Elsa apenas roció los cultivos en el municipio espirituano de Jatibonico. Esta vez, el agua no rozó el puente de hierro que divide el dos al país, justo allí, a la entrada de la ciudad. El pluviómetro oficial del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos marcó un acumulado de 61 milímetros de lluvia tras el paso del organismo meteorológico.
Al evaluar el impacto de las escasas precipitaciones en el territorio, el Consejo de Defensa Municipal concluyó que en estos lares la tormenta tampoco dejó huellas profundas. “La agricultura no sufrió pérdidas, más bien se beneficiaron plantaciones cañeras que fueron drenadas con prontitud”, explicó el presidente de este órgano de mando aquí, Isbel reina Abreu.
Las más de 1 000 personas que fueron protegidas en predios jatiboniquenses están listas para regresar a sus moradas, aseguró la jefa de evacuación Sonia García Montano.
Autoridades de la agricultura confirmaron que las más de 600 000 cabezas de ganado que fueron llevadas a lugares seguros no sufrieron pérdidas en sus rebaños.
Aquí solo se reportan dos derrumbes totales de viviendas, las cuales se encontraban en condiciones muy precarias. En tal sentido, se indicó la ejecución inmediata de facilidades temporales para las familias afectadas.
Para cuando vuelva a brillar el Sol con toda su intensidad, el poblado regresará a la quietud que lo caracteriza y los días seguirán marcados por la batalla cubana contra la COVID-19, en un contexto marcado por el alza de contagios de la enfermedad y las acciones previas con el fin de certificar los vacunatorios para el proceso de inmunización de sus pobladores.
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