Desde sus 3 470 metros, en el mismo corazón de África, se alza una de las fuerzas más brutales de la naturaleza. Nyiragongo es su nombre, el volcán más peligroso del planeta, cuya conexión con la Tierra hace de este lugar un enclave tan impredecible como cautivador, que se rige por los impulsos primarios del mundo.
En la frontera que separa Ruanda de la República Democrática del Congo, las más heterogéneas miradas apuntan hacia las alturas en busca de certezas sobre el futuro del volcán.
A poco más de 10 kilómetros de distancia, las nubes de gas que surgen del cráter del Nyiragongo sirven de advertencia: el volcán está vivo y almacena en su interior cerca de 15 millones de metros cúbicos de magma. Su nombre es reflejo de su historia, pues según las creencias populares significa, literalmente, «el que echa humo».
Sin embargo, no es solo humo lo que emana del volcán. En 1977 la lava recorrió sus laderas del mismo modo que lo volvería a hacer en 2002, cuando el río de lava llegó a la ciudad de Goma, la capital de la provincia congoleña de Kivu del Norte.
En la actualidad, viven en Goma cerca de un millón de habitantes a las faldas del volcán que nunca duerme. La urbe se encuentra flanqueada por el lago Kivu y sirvió de refugio a miles de desplazados ruandeses en los años 90, que huyeron en busca de otra oportunidad lejos de su hogar, de la guerra y del genocidio.
Las calles de Goma son testigo de que, en enero de 2002, la amenaza se convirtió en realidad: el volcán escupió fuego y cubrió una parte de la ciudad bajo un manto de lava. Cuatrocientas mil personas fueron evacuadas, 120 000 se quedaron sin hogar y 245 perdieron la vida. La suerte no estaba de su lado aquel día de enero.
El Nyiragongo es el volcán más peligroso del mundo por derecho propio. Lo confirma Dario Tedesco, vulcanólogo en la Universidad de Campania Luigi Vanvitelli, una de las voces más autorizadas para hablar de este monte que ha estudiado al detalle a lo largo de su vida.
“Solo hay una razón y es muy simple: viven en torno a él 1,5 millones de personas. Un volcán puede ser tremendamente activo y estar en la mitad del desierto, pero lo que decanta la balanza es el riesgo, las personas, las infraestructuras y todo lo que se fundamenta alrededor”, afirma Tedesco.
Según los expertos, se avizora que entre marzo de 2024 y noviembre de 2027 las condiciones del volcán serán similares a las de 1977 y 2002, cuando ocurrieron las catástrofes que destrozaron Goma. Por tanto, quienes habitan en áreas cercanas a él, sienten el peligro a la orden del día. Y los invade la zozobra de ver cómo el volcán más peligroso del mundo volverá a llevarse por delante cientos de vidas con sus ríos de fuego.
(Con información de National Geographic)
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.