Otra vez el pintor Daniel Acebo habla poco y dice mucho mientras saca su clase y le dispara con pinceles y colores al coronavirus a partir de la combinación de dos armas infalibles: la reflexión y la carcajada.
Según contó a Radio Trinidad este creador, que alguna vez se definió jocosamente como “trinigüero” —sagüero de nacimiento y trinitario por adopción—, casi siempre en las noches echa mano al pincel, la plumilla, la tinta y explora con detenimiento contextos, actitudes y protagonistas envueltos en sus cotidianos conflictos.
Los personajes tocan a su puerta, pero evitan llegar todos juntos en tiempos de distanciamiento. Con nasobuco obligatorio, nutren el ingenio del pintor para hacer brotar sobre el lienzo un interesante mundo donde se entrecruzan fabulación y realidad. Así intenta despabilar el pensamiento contra la pandemia y siempre a favor del ser humano.
Para el artista “el humor es muy serio” y un año de confinamiento en casa alimenta la gracia, el buen sentir, el desenfado del artista que, entre cuatro paredes, aparta la tristeza, el malhumor, los sinsabores de una realidad jamás experimentada.
A pesar de que corren tiempos muy duros, su discurso transmite optimismo, sugiere cuidado, precaución, destila votos por la vida y esperanzas por venir en una muestra que ya se expuso inicialmente en la Casa Artex de la ciudad de Trinidad y que ahora el artista continúa desarrollando.
“Hay muchos de los dibujos que reflejan una idea, un concepto, la exageración de un determinado gesto de las relaciones humanas que también son un llamado de alerta para evitar el contagio y la propagación del virus”, comentó a Radio Trinidad.
Desde sus cuadros se asoman personajes comunes —cocineros, amas de casa, enfermeras, artistas, peluqueras o doctores—, quienes tornan más creíble los mensajes de alerta, de búsqueda, solidaridad y pensamiento para enfrentar juntos este tiempo difícil.
Del manto oscuro que la pandemia extiende sobre el planeta emergen el humor y el buen arte como respuesta inmune a un año de confinamiento, como una estrategia infalible donde la risa también nos puede salvar.
Ya lo describía hace tiempo el crítico de arte Toni Piñera: “Daniel Acebo es el serio humorista que se ríe por dentro aunque sus obras llevan la sonrisa a flor de piel. Artista de calibre, ganador de premios importantes en este campo, sus reflexiones se deslizan sobre el terreno del humor, la ironía, poniendo siempre al hombre en el primer plano de la creación. Su decir incisivo coquetea con una línea precisa y el talento creador para imaginar lo imposible y hacernos pensar a través de la risa”
Ese sello personalísimo que siempre le acompaña, la sátira, vuelve a convertirse en un arma para el artista que no se mantiene impasible ante tan cruenta realidad: los trazos y las líneas, la sonrisa y la gracia, los colores y el talento creador también salvan del pesimismo, las dificultades y la desesperanza en que ahora mismo permanece sumido el mundo.
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