La prioridad otorgada desde sus inicios por la Revolución a crear el capital humano necesario para emprender el desarrollo de la ciencia nacional, construir la infraestructura requerida y lograr insertarnos, casi tres décadas después, en el naciente sector de la industria biotecnológica bajo la guía de Fidel, hizo posible que Cuba dispusiera de una sólida capacidad de respuesta ante la situación de emergencia provocada por la entrada al país de la COVID-19, en marzo pasado.
A partir de ese momento nuestro sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación, caracterizado por su concepción integral y multisectorial, junto a la labor abnegada de médicos, el personal de enfermería, técnicos y demás trabajadores de la Salud, devino en la principal fortaleza frente a la pandemia y posibilitó obtener resultados que nos colocan entre las naciones con más baja letalidad en las Américas y a nivel internacional, sin lamentar hasta el momento el fallecimiento de ningún niño, ni haber colapsado las unidades de terapia intensiva, además de mantener baja la cifra de pacientes graves y críticos, por citar algunos de los más prominentes.
Granma muestra a continuación una reseña de los principales aportes de la ciencia cubana en esta colosal batalla por salvar vidas.
-Inclusión del Interferón ALFA 2B recombinante humano (su nombre comercial es Heberón) en los protocolos de tratamiento contra la enfermedad desde la aparición de los primeros casos. Según datos del Minsap, con cierre del 14 de abril de 2020, el 93,4 % de los enfermos portadores del nuevo coronavirus sars-cov-2 habían sido tratados con dicho fármaco y solo el 5,5 % de ellos llegaron al estado de gravedad. La tasa de letalidad reportada en esa fecha era de 2,7 %, mientras que para los pacientes donde se usó resultó ser de 0,9 %.
-Uso de modelos matemáticos diseñados por la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, en colaboración con otras instituciones, para predecir el comportamiento de la enfermedad.
-Más de 20 medicamentos cubanos forman parte en la actualidad de los protocolos para el tratamiento y prevención de la COVID-19.
-Con la aparición de los primeros casos de la COVID-19 en Cuba, el Centro Nacional de Biopreparados (BIOCEN) se consagró a la fabricación de varios de los principales fármacos de nuestra industria biotecnológica que se emplean contra el coronavirus SARS-COV-2.
-De verdadero hito puede calificarse el desarrollo por parte de investigadores del BioCen del primer Medio de Transporte para Virus (BTV) obtenido en Cuba, destinado a la recolección y traslado de las muestras clínicas nasofaríngeas y orofaríngeas de pacientes para el diagnóstico del SARS-COV-2.
Desarrollo de nuevos diagnosticadores para el SARS-COV-2, a cargo del Centro de Inmunoensayo.
-La creación del primer prototipo de ventilador pulmonar cubano para la respiración asistida, fruto del trabajo conjunto del Centro de Neurociencias de Cuba, la Empresa Grito de Baire de la Unión de Industrias Militares, la Empresa Combiomed, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) y la Oficina Nacional de Diseño. De este prototipo deben entregarse 250 equipos al sistema nacional de Salud.
-Conducido por el Instituto de Hematología e Inmunología, en el mes de mayo comenzaron los ensayos clínicos con células madre para tratar las secuelas pulmonares en pacientes que tuvieron la enfermedad.
-Suman más de 80 los proyectos investigativos vinculados a la COVID-19, terminados o en ejecución, desde la aparición de la pandemia.
-Ocho académicos cubanos fueron elegidos como asesores en la lucha frente a la enfermedad en el mundo. Son ellos Luis Velázquez Pérez, Pedro Más Bermejo, Luis Herrera Martínez, Luis Carlos Silva, Tania Crombet Ramos, Guadalupe Guzmán Tirado, Jorge Núñez Jover y Rafael Bello Pérez.
-El 24 de agosto Cuba comenzó los ensayos clínicos de su primer candidato vacunal para la COVID-19, bajo el nombre de SOBERANA 1, concebido por científicos del Instituto Finlay de Vacunas.
-A comienzos de noviembre se anunció el inicio de los ensayos clínicos fase I de un segundo candidato vacunal denominado Soberana 2. Según el doctor en Ciencias Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas, se trata de una vacuna conjugada sin precedentes entre todas las que se desarrollan contra la enfermedad en el mundo, en la cual el antígeno del virus está enlazado químicamente al toxoide tetánico.
-Investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) presentaron otros dos candidatos vacunales nombrados Mambisa y Abdala. La primera será administrada por vía nasal, en tanto en la segunda su modo de empleo es intramuscular. A finales de noviembre ambos recibieron el autorizo del CECMED para iniciar los ensayos clínicos, por tanto Cuba ya dispone de cuatro candidatos vacunales en fase de ensayos clínicos, una hazaña de la industria biotecnológica y farmacéutica nacional.
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