Hace seis años, Glenda Valdez, una migrante hondureña, como muchos de sus compatriotas, decidió irse a EE.UU. Entonces se despidió de Emely, su hija mayor, a quien dejó con su madre.
Ambas se reencontraron el pasado domingo 6 de junio en el Aeropuerto Internacional de Austin-Bergstrom, ubicado en Austin, Texas, ciudad donde vive actualmente Valdez, de 26 años, tras un largo periplo de su pequeña para llegar desde Honduras, que incluyó atravesar el río Grande, que divide a México con EE.UU.
Antes de este reencuentro, hace unas semanas, Valdez estaba en su casa en Austin viendo un noticiero de televisión, cuando, de repente, pasaron una foto de una menor con una sudadera roja y descalza, en la zona fronteriza entre EE.UU. y México. Era su hija, que ahora tiene 8 años.
Además de la imagen, en el noticiero mostraron un video, donde se ve a la pequeña tras ser encontrada por agentes de la Patrulla Fronteriza en La Joya, Texas. Entonces, dijo que no traía nada, que había perdido el número de su madre y no sabía dónde vivía, pero que ella la estaba esperando, reseñó AP, agencia a la que pertenece la fotografía, que fue tomada por el fotoperiodista Gregory Bull.
La pequeña dio algunos detalles a los periodistas, que pensó que podrían servir para identificar a su progenitora. “Su cabello es rizado, pero a veces se lo alisa. Y tiene un anillo en el labio”, comentó.
Al ver a su hija en la pantalla, Valdez comenzó a hacer llamadas a las autoridades estadounidenses, así como a las agencias de refugiados, para tratar de recuperarla.
“Estaba como en shock, honestamente, porque imagina que estás viendo la televisión y de repente ves a tu hija”, comentó la madre de la menor. Y añadió: “Verla llorar y todo lo que decía me rompía el corazón, sinceramente, todo lo que decía allí, que estaba molesta y llorando y todo eso, y ver su imagen, descalza y todo, fue muy difícil para mí”.
¿Cómo llegó a la frontera?
Valdez contó que no estaba al tanto de que habían enviado a su hija a cruzar la frontera hacia territorio estadounidense.
Cuando la joven emigró a EE.UU. seis años atrás, la pequeña quedó con su madre; sin embargo, el padre de Emely, que en ese momento estaba ausente, decidió recuperarla y hacerse cargo de ella.
El contacto entre Valdez y su hija no era regular, pero en una de las videollamadas, Emely le habría contado que tenía una nueva madrastra que no la trataba bien.
La pequeña relató que su papá decidió ponerla al cuidado de un adulto, que fue la persona que la ayudó a viajar hasta la frontera entre EE.UU. y México, pero en el trayecto le perdió la pista.
El 13 de mayo, tras haber estado caminando entre la maleza durante seis horas con un grupo de desconocidos, donde perdió un zapato entre el barro, fue cuando Emely fue hallada por los agentes de la Patrulla Fronteriza en La Joya, Texas.
Después de ser encontrada, fue llevada a un refugio del Gobierno estadounidense. El miércoles de la semana pasada, su madre recibió la llamada donde le informaron que pronto se reencontrarían; y el sábado, le anunciaron que ese reencuentro sería el domingo.
Emely es una de los tantos menores que son encontrados en la frontera de EE.UU. sin la compañía de sus padres. Solo en abril pasado fueron hallados 17.171 menores no acompañados en esta zona fronteriza, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés); no obstante, fue una cifra menor a los casi 19.000 registrados en marzo.
(Tomado de Rusia Today)
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