La versión 60 de la Serie Nacional de Béisbol arrancará otra vez este viernes. Juega en “extrainnig” hace rato, marcada por la incertidumbre, no pocos vaivenes y también bostezos.
De atípica, como han sido casi todos los procesos en el mundo desde la llegada de la COVID 19, pasó a ser una contienda rara y enrevesada, como un culebrón que no se sabe cuándo va a terminar.
Son los riesgos que impuso la pandemia cuando asumimos el gran desafío de realizarla, creo que para bien. Solo que en su final el nuevo coronavirus “ponchó” a sus protocolos sanitarios, porque lo que sí resulta evidente es que más de una pifia se cometió al haber tantos equipos y jugadores contagiados, al punto de poner patas arriba su calendario.
Y en esos tropiezos han pagado justos por pecadores. Sí, porque cuando finalmente inició la postemporada, el 26 de enero, aún estaban por definirse, como se vio después, varios PCR de jugadores de Cienfuegos, equipo cuyos casos iniciales, por cierto, se mantuvieron casi en secreto, como si tal práctica pudiera hacerse con un “jugador” tan impropio que entra por un lado y rebrota en varios a la vista de todos.
Entonces, si ya los play off iban a comenzar después de fecha, ¿por qué iniciarlos con tal incertidumbre? Bueno, lo cierto es que empezaron con dedos cruzados y desventaja tácita al menos para dos equipos enrolados en ellos: Cienfuegos y Sancti Spíritus, que, confinados dos semanas por sus casos positivos, saldrían con orificios en la preparación.
Y en esa arrancada los peores parados resultaron los Gallos, no por su derrota 3-0 a manos de un Pinar del Río que llegó en óptima forma, sino porque, sin los días suficientes de recuperación, salieron con un pie delante en su descalabro, principalmente por el estado de su pitcheo debido a cuestiones ya suficientemente explicadas.
En ese punto, los cruces comenzaron a torcerse. El duelo Cienfuegos-Matanzas, tras varias posposiciones de fecha —no se sabe bien por qué si existían pruebas pendientes de resultados con el equipo incluso entrenando—, se detuvo, igual que el duelo Las Tunas-Santiago de Cuba. ¿Saldos? Excepto Matanzas, en los tres equipos restantes el coronavirus entró como Pedro por su casa con varios casos.
Así la serie paró otra vez y entró en una fase de bostezo, aunque antes pudo definir el cotejo Industriales-Granma y, de paso, garantizar entre Vegueros y Alazanes una de las semifinales que empezará… un día.
Para eso tienen que definirse otros dos pareos: Cienfuegos-Matanzas, que, por fin, reiniciará este viernes en la burbuja del “José Antonio Huelga” y Santiago-Las Tunas, que arrancará… otro día y debe demorar porque, como se anunció en las últimas horas, todavía quedan varios casos positivos ingresados y se espera por el saldo de varios PCR.
El primer duelo tiene un toque de injusticia para los Elefantes, que entraron, similar a los Gallos, con unos siete días de preparación después de un confinamiento prolongado, incluso, según declaraciones de su mánager por el Noticiero Nacional de Televisión el pasado martes, entrenaban sin saber, a ciencia cierta, cuándo comenzarían a jugar. El segundo pudiera ser más parejo porque allí el contagio es compartido y ambos elencos deben tener, imagino yo, la misma desventaja de recuperación.
Lo cierto es que en estos hilos la Serie Nacional desanda entre parada y parada, o entre bostezo y bostezo, que al final es lo mismo. Y seguirá así, por lo que se ve. Por suerte, el primer pareo de las semifinales luce más nivelado, pues los dos contendientes están varados cada uno en su sede y también tienen, al parecer, las mismas limitantes, pues sus jugadores contratados en Japón no estarán ya que debieron marchar hacia sus clubes, incluidos los dos lanzadores pinareños que detuvieron el ímpetu de los Gallos.
¿Se sopesaron todas las variantes posibles antes de arrancar una postemporada condenada a estirar su calendario y con disparidades entre los rivales? ¿Se tuvo en cuenta el abecé de los protocolos sanitarios de la COVID-19 y la propia naturaleza de la enfermedad? Recordemos que cuando se detecta un caso positivo hay que estar al menos 10 días de confinamiento y dos PCR con diferencia de al menos cinco jornadas para enfermos y contactos.
Para contagiar, el nuevo coronavirus no distingue entre peloteros y otro tipo de persona. Ante él, todos son enfermos y hay que seguir sus propias reglas, pues, la pandemia no está al cabo de saber que el béisbol cubano tiene sobre sí la presión del clasificatorio olímpico, si es que puede realizarse.
Entonces lo ideal hubiese sido detener la postemporada para cuando todos los protagonistas se descontaminaran y luego apretar mejor las tuercas de la protección. De todas maneras, esta vez Cuba no tenía el apremio de otros años con eventos internacionales, excluida como fue de la Serie del Caribe, y podía mover el calendario de acuerdo con su propio contexto.
La Serie Nacional no es como el curso escolar que puede iniciar con calendarios diferentes entre provincias, municipios y hasta escuelas o aulas.
Claro, a estas alturas no existe otro camino que seguir en extrainning y de bostezo en bostezo. Lo contrario sería agregarles injusticias a los que quedan en competencia.
Lástima que el espectáculo que la serie pretendió ser, aun sin público, justo en su cumpleaños 60, se diluyera entre tantas paradas.
Un día de estos iniciará el play off por el título y les tocará a los protagonistas sacar el extra que enseñaron en la campaña regular para salir al terreno con el coronavirus en base. Le toca a la afición adaptarse a este nuevo escenario antes de que el clásico nacional se les pierda de sus vidas, porque ese sería un contagio irreparable.
Cuando tienes un sistema que de alguna forma piensa en aventajar a los de la capital, y el resto solo son detalles, no hay mucho que pedir o hacer. Y todo lo que se mueve alrededor de la pelota también deja mucho que desear. Así que ese barco sigue haciendo aguas por más maquillaje y chapistería que le den.
Cuando la TV cubana dará más cobertura y le dará más importancia al béisbol q el fulbol cuando nuestro comentarista narrran más pelota q fulbool ya asta Anglada hace comentarios de fulbool hoy nuestros comentarista saben q helado come Messi en q avión monta como se llama el perrito el lugar q pasa las vacaciones y no saben q hace hoy Jobs Alberto Martínez pestano ifredy cosa Ismael Jiménez Miguel rojas chito el mundo y la vela empezemos por darle más importancia a lo nuestro al paso q vamos veremos el sandino el hulga el cinco de septiembre convertido en estadio de fulbool pero dudo q de la sangre cubana salga algún Messi pero si podemos tener muchos muñoz
Al menos bostesamos y vemos algún jueguito después de tanto fulbol tanto s Messi y Ronaldo y olvidamos nuestro muñoz Charito Casanova y todavía queremos recuperar el béisbol y se olvida nuestra resides los programas deportivos hoy comentarista dos minuto de béisbol y30 de fulbol parece q eso es la jugada perfecta
Coincido con Elsa que los gallos salieron en desventaja en el play off por el confinamiento obligado a causa de la COVID-19, a pesar de los errores cometidos que no se pueden soslayar y se deben sacar las lecciones de los mismos para no repetirlos en campañas sucesivas. Veremos como luce Pinar del Río cuando la semifinal contra los Alazanes se reanude sin sus cerradores de lujo.