma parte del reordenamiento, este es MENTAL, pocos o nadie se abre a ESCUCHAR PROPUESTAS, sólo asumen que sólo ellos saben y tienen razón. Se fomenta la innovación, pero….han estimulado a aquella persona MONETARIAMENTE, mínimo el 10%de lo que se ahorra el país en importar…….Seamos serios, NO a las chapucerias, las trabas institucionales, las mentales que hacen más daño. Somos cubanos, No el enemigo… Gracias