La ciudad de Cali, en el Valle del Cauca, de Colombia, amanece este lunes sitiada por militares y policías tras una criticada orden del presidente Iván Duque para poner fin a la protesta social.
El mandatario dio instrucciones a los ministros del Interior y Defensa, Daniel Palacios y Diego Molano, respectivamente, para con apoyo de autoridades locales, garanticen el mayor despliegue de capacidades de fuerza pública para brindar tranquilidad a los ciudadanos».
Llamó a aplicar la ley seca, levantar los bloqueos y a los integrantes del Consejo Regional Indígena del Cauca a que retornen a sus resguardos.
De acuerdo con un reporte de Prensa Latina a las 00:00, hora local, el Valle del Cauca cerró fronteras, se restringió la movilidad de medios de transporte y personas para el ingreso al territorio, medidas que deben estar vigentes hasta el próximo sábado, según lo instruido.
La orden fue emitida tras los hechos ocurridos en la tarde de este domingo cuando civiles, apoyados por la propia policía, dispararon contra los pueblos originarios reunidos en el contexto del paro nacional, de acuerdo con denuncias y videos en vivo emitidos por las redes sociales.
La policía responsabilizó a las comunidades ancestrales del enfrentamiento, pero Feliciano Valencia, senador por el Movimiento Alternativo Social e Indígena, desmintió tales acusaciones.
“Miente porque la Guardia Indígena no está armada, tampoco saqueó casas ni comercios, no somos ladrones ni vándalos. Fueron civiles armados protegidos por la policía quienes atacaron a la minga desarmada”, aseguró.
El ataque contra la minga indígena en Jamundí fue rechaza por la ONU y muchas personalidades del país. Minutos después de la orden de Duque, el Ejército anunció que Soldados de la Tercera Brigada, en cumplimiento de la asistencia militar, adelantan control local a través de patrullas en diferentes sectores de Cali, Jamundí y Yumbo, ‘buscando garantizar el bienestar de los ciudadanos’.
Lo cierto es que una de las exigencias de las grandes movilizaciones que tienen lugar en Colombia desde el pasado 28 de abril es poner fin a la militarización de las calles y el cese de la violencia contra el pueblo.
Luego de 12 días de protestas, 47 personas murieron asesinadas en el contexto del Paro Nacional, de ellas, 39 a manos de la fuerza pública, denunció Temblores ONG, un colectivo que actualiza y fundamenta los casos de violencia en estas manifestaciones.
El senador por Alianza Verde Antonio Sanguino advirtió que el presidente Duque escogió el camino equivocado para resolver la crisis en Cali. Tal camino dijo, es ‘encerrarse aún más en Palacio y acudir a la Fuerza Pública que actúa junto con civiles armados violando los Derechos Humanos de la población.’
Desde el 28 de abril las protestas no cesan en esta nación suramericana y lo que empezó como un reclamo contra una lesiva reforma tributaria, se convirtió en una ola de movilizaciones multitudinarias atacadas por policías y vestidos de civil.
Bombas lacrimógenas, chorros de agua, disparos con armas de fuego, helicópteros sobrevolando algunas marchas, son varias de las constantes en este escenario de represión que vive Colombia.
(Con información de Prensa Latina)
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