El presidente Joe Biden olvidó que el bloqueo de Estados Unidos es la causa principal del sufrimiento económico padecido durante décadas por el pueblo cubano.
Es lamentable semejante desliz del mandatario, quien prometió cuando era candidato presidencial por el Partido Demócrata cambiar las políticas hacia Cuba.
Una declaración a propósito de los incidentes ocurridos la mañana de este domingo aupadas desde el exterior y a través de redes sociales, acuña algunos socorridos términos utilizados en las campañas contra la isla en el empeño por desacreditar a su gobierno, desalentar a la población y crear el caos.
Biden dijo que es necesario el ‘alivio de las trágicas garras de la pandemia’, pero pasó por alto un elemento esencial: es urgente que su gobierno levante el cerco económico, financiero y comercial para que Cuba acceda a mercados y obtenga recursos.
Culpa de la actual situación al ‘régimen autoritario de Cuba’, pero olvida otra vez que el proyecto social que se construye en la mayor de las Antillas lo respaldó más del 86 por ciento de su población en un referendo, lo cual avala la elección libre de su futuro.
El ocupante de la oficina oval llama a que aquí se atiendan las necesidades del pueblo en ‘este momento vital’, y ¿qué es si no desarrollar vacunas propias para inmunizar a toda la población ante la realidad de que sería difícil, por el bloqueo, adquirirlas en el mercado internacional?
¿Qué es si no sortear los escollos de la persecución financiera y comercial para tratar de que la mayoría no quede desprotegida y abandonada a su suerte?
Como expresó la activista estadounidense Medea Benjamin, el bloqueo es la causa fundamental de las carencias que afectan al pueblo de Cuba.
Cuando la Covid-19 provoca un grito mundial de solidaridad y cooperación, el gobierno de su país mantiene una política que intenta estrangular la economía cubana, advirtió Benjamin, cofundadora de la organización pacifista Code Pink (Código Rosa), en declaraciones vía Internet a Prensa Latina.
Para ella es criminal que el presidente Biden mantenga las crueles sanciones contra Cuba cuando, de un plumazo, podría levantar todas las medidas coercitivas que impuso Donald Trump (2017-2021).
Sin embargo –acotó- está anteponiendo burdos cálculos políticos que tienen que ver con la agenda interna al bienestar de 11 millones de cubanos.
A casi seis meses de llegar a la Casa Blanca, el gobernante demócrata sigue sin dar señales del prometido cambio de política hacia Cuba y, por el contrario, mantiene vigentes las 243 medidas coercitivas impuestas por Trump, quien llevó a extremos el bloqueo.
Analistas sugieren que Biden anda con el piloto automático que dejó su antecesor republicano, pues no ha existido modificación alguna en la política bilateral y alertan que de enero a la fecha se han tomado disposiciones que corroboran esa línea como el incorporar al Registro Federal a un país no terrorista en la lista de países patrocinadores del flagelo.
También ratificaron en un nuevo informe publicado en mayo la decisión fraudulenta de Trump de incluir a Cuba en un listado de países que no cooperan en la lucha contra el terrorismo y lo señaló en otro sobre Trata de Personas.
Gratuitamente endurecieron con mentiras y maquillaje retórico el texto infame del reporte acusa a Cuba injustamente de Trata de Personas y pretenden desvirtuar la verdadera naturaleza de los programas de cooperación en materia de salud de la isla, opinan fuentes diplomáticas.
Tampoco han faltado -indican- las amenazas y recomendaciones engañosas específicas una por una a las naciones que tienen acuerdos de cooperación con Cuba.
Además, liberaron el el 25 de junio al connotado terrorista Eduardo Arocena, el asesino a sangre fría en la calles de Nueva York del diplomático cubano Félix García el 11 de septiembre de 1980.
Por cierto, entre sus criminales actos contra Cuba figura la provocación de la epidemia de dengue hemorrágico que se desató a finales de mayo de 1981, que afectó a más de 344 200 personas ocasionándole la muerte a 158, de ellas 101 niños.
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