Nunca pensó Mario Lazo Rodríguez, que sería el magisterio la profesión que lo encauzaría en la vida. Con una dirección precisa hacia la cual dirigir su vista, sus pasos, sus expectativas…, un buen día este hombre, de estirpe cabaiguanense, dejó a un lado su formación como técnico de nivel medio en Planificación Económica para convertirse en educador, un oficio que llegó hasta él por azar y del cual no ha logrado desprenderse.
Todo comenzó cuando hasta el otrora Centro Politécnico Conrado Benítez García, de Cabaiguán —en el cual estudiaba la disciplina económica—, llegó la convocatoria de participar en un movimiento de alumnos ayudantes, que supliría las necesidades de cobertura docente del territorio en ese entonces. Fue así como se involucró en esta idea y descubrió que era la pedagogía el camino que quería transitar.
Tanto es así que en 1983, al mismo tiempo que culmina sus estudios relacionados con el ramo económico, asume su función como docente en dicha instalación, la cual, tres años más tarde, se afianzaría en el Politécnico Rubén Martínez Villena, donde labora hasta hoy. Desde allí y con el título de licenciado en Educación en la especialidad de Economía, prestigia a la Enseñanza Técnico Profesional (ETP) en Sancti Spíritus, nivel educativo del cual no se ha separado por más de 30 años.
“En esta enseñanza se aprecia a corto plazo el trabajo que desempeñamos con los alumnos, y lo constatamos con los resultados en los diferentes sectores de la economía del país, que se nutren de estos muchachos”, comenta el maestro.
En esta instalación educativa se forman ocho especialidades, entre las cuales destacan técnico de nivel medio en Contabilidad, en Gestión del capital humano, en Servicios gastronómicos, Elaboración de alimentos, así como en Eléctrica y Electricidad. Todas completan la matrícula de e 378 estudiantes.
Detrás de ellos, advirtiendo sus reveses y defendiendo sus éxitos, permanece el claustro docente y no docente, seres humanos que hacen del aprendizaje la mejor opción para estos jóvenes. Mas, aferrado a una pertenencia a la que no quiere renunciar, Mario Lazo lidera a estas almas de educadores y siente que ha sido la responsabilidad de director la que le ha permitido ser el hombre que es, y no otro, definitivamente distinto.
“La dirección es una ciencia. Para dirigir bien lo primero que hay que saber ser es líder. Hay que convertirse en una persona capaz de arrastrar al colectivo pedagógico y, distinguir sobre todo, por la conducta ética y moral, por los métodos de trabajo colaborativos, además de mostrar principios acordes con la obra de la Revolución”, agrega Lazo Rodríguez.
Sin embargo, aun cuando el compromiso de dirigir acorta los pasos de su tiempo, no deja que los proyectos investigativos que fragua se conviertan en historias inconclusas y perdidas a sus espaldas. Y es que ha sabido conjugar sus faenas para no coartar sus ansias de indagar.
“Mis primeros pasos en el ámbito investigativo se circunscriben al momento en que desarrollé mi tesis de licenciatura. Desde ese instante, a través de una investigación relacionada con los estados financieros en la actividad comercial, hice mis aportes iniciales, los cuales se ajustaron a un sistema de ejercicios para aplicar a los alumnos que estudian Contabilidad, Planificación y técnico de nivel medio en Estadística”, asevera el cabaiguanense.
Mas, como recompensa a sus extensas jornadas de lecturas y de búsqueda incesante de información, nacieron otras propuestas que enriquecen la ETP. Y es que una vez instaurado como profesor adjunto de la Universidad José Martí Pérez de Sancti Spíritus, trabajó con proyectos que respondían a las principales necesidades de este nivel educativo.
“Hoy uno de los aspectos que más afecta a la ETP es la carencia de materiales bibliográficos para emprender el proceso docente educativo. De ahí que una de mis misiones esenciales con la ciencia es resolver esta disyuntiva”, señala.
Tanto es así que la profesionalización de los docentes y directivos del Ministerio de Educación le sirvió de “provocación” a este hombre para que realizara su tesis de maestría. También aprovechó las brechas en los modos de actuación y las habilidades profesionales de esta enseñanza para enfrentar la solución de problemáticas en la producción y los servicios en especialidades como Contabilidad y Elaboración de Alimentos.
No obstante, Mario Lazo resalta además por su título de doctor en Ciencias Pedagógicas alcanzado en diciembre del 2019. Con dicha investigación emergieron varios aportes: “Una estructura metodológica para la preparación del docente e integrar los componentes del proceso pedagógico, así como un sitio web con toda la información didáctica para las asignaturas técnicas integradoras, con el objetivo de estudiar los componentes académicos, laborales e investigativos, resultan los principales”, asegura el profesor.
Y aunque sus estudios contribuyan a mejorar la calidad del egresado, no imaginó que un día tendría entre sus manos la condición de mejor Maestro Investigador de Sancti Spíritus, lauro que, a su juicio, solo se corresponde con la consagración al trabajo, el sentido de pertenencia y la formación de las nuevas generaciones.
Ahora, cuando repasa su vida detrás de su encargo como director del Centro Politécnico Rubén Martínez Villena, de Cabaiguán, cree en la incertidumbre del futuro, y cómo aquel acto juvenil de insertarse al movimiento de alumnos ayudantes produjo un giro en su vida. A esta casualidad le debe pertenecer al magisterio y, a la investigación, tenerla entre sus grandes obras.
Muy estimulante reconocimiento para Mario, una persona además de magnifico educador y profesional lo acompañan distinguidisimas cualidades personales Éxitos mi colega y las puertas de las Ciecias están abiertas para Ud.
Felicidades
Muchas felicidades Dr. C. Mario Lazo Rodríguez, por el merecido reconocimiento. Usted es un ejemplo a seguir y el orgullo del magisterio espirituano, siempre dispuesto a dar lo mejor de sí.
Muchas felicidades al Dr. C. Mario Lazo en nombre de los investigadores del proyecto Desarrollo profesional sostenible: universidad- sociedad de la Universidad de Sancti Spíritus, merecido reconocimiento