Desde su génesis —tal vez mucho antes— la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios en Trinidad ha validado su eficacia en la preservación del patrimonio edificado y también del hábitat humano que distingue a esta urbe, al centro sur de Cuba, rodeada de mar y verde, niña mimada de hombres ilustres y de pueblo.
Al frente de la institución trinitaria, Duznel Zerquera Amador, destaca los grandes proyectos de rehabilitación de barrios, de espacios públicos, de edificios de alto valor, pero sobre todo la estrategia fundamental que la ha guiado en estos 24 años: aportar a la dinámica del desarrollo económico y social del territorio desde la conservación y gestión de sus valores.
“El trabajo ha seguido dos direcciones claves: resguardar el valor excepcional universal, la tipología constructiva de la ciudad, de un lado, y del otro, asegurar que quienes la habitan convivan en armonía con estos atributos. Ha sido uno de los retos mayores para todo el colectivo”.
Líder en el proceso de conservación, la Oficina trinitaria ha trabajado en equipo con el resto de las instituciones locales y por un proyecto social ambicioso que tiene como principio sumar a todos al sueño de embellecer la ciudad y ennoblecer la vida de su gente sobre la base del concepto de Ciudad Creativa como pilar del desarrollo sostenible.
“No renunciamos a los proyectos de reanimación de espacios urbanos, de edificaciones rediseñadas para actividades culturales y sociales, de gran impacto para la comunidad; entre ellos la escuela primaria Pepito Tey, la calle Independencia, el Consejo Popular Manaca Iznaga, el programa de mejoras de la vivienda sustentado en más del 60 por ciento de los ingresos del presupuesto local, aún en medio del impacto del bloqueo y la crisis originada por la pandemia”, añadió Zerquera Amador.
El 28 de febrero de 1997 nació la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios. En estos 24 años de labor nombres imprescindibles rememoran momentos y empeños colosales, entre ellos Roberto López Bastida (Macholo), Rosela Ayala, Nancy Benítez, Víctor Echenagusía…; gracias a ellos y al resto celebramos acontecimientos importantes como el de Patrimonio Cultural de la Humanidad y Ciudad Artesanal y Creativa de la UNESCO.
Innegable el trabajo de la Oficina del Conservador de Trinidad. Pero tienen UNA ASIGNATURA PENDIENTE.
LA RESTAURACIÓN DEL RESCATE DEL CULTIVO DE LA CAÑA DE AZÚCAR EN EL VALLE DE LIS INGENIOS. QUE INCLUYE LA RESTAURACIÓN COMO ESTABLECIMIENTO FABRIL A PEQUEÑA ESCALA DEL INGENIO DE SAN ISIDRO DE LOS DESTILADEROS.
LAS FUENTES DE FINANCIAMIENTO NO PUEDEN SER LAS TRADICIONALES POR LA VÍA TRIBUTARIA O LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL. EN TIEMPOS DE COVID TODO ESTÁ PARADO.
PERO LA VIA DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA. ES UN CAMINO NO TRANSITADO.
EXORTO AL CONSERVADOR DE TRINIDAD. QUE MEDITE EN ESO.
LA RED DE CIUDADES PATRIMONIALES TIENE QUE ARTUCULAR DE CARA AL FUTURO UNA CARTERA DE OPORTUNIDADES DE INVERSIÓN EXTRANJERA. ADECUADA A SU PERFIL INSTITUCIONAL.