El jefe del equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que investiga el origen de la pandemia en Wuhan, Peter Ben Embarek, calificó este jueves como “poco creíble” que el coronavirus haya salido de un laboratorio de esa ciudad china.
Una tesis como esa sería un excelente guión para películas y series, pero si se empieza a seguir y perseguir fantasmas aquí y allá, nunca se llegará a ninguna parte, a juicio de Ben Embarek, en declaraciones que realizó a la agencia francesa de noticias AFP, por teléfono, desde Beijing.
Embarek consideró que hay que ser capaces de explicar por qué algunas de esas historias sobre el origen del coronavirus son totalmente irracionales, por qué algunas de ellas podrían tener sentido, y por qué algunas de ellas pueden ser explicadas o no.
Especialista en seguridad alimentaria, Embarek prometió atenerse a la ciencia y a los hechos para sacar una conclusión definitiva sobre el origen de la pandemia, y destacó la visita al Instituto de Virología de Wuhan como un paso importante para entender de dónde vienen esas historias.
Embarek aludía a algunas acusaciones, incluidas las del ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que el SARS-CoV-2 habría salido accidentalmente o no del laboratorio de Wuhan.
Sin embargo, hasta ahora no se han encontrado pruebas que apoyen esa hipótesis, desmentida una y otra vez por China, mientras que el propio laboratorio de Wuhan rechazó los infundios en su contra, y Ben Embarek también considera poco creíble la conjetura sobre el escape del virus desde esa institución científica.
El jefe de la delegación de investigadores de la Organización Mundial de la Salud remarcó que la visita del grupo a la ciudad de Wuhan y su Instituto de Virología será un buen primer paso sobre cómo avanzar para obtener respuestas sobre el origen del SARS-CoV-2.
Otro miembro del equipo, el vicedirector del Instituto de Epidemiología y Microbiología Pasteur, Vladímir Dedkov, aseguró que el laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan tiene un nivel de organización tan excelente que es difícil imaginar una filtración de virus desde allí.
Dedkov reconoció que hipotéticamente todo puede suceder, pero primero, no hay indicios algunos y, segundo, No hay hechos que apunten a una filtración, ni directos ni indirectos, desde el laboratorio de Wuhan.
El experto ruso comentó también sobre la visita del grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud al mercado de carnes y mariscos de Wuhan, donde se detectaron los primeros casos del coronavirus.
A juicio de Dedkov tampoco hay pruebas de que el virus se originara justo allí, pero hipotéticamente, tiene todas las condiciones para la propagación de un patógeno.
Los expertos de la Organización Mundial de la Salud llegaron al país asiático el 14 de enero para investigar el origen del coronavirus y fueron sometidos a una cuarentena de dos semanas, según las normas chinas de prevención de la epidemia.
El 28 de enero, tras cumplir la cuarentena, los expertos comenzaron el trabajo en cooperación con sus colegas chinos, quienes están compartiendo abiertamente sus datos con los especialistas de la Organización Mundial de la Salud.
Entre tanto, China reafirmó este jueves que aunque el costo de las vacunas contra COVID-19 que utilizan diferentes vías técnicas varía, el país se compromete a defender la naturaleza de esos fármacos como bienes públicos mundiales y a proporcionarlos a precios justos y razonables.
Lo aseguró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin, quien subrayó que si bien el país enfrenta una enorme demanda interna de inmunización, está dispuesto a trabajar dentro de su capacidad y hacer esfuerzos para que las vacunas contra la COVID-19 sean asequibles para las naciones en desarrollo, en lugar de un lujo que solo poseen unos pocos países.
Wang se refirió también a arreglos específicos y precios de 10 millones de dosis de la vacuna contra COVID-19 que el gigante asiático proporcionará a la iniciativa COVAX, y remarcó que Beijing espera que los países con capacidad desempeñen un rol activo y tomen acciones concretas, con el fin de ayudar a los Estados en desarrollo a recibir vacunas a tiempo para derrotar la pandemia lo antes posible.
COVAX es un Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19, creado por la Organización Mundial de la Salud, en una alianza de actores públicos y privados, con el objetivo de garantizar el acceso equitativo a los fármacos que se logren desarrollar contra el SARS-CoV-2.
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