Darianna Trejo Fonseca, madre de 26 años residente en Carretera de Zaza No. 7 A, Rotonda, Sancti Spíritus, cuenta en su misiva que tiene dos hijos, uno de ellos saludable y el otro, de cinco años, enfermizo y vulnerable.
Refiere que el pequeño nació pretérmino y con bajo peso, así como que está aquejado de desnutrición proteico-energética, asma bronquial aguda e inmunodeficiencia. Ella desea hacer público su sentimiento de frustración, ya que se siente peloteada y engañada por lo que califica como “mal desempeño de las trabajadoras sociales que lo atienden en el área Norte”.
De acuerdo con el relato de Darianna, allí han tardado más de cuatro años en darse cuenta de que su hijo requiere la dieta médica que en Cuba se les ofrece a todos los niños desnutridos. Se ha tratado hasta ahora, aclara Escambray, de asignaciones gratuitas de renglones alimenticios para compensar deficiencias nutricionales que se reflejan en un peso y una talla por debajo de lo correspondiente a las edades de los infantes, las cuales se entregan desde el 2001 en módulos que incluyen arroz, chícharos, pastas alimenticias, frijoles y aceite.
Cuenta la madre que en varias oportunidades había gestionado dicha dieta sin éxito, y que el argumento era que no clasificaba dentro de los casos críticos por vivir en una casa de placa y tener ingresos que le permitían costearse los alimentos.
Recientemente tramitó su queja en diferentes instancias y recibió al fin una respuesta satisfactoria: en abril debían aprobarle la dieta. Hace poco la visitó otra trabajadora social que vio los gastos del hogar y le comunicó que deberá asumir el costo de los alimentos que conforman la dieta, algo que ella no entendió en aquel momento.
Este órgano de prensacontactó con Yaneisy Castellanos, asesora principal de Trabajo Social en la Dirección Municipal de Salud, y con Ania González, especialista principal del departamento de Trabajo Social, Adulto Mayor y Defectología en el Policlínico Norte. De ambos diálogos quedó claro que la dieta para el niño fue aprobada y debió llegar en abril, pero no sucedió así debido a un imprevisto relacionado con la pandemia de la COVID-19.
“Se le comenzará a dar en junio, con la entrega de las cuotas de los dos meses anteriores, y se le informó a la mamá que las mismas no tendrán carácter gratuito”, dijo Yeneisy. Ania, por su parte, aseguró que, tras una revisión de los certificados médicos que poseen archivados en los últimos cuatro años para la aprobación de este tipo de dietas, se pudo comprobar que no existe ninguno a nombre del niño, como no sea el fechado el 22 de enero del presente año.
“El primer paso es la entrega en nuestro Policlínico del certificado médico emitido por el pediatra, que debe renovarse cada tres meses, ya que la situación puede cambiar, y luego se efectúan las visitas para comprobar si se trata de un caso crítico”, explicó la fuente, y sostuvo además que allí nunca habían recibido antes un reclamo de la citada madre.
Elio Rodríguez, subdirector de Asistencia Social en la Dirección Municipal de Trabajo, explicó que a partir de la implementación de la Tarea Ordenamiento este tipo de dietas será gratuita solo para casos en que la familia, previo análisis correspondiente, no pueda costear el módulo que se entrega, lo cual se dilucida mediante las trabajadoras sociales del área de salud.
Una vez más en este espacio se evidencia la necesidad de diálogos claros entre las partes. Una comunicación adecuada es premisa tanto para el entendimiento como para cualquier solución.
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