Acostumbrados a domar los apuntes en la agenda y, a lo sumo, transcribir desde la grabadora, los reporteros de Escambray pusieron el grito en el cielo cuando el director se “bajó” con aquel antojo: el periódico provincial de Sancti Spíritus, con más de 40 años en los dominios de la prensa impresa, tendría un noticiero audiovisual.
La novedad no radicaba en el salto tecnológico, porque desde hacía más de dos décadas el medio había dejado de ser únicamente un periódico de papel con un público condicionado por la cantidad de ejemplares, para convertirse en una plataforma disponible para una audiencia ilimitada las 24 horas en Internet. Lo difícil para el equipo era enfrentarse al “vidrio”, como se conoce a la televisión en el argot popular, pararse delante de una cámara sin más herramientas que algún background teórico y —eso sí— muchas ganas de innovar.
Tampoco sería el noticiero la primera incursión de Escambray en las lides del audiovisual. Durante años y con recursos de aficionados, el órgano de prensa venía concibiendo y editando sus propios videos, en su mayoría como complemento de la producción periodística para la web, y hasta mantenía un canal de YouTube que rompió sus propios récords de visualizaciones más de una vez, cuando colapsó el puente de Zaza del Medio, por ejemplo, o cuando un temblor de tierra sacudió a los vecinos del 12 Plantas.
Pero, lo que se dice despegar, la producción audiovisual del medio no despegó hasta que llegó VisionEs, con frecuencia semanal y esa especie de declaración de principios que es su nombre: el propósito ulterior del noticiero sería retratar la realidad lo más fielmente posible desde la visión de Escambray.
Se inauguró por todo lo alto: con la cobertura a la segunda visita gubernamental a Sancti Spíritus, el 24 de enero del 2020. Desde entonces ha venido ajustando sus clavijas, limando los deslices de amateurs y elevando el rigor con que es analizado puertas adentro, pues lo que comenzó como un ensayo de multimedialidad —casi un divertimento— ha devenido producto comunicativo que lleva el sello de Escambray, una marca que todo el periódico se toma muy en serio.
Con la de este viernes 22 de enero, ya suman 49 las entregas de VisionEs, en las que se ha consolidado una estructura más o menos flexible que incluye dos bloques informativos y secciones como Desde las redes, referida al panorama de la web; Directo al grano, espacio para el análisis sobre temas polémicos; De buena tinta, que adelanta tópicos de la edición impresa, y Perfiles, dedicada a narrar historias de vida o de interés sociocultural.
“Es el mismo periódico, pero con imágenes en movimiento”, ha calificado una de las reporteras que con más entusiasmo se ha enrolado en eso de pararse frente a la cámara, acotejarse el pelo, serenarse y repetir 20 veces el parlamento hasta que el “preciosímetro” queda satisfecho.
Lo que nadie imagina mientras está viendo esos 10 minutos que como promedio dura cada emisión, es que tras bambalinas ha habido que hacer malabares: un ayudante que aguanta el texto a falta de teleprompter; camarógrafo y editor que se desdoblan en electricistas, operadores de sonido y luminotécnicos; un carro que deja botado a todo el equipo porque se acabó el combustible; innovaciones en exteriores y en el estudio que ganarían un fórum de la ANIR…
A un año de aquella emisión primigenia, el noticiero puede presumir de dos conquistas: haberse agenciado un público fiel que lo espera cada viernes, pese a los elevados costos de internet para el bolsillo promedio, y haber socavado poco a poco el recelo con que los periodistas de prensa plana miraban al recién llegado.
La mayoría interviene en alguna que otra emisión con la desenvoltura de un locutor de Telesur; pero todos, hasta los más acérrimos detractores, los que ni locos se pararían en cámara, ya llegan a la redacción con la primicia en la mano: “Miren la exclusiva que traigo para VisionEs”.
Podría sugerir a Visiones que suban su noticiero a la plataforma Picta o a Teveo y luego embeberlo en esta misma página o poner un enlace, así podría verse el video usando el bono de navegación nacional que a veces a muchos cubanos les sobra. Me alegra ver a los colegas saliendo de su zona de confort. Eso dice mucho de Escambray. Qué bueno leerte otra vez Giselle.
Excelente retrato. Yo esperé con ansias aquella emisión debutante, que nos sorprendió por su factura, y no me he desenamorado del producto que ya nos ha cautivado a todos.
Por cierto Giselle mucho tiempo sin saber de UD,ni disfrutar de su periodismo,que es de lo mejor en el pais..La idea del periodismo visual esta muy buena,siempre que haya una version escrita,recuerde que el material en video consume mucho ancho de banda y los precios son muy alto,por lo que le sugiero que junto al video haya una version escrita para los bolsillos menos profundos..Saludos y que este muy bien