Bastó una conversación. Luego llegó un casete. Más tarde, se vio preguntando por artistas y melodías. “El rock es parte de mí por casualidad”, resume Leonardo Álvarez Cañizares y no encuentra muchas más explicaciones, como sucede cuando se intenta hallar sentido a las grandes pasiones.
No recuerda con exactitud la fecha en que el grupo de amigos le hizo escuchar por vez primera esa expresión musical; mucho menos cuándo el hermano mayor le entregó aquel cuadrado con tira de plástico kilométrica, actualmente casi un objeto de museo. Solo sabe que sin darse cuenta el rock es hoy una adicción.
“Cada encuentro era un descubrimiento. Ese sonido diferente nos atrapó y nos sentimos identificados. Creo que tiene que ver con su manera un poco más desenfadada de decir las cosas, la fuerza y empuje de los arreglos musicales”.
Ni tan siquiera lo frenaron aquellas miradas y comentarios que ha encontrado en el camino subvalorando al rock, un género musical históricamente incomprendido.
“Por suerte, los jóvenes de ayer, que sintieron mucho más eso en sus pieles, son los padres de nuestros jóvenes. Pero, sí, aún se siguen minimizando subgéneros como el metal extremo y se encasilla como bulla. No buscan en los conceptos de sus letras y es muy triste encontrar valoraciones superficiales, aunque es propio de la rapidez con la que vivimos en la actualidad”.
Y sin proponérselo en 2016 comenzó a labrar uno de sus mayores orgullos. Nació Katarziz, la fusión de un pequeño grupo de amigos bajo el liderazgo de Leonardo.
“Desde entonces estamos aquí con dos producciones musicales y otra en preparación. Ha sido la manera de encontramos, de decir lo que teníamos dentro: ideas, deseos, anhelos, de cantarle al amor, desamor, realidades sociales… Realmente, ha sido una maravilla formar parte del proyecto y compartir con cada uno de la banda”.
Y en esa búsqueda de crecimiento como profesionales encontraron de frente con una organización con cobija en la calle Céspedes norte, en la ciudad del Yayabo.
“No creo que pueda existir un artista que no le interese formar parte de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Precisamente, ha sido esa organización, desde que surgió hace 35 años, la que ha impulsado el movimiento rockero del país. Es donde se siente el apoyo, la puerta abierta, el creer que los obstáculos son mínimos. Ella significa protección y estímulo para nuestras creaciones, sea la manifestación que sea. Incluso, no solo para los asociados, Katarziz es un ejemplo que mantenía vínculos mucho antes porque reconocíamos que era importante».
De ahí que, desde hace un tiempo, pocas son las actividades en que las melodías de estos inquietos jóvenes no respalden una actividad de la AHS. De igual modo, se les ve en cuanto evento se convoque a nivel de país e, incluso, en la presentación de su último disco ¿De qué estamos hablando?, en más de una ocasión se dejó escapar las siglas AHS.
“Jimmy, el único con formación musical; Odel, trovador en sus años universitarios; Ray, con otras experiencias; Alberto; Ismael y yo, con menos horas en este mundo, sentimos que nuestra primera producción discográfica fue un sueño, un poco hijo de la inmadurez. En el segundo nos sorprendió la pandemia, pero trabajamos con calma. Seleccionamos temas, escogimos los colaboradores y grabamos desde casa cuantas veces creímos que fuera necesario.
“Precisamente, en ese tiempo abrimos una ventana que nos ha dado muchas alegrías: las redes sociales. Allí nos hemos sentido activos, aunque hemos tenido que estar lejos de los escenarios. Festivales internacionales, diálogos con medios de comunicación de otras naciones que se han interesado por nuestra música han sido posibles en esas plataformas. Incluso, por las redes pudimos acceder a las voces foráneas que integran ¿De qué estamos hablando? Seguimos descubriendo sus potencialidades, porque no lo conocemos totalmente y hemos ido de a poco. Nuestro lema ha sido no comernos el mundo, pero creo que paso a paso se corre mejor suerte”.
Y en ese andar por acordes y letras escritas con sinceridad, Leonardo Álvarez Cañizares ha asumido la responsabilidad de liderar la sección de música de la filial espirituana de la AHS, una labor que en poco tiempo ha logrado sacudir a esos muchachos.
“Tenemos presencia en los medios provinciales, pero nos queda la deuda de llegar a los nacionales como lo hacen otras provincias. Pienso ahora mismo en el programa Cuerda viva, que es una oportunidad de promoción a la música hecha por jóvenes y a la que no llegamos con facilidad. También es cierto que carecemos, la mayoría de los proyectos, de un audiovisual y producciones discográficas profesionales. Cuando la pandemia nos lo permita queremos hacer desde la AHS videos con calidad, que ya están planificados, y Radio Sancti Spíritus nos ha ofrecido sus estudios para poder hacer grabaciones. Son algunos de nuestros proyectos, que si bien han estado guardados por la covid, no están engavetados”.
¿Cuánto ha influido la AHS en la madurez de Leonardo y Katarziz?
“Mucho y te lo explico de forma sencilla. La interacción con otras manifestaciones del arte y con otras maneras de crear me ha llevado a buscar otros conceptos artísticos. Y eso lo he descubierto dentro de la asociación. Antes andábamos como un caballo cuando corre sin freno, dando bandazos, pero de pronto te encuentras algo que te define, con lo que te identificas y eso siempre ayuda. Esa calma la encontraré en una casa, donde tienes muchas personas que piensan como tú y que también difieren en otros muchos aspectos y eso precisamente es de lo que va la creación”.
¿Cuáles son tus más recientes sueños como músico y líder de los asociados?
“Trabajamos en nuestro tercer disco. Soñamos con llevar nuestra música a todos los rincones, sin encontrar obstáculos. Creo que todavía podemos hacer que exista una mayor interacción entre el rock latinoamericano con el de la isla y eso puede lograrse desde la sección de música. Tender muchos más puentes entre todas las culturas es realmente mi sueño”.
Anhelos que tienen sus cimientos cuando Leonardo hizo un par de llamadas y aunó, en casi una semana, a varios artistas jóvenes y nació Soy lo que ves, tema que se regaló al 4 de abril. Similar ocurrió cuando, por el aniversario 35 de la AHS, diseñó el festival virtual La música es… para que con solo dar un clic se disfruten los proyectos musicales de la filial espirituana.
“Cuando tanto los miembros de la banda como los asociados asumen sus responsabilidades, todo es fácil. Basta con presentar las convocatorias y lo demás sale solo”, concluyó.
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