Ni la más reciente preselección cubana de béisbol para un evento que cambió de fecha como la Copa del Caribe ni la finalísima entre Granma y Matanzas han suscitado tanta polémica, al menos en las redes, como el anuncio de Cuba de aceptar en su equipo principal a peloteros que emigraron tras el sueño de las Grandes Ligas, incluidos quienes lo lograron.
Tiene toda la lógica. Es de los temas que atañen al deporte nacional, el más novedoso y controversial. Y sobre él quiero expresar mi humildísima opinión.
Como paso que rompe una inercia de años, resulta plausible, mucho más porque otros deportes como el fútbol o el voleibol ya aplican esa práctica, aunque se sabe que tratándose de la pelota las cosas suelen complicarse, no solo por el arraigo de la disciplina en los genes de los cubanos, sino porque son justamente los peloteros los que más engrosan la lista del éxodo.
Como muestra de flexibilidad manifiesta, apertura mental y necesidad de la pelota de recobrar su autoridad internacional, resulta válida la decisión anunciada por la Comisión Nacional en momentos en que Cuba necesita ganar un boleto hacia Tokio en el preolímpico previsto para junio en la Florida, si es que definitivamente puede asistir y las negativas de visado no se interponen, como otras veces.
De hecho, en los últimos tiempos el béisbol ha dado muestras de cambios al readmitir en sus filas a exjugadores de las Grandes Ligas (MLB) como Erisbel Arruebarruena, o a otros como Yadir Drake, que jugó en Ligas Menores, lo mismo que Yadil Mujica, ahora todos con Matanzas. También abrió los brazos a quienes se fueron a República Dominicana u otros países y fracasaron en su intento de ser contratados por la MLB.
Mas, una cosa es la intención y otra muy diferente es la realidad. Ya varios peloteros han mostrado la disposición de regresar, aunque algunos han dicho que lo harían si ello implica llegar y ponerse el uniforme del Cuba y ya. Henry Urrutia, por ejemplo, ha dicho: “Se supone que al menos tenemos una preferencia para estar en el equipo. Si nos quieren de regreso para jugar con la selección cubana es porque están confiando en nuestro talento y quieren que ayudemos al equipo a ganar, entonces, ¿por qué tenemos que ganarnos el puesto?”.
Como opinión es válida. Ahora, ¿qué hará Cuba con esas condiciones? ¿O debía decir concesiones? Ya que son cientos los que se han ido, ¿de cuántos peloteros se harían las nóminas para complacer a todo el que regrese? ¿Qué hacer con los que se encuentran en ligas extranjeras en cumplimiento de contratos entre Japón, por ejemplo, y la Federación Cubana, que hasta ahora han tenido un puesto fijo en la selección nacional? Y la pregunta de los 20 000 pesos: ¿Dónde quedarán los peloteros del patio, los que nunca se fueron y han soltado la piel en las Series Nacionales para acumular un alto rendimiento?, ¿los apartamos?, ¿los humillamos? Para quienes regresen, ¿será aplicable el reglamento actual que hasta prohíbe conceder entrevistas a medios “no oficiales” del país o divulgar insatisfacciones en las redes, como lo hizo y fue sancionado Edilse Silva?
Hay que despejar aun demasiadas incógnitas y poner los pies sobre la tierra. Hay que cuidar la tendencia de exacerbar y sobredimensionar a quienes juegan otra pelota y hay que ver cómo entroncan los intereses individuales con los, y de eso ya existen experiencias, no buenas por cierto, de algunos contratados de Japón que no quisieron jugar aquí en su Serie Nacional. Todo ello sin hablar que la mentalidad suele cambiar con dólares en los bolsillos.
Lo digo básicamente para quienes apuestan a esa fórmula como salvación para ganar, no para mejorar el béisbol. En lo personal no lo veo tan lineal, sobre todo después de lo apreciado recientemente con el fútbol en la eliminatoria mundialista. Muchos esperaban que con la inserción de quienes juegan fuera era llegar y triunfar y por más que se hable del cambio, de que se jugó mejor, al final se perdió, pero ese es otro asunto.
Tampoco puede perderse de vista que una cosa es querer y otra es poder. Habrá que ver qué deciden los clubes donde juegan esos peloteros cubanos que al final mandan sobre ellos porque les pagan y no creo que, con la fragilidad financiera de Cuba, haya cómo compensar los pagos.
Concuerdo con quienes piensan que no hay por qué politizar el asunto, algo difícil cuando se trata de pelota. Y ello implica, al menos para mí, no escarbar en heridas pasadas, no destapar rencores, ni ajustar cuentas.
Pero tampoco creo, como han escrito algunos, que Cuba deba disculparse; ¿qué razones tendría? Quienes se fueron un día lo hicieron por decisión personal en busca de un contrato en la MLB, por más que se diga que los extorsionaron, manipularon o engañaron. De hecho, la mayoría de los que pretenden ahora jugar, no lograron concretar un convenio con el béisbol estadounidense o resultaron baja de este.
Tocará al contrato, si definitivamente existe, poner en blanco y negro las condiciones de las partes. Nadie crea que en una mesa de negociaciones se zanjen dilemas de años y hay que ver cómo se concatena esto con la política migratoria del país.
Hasta ahora solo está el anuncio, la noticia dicha en medio de una amalgama de sucesos, sin más detalles del proceso. Mas, valga esta intención de brazos y puertas abiertas en momentos en que Cuba necesita de sus cubanos todos, peloteros o no, al menos de quienes la quieran como es, con sus defectos, carencias y virtudes.
Muy bien por la Federación en aceptar a que regresen peloteros cubanos a nuestro béisbol, peloteros que en algún momento decidieron salir del país para buscar un futuro económico para prosperar y ayudar a su familia y buscar ese sueño de jugar en MLB. En cuanto a la selección nacional pues aceptar a peloteros que se mantienen fuera del país por sus propios medios sin ser miembros de la Federación pues también lo veo bien, son cubanos igual y sienten igual ese amor por Cuba y tienen ese nivel que en Cuba se dificulta y que necesitamos. No me hablen más que si no es justo que cuenten con los que en algún momento decidieron dejar el país y dejar de ser miembros de la Federación Cubana para hacer el equipo Cuba y dejar fuera a los de aquí que no han decidido salir de Cuba y dejar de ser miembros de la Federación Cubana porque a los de aquí si la oportunidad les hubiera llegado como les llegó a ellos pues el 90% de los de aquí para no ser exacto pues lo hubieran visto bien y hubieran tomado la misma decisión. Así que callense la boca y no hablen más basuras. Saludos
Caballeros dejen tanta muela y entiendan que sería bueno para Cuba que estuviera pito abreu, chapam, Los gourireies, puig y compañía, todo los equipos llevan sus jugadores profesionales, por supuesto si ellos quieren y los dueños le dejan estar, pero si son 25 los que tienen que ir que un grupo de nuestra pelota que juega allá en Cuba y los de allá sea los de grandes ligas,liga japonesa o cualquier liga del mundo puedan representar nuestra bandera con honor porque no puede ser, queremos ganar y no que Holanda nos elimine y otros más, si hace hace bien las cosas que los que estén fuera vengan a Cuba a entrenar con los que están dentro estoy seguro que se hará un buen equipo, en unidad y por Cuba y nuestra pelota.
Gracias elsa por tu redacción nuevamente te felicito