Una publicación del lunes 19 de abril, en la tarde, con carácter de información especial, emitía una señal de alerta del Instituto de Meterología de Cuba en su cuenta de Telegram, acerca de la actividad del volcán La Soufrière en San Vicente y las Granadinas, en las Antillas Menores.
De acuerdo con el reporte, el mismo continuaba activo y mantenía su actividad explosiva, aunque en los últimos días de forma más espaciada en el tiempo y con una menor emisión de cenizas volcánicas y gases nocivos a la atmósfera.
“Este domingo, 18 de abril, se reportó una nueva explosión volcánica a las 4:49 pm (hora local) con la emisión de cenizas y gases, como el dióxido de azufre (SO2), pero en menor cantidad que las observadas en los primeros días de la actividad volcánica”, refería la nota, que a continuación especificaba elementos de sumo interés para toda la población de la mayor de las Antillas.
“En Cuba predomina un flujo del sur (S) en los niveles bajos de la troposfera, que mantiene el aporte de aire cálido y estable sobre nuestro país, con la ocurrencia de aisladas precipitaciones. Por ello, se ratifica que esta situación puede provocar un ligero incremento de las concentraciones históricas de aerosoles y dióxido de azufre en superficie sobre Cuba, pero que en estos momentos no exceden los estándares de calidad del aire.
Meteorología aseguraba además: “El patrón actual de la circulación atmosférica sobre el mar Caribe oriental y el océano Atlántico adyacente indica que los vientos en zonas cercanas al Arco de las Antillas Menores inciden del nordeste (NE) al este (E) en superficie y en las capas bajas de la tropósfera; mientras que en los niveles medios y altos (hasta aproximadamente los 12 kilómetros) los vientos mantienen una componente del nordeste (NE), lo cual continúa favoreciendo el transporte de las mayores concentraciones de cenizas volcánicas y los gases nocivos sobre el mar Caribe oriental, el norte de América del Sur (Venezuela y Colombia), y en un sector del océano Atlántico al este de la porción sur del Arco de las Antillas Menores”.
De igual forma, advertía que la magnitud del incremento de las concentraciones de aerosoles y gases dependería básicamente de la intensidad y la frecuencia en que continuaran ocurriendo las erupciones explosivas en los días venideros.
El reporte, no obstante, significaba en una de sus partes: “Las condiciones meteorológicas continúan mostrando sobre Cuba fuertes corrientes de vientos a alturas de 5–12 kilómetros del oeste (W) y el noroeste (NW), lo cual no favorece el transporte de las grandes concentraciones de partículas de polvo y otros gases contaminantes, como el dióxido de azufre (SO2), que se encuentran en las capas medias y altas de la tropósfera, hacia nuestro país en las próximas 24–48 horas”.
Teniendo en cuenta las preocupaciones emitidas por la población y las informaciones publicadas para otras regiones, el Instituto de Meteorología ratifica que en estos momentos no se observa la presencia de polvo del Sahara sobre el territorio de la República de Cuba y sus mares adyacentes, y recuerda que mantiene una vigilancia permanente en la región, así como estará atento a la evolución futura de las condiciones atmosféricas en el mar Caribe y sus alrededores.
(Con información del Instituto de Meteorología)
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