Aunque el frío se le cuela en lo hondo, la nadadora espirituana Lorena González bracea feliz. Junto al mariposista Luis Vega, ella tuvo el honor de obtener una de las becas de la Federación Internacional de Natación en Kazán, Rusia.
“La primera beca la otorgan en el 2019 a Vega y por su desempeño y disciplina decidieron otorgar otra, en verdad no me pertenecía ya que nosotros siempre realizamos todas las salidas por la tabla de mil puntos y le tocaba a la primera figura femenina, quien no aceptó. Entonces me lo propusieron y sin pensarlo dos veces dije que sí; gracias a Dios caí en el mismo estado de Vega y ahora entrenamos juntos”
Tampoco fue un regalo. Ella cumplía las exigencias por sus marcas y en febrero empezaron sus braceadas: “Los entrenamientos son parecidos a los de Cuba, nuestra entrenadora Luisa María siempre ha llevado todo a un nivel alto para que al llegar a otro lugar estemos preparados y nada nos sorprenda, aunque hemos conocido muchas cosas nuevas”.
Rusia es entonces la piscina de la salvación para esta muchacha con 20 años recién cumplidos. “Todos los deportistas cubanos hemos tenido un año bastante amargo por lo que pasa en el mundo entero con la pandemia; estuve como ocho meses sin nadar, solo haciendo gimnasia en casa, aunque en Sancti Spíritus nadé como un mes con la profe María Cristina, pero haciendo paradas. Ya en La Habana nuestra profesora siempre buscaba la manera de que nadáramos y así me preparó para esta beca”.
Ya a las tres semanas dio las primeras brazadas competitivas en el Centro Internacional de la Federación Internacional de Natación. “Nadé mis eventos fundamentales, pero no pude bajar mis marcas, pero después realizamos otra al mes y medio y las bajé, aunque aún me quedaba a tres segundos de las mías. La autoestima me bajó un poco, pero todos me ayudaron, me decían que llevaba poco tiempo acá y aún estaba en un proceso de adaptación”.
Lorena estará en los Primeros Juegos Panamericanos Junior de Colombia, en septiembre, y quiere más: “Mis aspiraciones para el mundial de curso corto son representar a mi país, bajar mis marcas y coger medalla; no será fácil, pero nada es imposible en esta vida”.
Eso lo demostró cuando inscribió por primera vez a Sancti Spíritus en la natación mundial con su medalla de bronce en el relevo 4×200 metros, estilo libre, en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla 2018 y también cuando debutó en los Panamericanos de Lima, Perú en el 2019. Ese propio año destrozó uno de los récords nacionales más añejos de la natación al estampar en los 100 metros estilo mariposa 1:02:67 en la Copa Marcelo Salado, de la que es multimedallista, al igual que de los Juegos Escolares y Juveniles.
Y tras calentarse un poco en este diálogo por Messenger, Lorena vuelve a desafiar los termómetros y la piscina: “¡Ay, Dios santo!, jajaja. ¡Para qué contarle! Es un cambio bastante brusco salir de un país cálido a uno que se pone desde temprano con temperatura de menos cero grado; al principio era difícil, pero a medida que han pasado los días me he ido adaptando”.
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